Ya no es un sueño. Se trata de una realidad. Palpable y disfrutable. La meta a un camino que ha durado algo más de diez años. Por fin, Zaragoza vuelve a figurar entre las grandes ciudades de baloncesto. El CAI, su equipo más importante, comienza esta tarde su primera carrera hacia el título de la Liga Endesa (20.30). Un 'play-off' que, pase lo que pase, será histórico. Por ser el primero para un club nacido en 2002 y que ahora ve cumplido su primigenio objetivo de ser élite. Por haberlo hecho, además, tras una temporada para recordar.

Todo lo que llegué a partir de ahora solo puede ser recibido como un premio. Una fiesta que, eso sí, desde el plantel rojillo ya avisan que van a tratar de estirar lo máximo posible. Sin imponerse más límites que los que dictamine la cancha. El conjunto dirigido por José Luis Abós arranca una eliminatoria contra Valencia Basket que se presume dura y competida. Pero para ambas partes, dado el gran nivel mostrado por los zaragozanos hasta la fecha.

No en vano, a pesar del abismo presupuestario que separa a uno y otro, la diferencia entre ambos conjuntos solo se puede cifrar en un partido. Una victoria más que otorgó a los taronjas el factor cancha a favor, motivo por el cual los aragoneses tratarán de asaltar la Fonteta en al menos una ocasión. Intentando una sorpresa que tampoco podría ser tildada como tal, habida cuenta de la igualdad reinante entre ambos rivales. Así, durante la temporada regular, cada cuadro consiguió batir al contrario en una ocasión. Quedando el 'average' de lado aragonés, por cierto. Un motivo para creer que la machada es posible.

Para Abós, los dos contrincantes poseen "estilos parecidos". Caracterizándose ambos por su despliegue colectivo y primacía de la defensa. No obstante, de haber alguna diferencia, el técnico rojillo la sitúa en la forma de guardar el aro propio. "Ellos son mucho más agresivos en defensa y nosotros somos más tácticos atrás", diseccionó el preparador. Cabe resaltar que, a pesar de que los zaragozanos reciben menos puntos por partido, 72,35 por los 75,85 que permite Valencia, son los naranjas los que lideran el ranking de recuperaciones, con 9,68 robos por encuentro. Quizá, la marca de la casa del entramado creado por Velimir Perasovic.

El mejor ataque es una buena defensa, podría esgrimir el técnico croata. Robo, contragolpe y canasta en contra es, por tanto, la secuencia a evitar por el CAI. La principal arma de un conjunto, el ché, en el que también sobresale su juego interior. Hasta el punto de eclipsar una rotación exterior en la que forman hombres de la calidad de Pau Ribas, Rafa Martínez o Thomas Kelati. Jugadores que, por sí solos, son capaces de decidir un partido.

Por mérito propio, Justin Doellman se presenta como la estrella de los valencianos. Gracias a su espectacular final de Liga, promedia 23,2 de valoración en sus últimos cinco partidos, el norteamericano ha finalizado tercero en la tabla de jugadores más valorados. Siendo, además, el primero de un equipo clasificado para el 'play-off'. Dato que no resulta anecdótico, pues revela lo sobresaliente de su temporada individual a pesar de contar con varios compañeros capacitados para tomar la responsabilidad si fuese necesario.

Trabajo extra, por tanto, para Pablo Aguilar. No en vano, el emparejamiento parece claro. Además de compartir posición, el capitán rojillo también es el más valorado de su equipo. Llegando, además, a la postemporada en su mejor momento de forma. Así, tras la lesión de Henk Norel, el granadino ha dado un paso adelante en sus prestaciones y, en sus últimos cuatro encuentros, acumula un promedio de 22,4 puntos de valoración. Números que, unidos a una buena actuación en postemporada, ratificarían su candidatura a la selección.

Claro que Valencia es mucho más que un jugador. Vitor Faverani, Bojan Dubjevic y Serhiy Lishchuk completan la rotación de los hombres altos. Un trío de colosos que deberán ser frenados por Joseph Jones, Albert Fontet y Vladimir Golubovic. Para la esperanza, la espectacular carta de presentación del pívot montenegrino el pasado domingo en el Príncipe Felipe, quien llegó a ser incluido en el mejor quinteto de la jornada en su segundo encuentro con el uniforme del CAI.

En el aspecto positivo, el duelo de bases. Rodrigo San Miguel y Stefan Markovic se han revelado como una pareja funcional, aunque de roles demasiado solapados. Motivo que convierten al dúo formado por Sam Van Rossom y Pedro Llompart en una de las principales bazas aragonesas. Complementarios y en el mejor momento de su carrera, los armadores rojillos serán los encargados de hacerse con el ritmo del encuentro. Sumando, además, su gran amenaza exterior, representada en el 55% y 53% de acierto en lanzamientos triples que acumulan respectivamente.

Cuarto contra quinto, la eliminatoria entre Valencia Basket y CAI Zaragoza se presenta como la más disputada de la primera ronda del 'play-off'. Un sueño tangible del que ni club ni aficionados quieren despertar todavía.