Obituario

Ovación eterna a Carlos Pardo

Emotivo homenaje al entrenador aragonés recientemente fallecido. Una placa perpetúa desde este viernes su recuerdo en el pabellón del colegio Doctor Azúa.

Acto en memoria de Carlos Pardo.
Ovación eterna a Carlos Pardo
ANDREA MERINO

Fue la tarde de las ovaciones eternas. El homenaje al entrenador de baloncesto Carlos Pardo desbordó por completo este viernes el pabellón del colegio público Doctor Azúa, donde se celebraba, y cientos de personas se esforzaban por contener las lágrimas mientras batían las palmas sin descanso. "Nos dio lo mejor que tenía, y lo hizo con bondad. En nuestro interior estará siempre vivo su recuerdo", dijo el presentador del acto, Javier Gastón, y las miradas del público se empañaron por la emoción.


Al homenaje asistieron representantes del colegio, como su directora, Olga Mur, y el presidente de la APA, Mariano Soriano, pero también niños y jóvenes de los equipos con los que Carlos Pardo trabajó, y entrenadores y representantes de los principales clubes zaragozanos. Entre el público, destacados miembros de la gran familia del baloncesto aragonés, desde Fernando Arcega a Pep Cargol, pasando por Conchita Navío.


El acto comenzó a los sones de ‘Amigo Carlos’, una canción compuesta por Chabier Aparicio en recuerdo del entrenador recientemente fallecido. Los padres de Carlos Pardo, Vicente Pardo y María Pilar Aurensanz, muy emocionados, apenas tuvieron ánimo para agradecer las numerosas muestras de afecto y los recuerdos que habían preparado para la ocasión clubes como el CBZ, el CAI, El Olivar, Lupus o el Colegio Bajo Aragón. La Federación Aragonesa de Baloncesto, por su parte, hizo entrega a la familia de varios presentes, como el título de Entrenador Superior de Baloncesto o una camiseta de la selección autonómica. Clubes de fuera de Aragón, como el Viladecans, se sumaron al acto y ofrecieron también una placa a la familia.


Un libro para el recuerdo


Willy Tisaire, coordinador de baloncesto en el Doctor Azúa y principal impulsor del homenaje, entregó a los padres un ejemplar de ‘Carlos Pardo. In memoriam’. Se trata de un libro de más de 120 páginas en el que se recogen testimonios y fotografías de quienes le conocieron. El libro es, según Tisaire, que lo ha coordinado, "un absoluto acto de amor hacia una persona extraordinaria".


El homenaje tuvo también minipartidos de baloncesto y un acto muy especial: José Luis Pardo, hermano del llorado entrenador, descubrió una placa que perpetuará su recuerdo en el pabellón del colegio. Por último, se ha creado un Trofeo Carlos Pardo a los valores en el deporte, que en esta primera edición ha recaído en el jugador Carlos Jimeno. Otro jugador del Azúa infantil, Sergio García, también recibió una distinción especial.


En la mente de todos los asistentes estaba el recuerdo del entrenador, fallecido a principios de marzo, a los 42 años. Inició su carrera en el colegio Bajo Aragón, y entrenó equipos de Stadium Casablanca, MannFilter, El Olivar, Azúa y CAI (cadete). Fue, también, seleccionador infantil femenino. Pero ayer se recordaba su tremenda humanidad. Su bondad. Por eso el pabellón del Azúa estalló en una ovación eterna.