El Huesca ha alcanzado este fin de semana una meta simbólica, la del primer tercio de la liga con la disputa de 14 de las 42 jornadas del campeonato. Y las conclusiones no son buenas. El balance ha de ser negativo a la luz de los hechos, pues arroja que el conjunto azulgrana es último con ocho puntos, una renta insuficiente y muy negativa con la que encarar el futuro tan preocupados como conscientes de que la situación se puede revertir. Tal vez esto haya comenzado a suceder con los dos empates consecutivos que el equipo dirigido por Quique Hernández ha logrado ante Valladolid y Numancia.El punto de Soria, más allá de todo lo positivo o insuficiente que resultase, y abierto a interpretaciones, fue el octavo del curso, el quinto empate de una escuadra que por lo demás ha caído en ocho oportunidades -más de la mitad- y alcanzado una sola victoria, la del estadio del Nástic de Tarragona en la sexta jornada. El club azulgrana se enfrenta ahora a una situación inédita de este ciclo en la categoría de plata: la lucha por el abandono del último puesto, a seis puntos de distancia de la permanencia que marcan Xerez y Villarreal B.

Con el riesgo de estancarse abajo si no comienzan a producirse más triunfos, Hernández cumplió en Los Pajaritos su octavo choque al mando, en el que apostó por un esquema que no había empleado fuera de casa en la competición oficial, sí en Copa, un 4-2-3-1 que eliminaba el planteamiento más defensivo que se empleó en las anteriores salidas. Aunque el resultado no fue el deseado y el Huesca careció de la pelota, sufrió varias ocasiones de gol locales y pudo cosechar una derrota, esta apuesta puede suponer un punto de partida y se asienta con una base sólida de futbolistas.

La pizarra del míster

Este deseo se va asentando en la pizarra del míster. Luis García se ha ganado en solo dos partidos la plaza de la portería. Atrás, el entrenador valenciano sigue confiando en Rafel y Clavero como laterales más Corona y Rivas en el eje, el primero titular estas dos últimas semanas en lugar del lesionado Josetxo. En el centro del campo también se han reafirmado Helguera, Bauzá y Camacho con independencia del sistema. Arriba, Tariq aspira a imponerse a Roberto, y Gilvan y Vázquez pueden gozar de más minutos.

Once nombres a los que sumar otros que aparecen con más o menos frecuencia, como Roberto, Sastre, Sorribas o Javi Martínez. Menor peso están adquiriendo otros como Molina o Toni, descartes finales en Soria, demás de Ekhi u Ochoa. En la portería, cohabitan con García Cabrero, Bernardo y Larrosa. La posibilidad de que uno de ellos salga en el mercado de invierno es uno de los frentes con los que deberá lidiar un Hernández llamado con su experiencia de tres décadas a seguir liderando la nave en cuanto, si así sucede, comiencen a llegar fichajes que mejoren las prestaciones del actual plantel. Falta resolver otras cuestiones como el gol, a favor y en contra. Se marcan más que en las dos temporadas anteriores (15), pero rinden poco; se encajan demasiados (26, solo mejor que el Villarreal B) y aún no se ha dejado la puerta a cero. Una vez que 'mojó' Gilvan, se sigue esperando la eficacia de Roberto y Tariq, que continúan secos tras 14 partidos, algo insólito.