El Ebro se desplaza al histórico campo de Castalia para jugar contra el Castellón
Ninguno de los dos equipos ha saboreado el triunfo en estos cuatro partidos que han disputado por el momento
Desplazamiento inédito para el CD Ebro, que por primera vez jugará ante el CD Castellón en su histórico campo de Castalia. Inéditos andan los dos también en lo que a ganar se refiere. Ni uno ni otro han paladeado hasta el momento la victoria, aunque los castellonenses suman tres empates, por uno solo de los zaragozanos, que han caído al último lugar de la clasificación en solitario. Muchas ganas tiene la plantilla arlequinada de obtener de una vez por todas la primera victoria de la campaña. Se está jugando bien, pero en el fútbol todo se limita a obtener resultados positivos, ya que si no se gana, el jugar bien queda en un plano secundario.
No es menos cierto que el calendario inicial era exigente desde la primera jornada, habiendo jugado ya ante tres conjuntos que están entre los siete primeros, y demostrando que se ha competido en igualdad de condiciones y solo hace falta que llegue esa pizca de fortuna, que haga que la moneda caiga a favor de los de Manolo González. Los ánimos siguen en el lado positivo de la balanza, pero falta inyectar esos resultados que en Copa llegan, y en liga, no.
Será duda Víctor García, que tuvo que retirarse ante el Hércules al poco de comenzar. El resto de jugadores, prestos y dispuestos a dar la primera alegría.
El pasado junio, y tras eliminar al Portugalete, ponía fin el CD Castellón a siete años de estancia en Tercera División. La ilusión se disparó, la gente disparó la cifra de abonados hasta superar los 13.000, pero todo lo bien que van las cosas en lo social, no se traduce en la competición, y como suele ser habitual, el pagano ha sido el entrenador, en esta ocasión, Sergio Escobar, que esta misma semana era destituido, pasando a ocupar su lugar en el banquillo, David Gutiérrez.
Ambiente extraordinario, con un campo que estará prácticamente lleno, pero que no tiene ni que impresionar ni que intimidar a unos jugadores que ya saben lo que es puntuar e incluso ganar en otros grandes escenarios, como Son Moix o el Rico Pérez.
