"Uno de los días más bonitos de mi vida". Así definió en las redes sociales Íñigo Celorrio el pasado sábado, 12 de mayo. Seguramente, no era para menos, el zaragozano de veinte años vivió su debut en la Asobal; aquello con lo que venía soñando desde que en prebenjamines comenzó a dar sus primeros pasos en un deporte que no ha dejado de practicar. Hasta juveniles siempre con la camiseta del Dominicos, la misma que también vistieron su hermano y su padre, y desde la temporada pasada con la del Feriberia Puerto Sagunto, el club que le ha dado la alternativa en la élite nacional.

Fue en el encuentro con el Liberbank Ciudad Encantada, el último del curso en casa para los levantinos, ya descendidos matemáticamente. El zaragozano entró en cancha en el último tramo y aún tuvo tiempo de marcar dos goles que contribuyeron a apretar un marcador que reflejó un 23-25 final. Su presencia con el primer equipo, con el que venía entrenando, supuso un premio a su buena temporada con el filial, con el que ha jugado habitualmente en Primera Nacional. En esta categoría, la de bronce, el central ha marcado en el grupo E 134 goles en treinta encuentros, el que más de su equipo, que ha finalizado en novena posición.

El desembarco de Celorrio en el Puerto Sagunto se produjo a la par que su llegada a Valencia, donde se encuentra cursando estudios de Ingeniería. Fue uno de los primeros jugadores que confirmó el club de cara a su entonces recién creado filial. Su incorporación llegó después de que en Aragón hubiese sido campeón autonómico en todas las categorías. También ha vestido la camiseta de la selección en los campeonatos de España en infantiles, cadetes y juveniles.

Su presencia con el Puerto Sagunto se suma esta campaña como aragonés en Asobal a otros nombres como los de Alberto Val, Jorge Gómez, Lucas Abadía, Enrique Camas y Javier Ariño.