CICLISMO

Acento argentino en el Coso de Huesca

Marcos Crespo ganó la 60 edición del Gran Premio San Lorenzo en un bello esprint en el que Mauricio Muller quedó segundo y Juan de Dios González, tercero.

Marcos Crespo se impuso en el Gran Premio San Lorenzo, tras el gran trabajo de su equipo, la selección argentina, para echar abajo las escapadas.
Acento argentino en el Coso de Huesca
RAFAEL GOBANTES

El argentino Marcos Crespo se alzó ayer con el triunfo de la 60 edición del Gran Premio San Lorenzo de ciclismo para categorías Élite y Sub-23. El esprinter puso el broche al trabajo de la selección argentina que impuso un fuerte ritmo en el tramo final de la carrera para echar abajo una peligrosa escapada e impedir que nadie saltara del pelotón cuando la fuga, que llegó a gozar de poco más de 30 segundos de diferencia, sucumbió. El equipo argentino está en España para preparar su participación en los próximos Panamericanos que se celebrarán en México el próximo mes de octubre y se notó la calidad de sus pedaladas.


Marcos Crespo se impuso en meta dando tiempo a un pelotón con una media que rozó los 46 kilómetros por hora. Y ganó en un bello final lanzado desde la curva de Correos. El argentino estuvo acompañado en el podio por el también argentino Mauricio Muller, enrolado en el equipo Bancaja y que ya ganó con anterioridad esta cita. La tercera posición fue para Juan de Dios González.


El trazado urbano del Gran Premio San Lorenzo es de los pocos que se mantienen en España con ese sello de competir con el público volcado en las aceras animando desde la primera a la última vuelta. El pelotón recorrió 80 kilómetros al tradicional trazado por los Cosos conectados a través del Trasmuro. Un circuito rápido de unos dos kilómetros, peligroso en algunos puntos -reforzados con colchonetas para aminorar el daño ante posibles caídas- y con el fuerte calor haciendo mella en el pelotón. Tan solo hubo que lamentar una caída durante la vuelta final en la que varios corredores colisionaron. En principio, las heridas no revistieron de ninguna gravedad.


La prueba sirvió, además, para que el Club Ciclista Oscense de la mano de su presidente, José María Caudevilla, rindiera homenaje al serrablés Fran Moreno que se inició en la escuela del citado club. Primero en la Copa de España Sub-23, el de Sabiñánigo ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad y a buen seguro que, tal como señaló Caudevilla, «pronto le seguiremos desde la tele y desde las cunetas». El corredor, que estuvo acompañado en el homenaje por su padre, «es el claro ejemplo de que con trabajo se puede llegar a lo más alto», subrayó Caudevilla.


Si Marcos Crespo fue el vencedor absoluto de la 60 edición, por equipos ganó el Ilerdense y los esprines especiales fueron para Mauricio Muller. El primer aragonés fue Jorge Arcas y el primer corredor local Javier Paúles. Jorge Arcas alabó el trazado y la respuesta de la afición, reconoció que las ganas por correr en este gran premio le pasaron factura con ciertos nervios que se diluyeron conforme fueron avanzando los pasos por meta e indicó que guardó fuerzas para el final.


El oscense Javier Paúles buscó el triunfo metiéndose en la mejor escapada de la carrera, un grupo conformado por siete corredores de calidad, pero sin entendimiento que se rompía a cada 'volata' por los finales especiales. Estas acciones rompían la cadencia del grupo y «en este tipo de escapadas o estás todos a una o es muy difícil llegar con ventaja para disputar el último esprint», dijo.


99 corredores fueron los que se dieron cita en la plaza de la Inmaculada para disputar esta 60 edición, que siguió fiel al guión de anteriores ediciones. El grupo se rompía con los esprints especiales y se reagrupaba. Varios corredores intentaron fragmentarlo y a mitad de recorrido se dio con la mejor. Un grupo de siete corredores llegó a tener ventajas de poco más de 30 segundos sobre un pelotón que siempre los tuvo a su alcance. A falta de siete giros para el final, con la selección argentina ya responsabilizándose de la caza desde unas vueltas antes terminó engulléndolos. Los quince segundos de diferencia no fueron obstáculo alguno para la máquina charrúa.


De allí hasta el final, y pese al fuerte calor, los argentinos impusieron un fuerte ritmo que evitó cualquier saltó. Con ese ritmo posaron la responsabilidad de la llegada en Marcos Crespo, y no falló. «Estoy muy contento con el trabajo del equipo. Los chicos trabajaron de forma excepcional y yo no les fallé», dijo tras bajar del podio. El ciclista alabó el trazado, está habituado a este tipo de carreras en Argentina, y subrayó que el alto ritmo de cada paso por vuelta «nos favoreció». El ganador, también tuvo palabras de elogio para el público que desde las aceras siguió y animó el paso de los corredores. «Creo -señaló- que la gente ha podido disfrutar con lo que ha visto».