FIATC JOVENTUD 74 - CAI ZARAGOZA 75

A Wright y al CAI les va la presión

Otro final ajustado (74-75), otro duelo casi perdido y el americano lo gira cerrando un parcial de 0-8 con un triple, un robo y un tiro libre.

Hettsheimeir mancilla el aro del Joventut.
A Wright y al CAI les va la presión
SURRALLéS

Parece que al CAI Zaragoza le gusta este año la presión. Antes incluso de llegar las competiciones que valen de verdad, los rojillos han llevado al límite sus dos últimos amistosos y en ambos ha surgido el carácter para vencer y la figura del estadounidense Bracey Wright. A falta de verle anotar con asiduidad, sí que se le ha visto la calma de los grandes jugadores en los instantes decisivos. Ayer, con un triple, un robo y un tiro libre cerró a su favor un choque excesivamente irregular por ambas partes y en el que volvieron a brillar los interiores del CAI, sobre todo un Rafa Hettsheimeir que está muy fino.


El que sigue lejos de su nivel es Pablo Aguilar. A pesar de sus molestias disputó el encuentro, se retiró al vestuario en alguna fase, regresó, pareció romperse del todo en una penetración y regresó al alocado final del choque.


Esto ya es otra cosa. A una semana de arrancar la Liga Endesa los equipos ACB ya juegan a otro ritmo y tanto el CAI como el Joventut lo demostraron en Tárrega, tierra de baloncesto (Jaume Ponsarnau técnico del Assignia Manresa es de aquí y asistió al encuentro).


Fue un duelo de ataques, de intensidad ofensiva y de lagunas defensivas agravadas por las decisiones arbitrales que apenas dejaban jugar. También de amplios parciales y de irregularidad sobre la cancha.


Los de Abós arrancaron buscando a sus hombres interiores, a los que echó una mano Wright con su gran muñeca. Pero en el bando catalán había otros jugadores 'enchufados', como el caso de Williams, que abanderó un parcial de 8-0 que obligó al técnico aragonés a pedir tiempo muerto. Y es que los suyos eran productivos con el balón, pero demasiado blanditos atrás.


Eso sí, la actividad era innegable. Los más metidos en el duelo eran Archibald (para lo bueno y lo malo) y un Cabezas que sigue demostrando su gran estado de forma con acciones de habilidad y penetraciones desequilibrantes.


La igualdad imperaba en el electrónico, pero gracias a ellos dos y a la capacidad rojilla de jugar a la carrera, los zaragozanos completaron un gran parcial para ponerse seis arriba. Entonces surgió una figura inesperada, el joven Álex Barrera que presentó sus credenciales con descaro y talento.


Abós aprovechó la cita para probar algo hasta ahora inédito y colocó al islandés Stefansson de base. Ni bien ni mal. Trabajador como siempre. El que estaba muy bien era Hettsheimeir, que cerraba la primera mitad con un triple y 16 puntos en su casillero.


Si hasta entonces el CAI había mostrado su cara buena, en el tercer cuarto expuso la mala, la de los despistes atrás, los malos pases, la precipitación y la 'desconexión' del partido. Obasohan anotaba para la 'Penya' con facilidad y llevaba la renta catalana hasta los doce puntos con otro inusual parcial de 15-2.


Hacían falta dos cosas: calma en los ataques y defensa. Esa era la fórmula y a ella se aferraron los de Abós para tratar de reaccionar. La voluntad existía, pero las cosas no salían. El claro ejemplo era un Aguilar que sigue 'tocado' de la ingle y que ayer estuvo a punto de romperse del todo. Tras una penetración a trompicones se llevó la mano a la parte interna del muslo e hizo temer lo peor. Pero volvió. Menos mal.


Diez abajo y todo pintaba mal. Pero el Joventut deja de anotar durante seis minutos y el CAI se pone a cinco. Y el final, trepidante. Siete abajo, Aguilar y Burtschi se echan el equipo a la espalda y la faena la remata Wright con un triple que sirve para empatar, un robo a falta de tres segundos y un libre para amarrar el triunfo. Le va la presión.