Verstappen canibaliza otra victoria en México y Alonso abandona otra vez

El neerlandés solo necesitó una buena salida para llevarse con comodidad su decimosexto triunfo del año, con Sainz cuarto y Alonso abandonando por segunda carrera consecutiva.

Verstappen celebra su triunfo en México
Verstappen celebra su triunfo en México
HENRY ROMERO

Max Verstappen se impuso en el Gran Premio de México, con una facilidad abusiva y la sensación de que en cualquier otro universo se hubiera repetido el resultado. El neerlandés solo necesitó retratar otra vez al 'poleman' Charles Leclerc, que fue tercero y puede dar gracias, con Lewis Hamilton segundo tras superar por estrategia y ritmo a los Ferrari. La víctima del buen rendimiento del británico fue Carlos Sainz, que se quedó sin beber champán por una posición y finalizó cuarto.

De Fernando Alonso, lo mejor que se puede decir es que no tuvo que soportar el bochorno humillante de entrar último en la parrilla. Oficialmente, abandonó porque los trozos de otro coche le afectaron a su coche. La realidad es que Aston Martin ha conseguido transformar un Fórmula 1 en un tractor en apenas unos meses.

Checo Pérez se sabotea a sí mismo

La carrera del ídolo de México acabó en la primera curva. La asunción de que Charles Leclerc o Max Verstappen le iban a dejar paso franco después de la salida, en la que Carlos Sainz se quedó ligeramente por detrás, le costó a Sergio Pérez un toque con el monegasco y un vuelo sin motor que supuso la rotura de su Red Bull, un aterrizaje muy fuerte y un temprano abandono que enfrió totalmente el ánimo de la siempre bulluciosa afición. Ante los medios dijo que solo pensaba en la victoria y que no quería el podio, así que logró su objetivo a medias porque, obviamente, al podio no llegó.

El incidente dejó claras dos cosas: que los nervios pudieron a un Checo cuya continuidad en Red Bull se explica regular y que Verstappen se iba a quedar sin ningún rival por la victoria. Porque el golpe también afectó a un Leclerc que fue con el alerón delantero roto sin uno de los apéndices laterales hasta el final de la carrera. La comodidad con la que Mad Max se impuso fue tal que ni siquiera tuvieron que plantear la estrategia de neumáticos en función del resto, sino ir a su bola hasta el final.

Por detrás, tanto Leclerc como Sainz tuvieron que poner la mirada en los retrovisores, ya que Hamilton se convirtió en un rival muy a tener en cuenta. El de Mercedes cocinó a fuego lento su plan para subir al podio, lo que a la postre supuso esperar hasta las paradas, con faroles incluidos en boxes, para jugársela en un 'undercut'. Y le salió bien inicialmente, con un adelantamiento en boxes que sacó a Sainz del podio. Y se produjo el gran golpe de guion de la carrera.

Bandera roja y carrera nueva

Pasando la trigesimotercera vuelta, Kevin Magnussen sufrió un fortísimo accidente. El danés perdió el control de su Haas cuando pasaba por uno de los pianos de la curva 6. Su suspensión trasera izquierda se partió. No tuvo ninguna posibilidad de evitar el fortísimo golpe contra las protecciones. Mientras la parte trasera, hecha añicos, echaba a arder, el piloto salió por su propio pie sin mayores dificultades, pero con el susto en el cuerpo.

Se convertía entonces la carrera en una 'sprint' a 34 vueltas, con una nueva salida y una nueva oportunidad. Con todos los coches montando nuevos neumáticos (que no neumáticos nuevos), esta nueva arrancada era vital. Especialmente mirando a Hamilton, que fue el único en partir con medios en el 'top 5', pero no hubo muchos cambios de inicio. El heptacampeón se quedó por detrás de Leclerc en la resalida, consciente de que eventualmente iba a poder con él, como ocurrió unas pocas vueltas después. Mientras, por delante, Verstappen se escapaba de manera imposible de cazar.

La carrera quedó vista para sentencia. Por detrás, un pique entre Tsunoda y Norris acabó con el japonés fuera de pista tras un toque entre ambos.

El español Fernando Alonso no pudo terminar la carrera
El español Fernando Alonso no pudo terminar la carrera
ANDRES STAPFF

Fernando Alonso, sin ritmo

La actuación de Fernando Alonso solo se puede calificar de terrible. Ni en sus peores sueños hubiera pensado a principios de año que tendría una carrera, y un fin de semana en general, con tan poco ritmo. Si en la salida ganó una posición, perdió cuatro de golpe. Se vio no solo adelantado por sus precedentes inmediatos, sino incluso por Logan Sargeant y Lance Stroll, pilotos que ni en sus deseos más escondidos hubieran soñado con adelantar a Alonso de manera tan fácil. El asturiano llevaba padeciendo penurias con el AMR23 durante todo el fin de semana, con un coche nervioso y cuyas novedades ejemplifican el concepto de 'peoras' que tan extendido está en el argot formulero.

Tanto en la primera como en la segunda salida ganó posiciones para perderlas a continuación, confirmando que ese monoplaza inconducible (su compañero Stroll montó una versión antigua de varias partes aerodinámicas para, al menos, contar con un coche dócil, aunque le costase salir desde boxes) no le iba a traer ni media alegría.

Visto que eso no iba a mejorar ni con suerte, acabó dejando el coche en boxes. Por segunda carrera consecutiva, Alonso decía adiós a su participación en una carrera, con el extra de que Norris también abandonó, en su caso por un toque con Bottas. La excusa para Alonso es que le afectaron los trozos de otro coche accidentado, pero tanto da. Poco más podía hacer el español en este fin de semana, solo esperar a que acabara. Y, ya de paso, el 2023. Porque, pese a que ha sido el mejor en cuanto a podios desde hace una década, no se puede negar que no esperaba acabar tan mal. Ya queda una carrera menos para 2024.

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