La marcha y el mediofondo impulsan a España a un futuro de optimismo

España ha recibido 44 medallas en los diecinueve mundiales disputados.

Los atletas españoles Álvaro Martín y María Pérez, medallas de oro de los 35 kilómetros marcha en Budapest
Los atletas españoles Álvaro Martín y María Pérez, medallas de oro de los 35 kilómetros marcha en Budapest
MARTON MONUS

Las cuatro medallas de oro en marcha de Álvaro Martín y María Pérez en los 20 y 35 kilómetros y la plata de Mohamed Katir en los 5.000 metros permitieron a España concluir tercera del medallero internacional, un resultado histórico nunca antes obtenido en unos Campeonatos del Mundo.

Los Mundiales de Budapest han sido los más prolíficos para España de su historia porque, aunque se igualaron las cinco medallas de Stuttgart'93, Atenas'97 y París 2003, se hizo con más oros que en ninguna otra edición.

En cuanto a la clasificación por puestos, España también hizo historia al terminar séptima con 55 puntos y como segundo mejor país europeo tras Gran Bretaña. Las diez plazas de finalistas supusieron la mejor cosecha desde Osaka 2007.

"El campeonato ha sido muy bueno. Las estadísticas cada uno las puede interpretar para su beneficio pero somos terceros del medallero y evidentemente no pienso que seamos la tercera potencia del mundo", declara el seleccionador español José Peiró.

"El equipo tuvo un altísimo nivel en cuanto a lo que se les pide, la competitividad. Creo que todos han competido. No solo los medallistas. La actuación ha sido muy buena", comenta.

La marcha nunca falla

Los marchadores, que nunca fallan en los grandes campeonatos, volvieron a rendir a un gran nivel. A las medallas de oro de María Pérez y Álvaro Martín se une el quinto puesto de Cristina Montesinos en los 35, quedándose a un paso del podio.

La barcelonesa Raquel González, subcampeona de Europa en Múnich 2022, acabó decimotercera los 35 km; y Antía Chamosa en el puesto 29 los veinte kilómetros. Alberto Amezcua fue decimotercero y Diego García Carrera acabó en el puesto 39 los 20 km; mientras que Miguel Ángel López fue duodécimo y Marc Tur vigésimo segundo en los 35.

El buen rendimiento histórico de la marcha española se resume en cifras. De las 44 medallas (9 oros, 16 platas y 19 bronces) en los diecinueve mundiales disputados desde la primera edición en Helsinki'83, veintiuna han sido en la marcha, lo que supone casi la mitad del total.

Cara y cruz en el mediofondo

Mohamed Katir cumplió con las expectativas de pelear por una medalla y se subió al podio con una plata en los 5.000 metros tras un tremendo esprint final que ganó el noruego Jakob Ingebrigtsen en una carrera de vértigo celebrada en la última jornada de competición.

En esa misma final de 5.000 corrió, aunque quedó último, el joven malagueño Ouassim Oumaiz, debutante en un Mundial, todo lo contrario que Mario García Romo, que volvió a demostrar su valía y su talento con una buena participación en los 1.500 metros, que concluyó en la sexta plaza.

La plata de Katir le resarció de su frustración en los 1.500, en los que no pasó a la final, igual que le ocurrió a Adel Mechaal, que justificó su pobre rendimiento en la ronda clasificatoria en la cercanía del Campeonato de España y el parón que tuvo que hacer para descansar y afrontar ambas competiciones.

En la categoría femenina de 1.500, Esther Guerrero y Marta Pérez llegaron a semifinales pero se quedaron sin el premio de pelear por las medallas en la final. Antes, en primera ronda, cayó eliminada Águeda Marqués.

No pudo subirse al podio, aunque se quedó a solo ocho centésimas del bronce, el gallego Adrián Ben, que, con este cuarto puesto y el oro en el Europeo de pista cubierto del pasado marzo, se ha convertido en la gran referencia española del 800, distancia en la que Saúl Ordóñez y el debutante Mohammed Attaoui no pudieron entrar en la final.

Peor les fue a las representantes españolas del 800. Lorea Ibarzabal, Daniela García y Lorena Martín dijeron adiós a su participación en primera ronda al no clasificarse para las semifinales tras su primera carrera.

Buen papel en longitud

La valenciana Fátima Diame, que disputó su primera final mundial al aire libre en su tercera participación tras caer eliminada en las rondas de clasificación de Londres 2017 y Eugene 2022, finalizó sexta, mientras que la española de origen nigeriano Tessy Ebosele concluyó octava.

Ambas entrenan en el grupo de trabajo que mantiene en Guadalajara el cubano Iván Pedroso, técnico de la venezolana Yulimar Rojas, que en Budapest consiguió su cuarto título consecutivo de triple salto.

El que no estuvo fino fue Jaime Guerra, que, en su primer Mundial absoluto al aire libre, comenzó el concurso con un salto nulo, al que le siguió uno válido de 7.35 y acabó con otro nulo. Esas marcas le llevaron a ser último de su grupo y caer eliminado a la primera.

Tampoco acompañó la suerte a María Vicente, que se quedó fuera de la final de longitud por dos centímetros y de triple salto por la regla del segundo intento cuando se igualan las marcas en un concurso. Empató con las estadounidenses Jasmine Moore y Tori Franklin a 14.13 metros. Los jueces podían dejar pasar a las tres saltadoras a la final por haber compartido marca o desempatar utilizando la medida del segundo mejor salto, tal y como aparece en el reglamento. Fue lo que decidieron.

Los relevos, sin final

El relevo 4x100 femenino, formado por Lucía Carrillo, Jaël Bestué, Paula Sevilla y Carmen Marco, quedó eliminado en la ronda de clasificación y no accedió a la final al concluir sexto de su serie muy lejos de los primeros puestos.

La mala fortuna se cruzó en el camino del relevo 4x400 masculino, formado por Iñaki Cañal, Samuel García, Bernat Erta y Oscar Husillos, que sufrió el infortunio de verse penalizado por una obstaculización del relevo indio en la entrega del tercer testigo.

Los técnicos de la selección española reclamaron pero el recurso fue desestimado por considerarse 'incidente de carrera'.

En la categoría femenina, el equipo español de 4x400 formado por Eva Santidrián, Herminia Parra, Laura Bueno y Bárbara Camblor, concluyó último la serie de clasificación, tras una carrera lastrada por la mala entrega del primer testigo.

Velocidad y vallas

La velocidad española empieza a tener el nombre de la barcelonesa Jaël Bestué, que, a sus 22 años, está compitiendo a muy buen nivel con las grandes estrellas internacionales. En Budapest llegó hasta semifinales en 100 y 200 y demostró el potencial que atesora con su juventud, augurándola una buena progresión.

En los 100 metros vallas, el valenciano Quique Llopis realizó su mejor marca personal (13.30) pero quedó eliminado en semifinales al concluir tercero su serie y, por tiempos, tampoco pudo entrar.Antes se quedó Sergio Fernández, que en primera ronda dijo adiós al sueño mundialista.

Maratón

El maratón volvió a ser de dominio africano con victorias en la categoría femenina de la etíope Amane Beriso Shankule y en la masculina del ugandés Victor Kiplangat.

La primera española fue la barcelonesa Meritxell Soler, que concluyó en el puesto 27. Por detrás, en el puesto 38, la tarraconense Marta Galimany, plusmarquista nacional de la distancia, y Fátima Ouhaddou abandonó antes del kilómetro 26.

Entre los hombres, los tres nacionalizados, ninguno logró acabar entre los veinte primeros. Tariku Novales, del Club Adidas, nacido en Etíopia pero criado en Galicia desde pequeño, fue vigésimo primero con 2h12:39, marca personal.

Un puesto por detrás, vigésimo segundo, finalizó Ayad Lamdassem, de ascendencia marroquí y con nacionalidad española desde 2007, que completó su primer Mundial sin abandonar en su cuarta participación, mientras que Ibrahim Chakir, también de ascendencia marroquí y nacionalizado español desde 2016, concluyó en el puesto 24.

Arce salva el 3.000 obstáculos

De los cinco representantes españoles en los 3.000 obstáculos solo el burgalés Daniel Arce logró entrar en la final y tratar de pelear por las medallas, aunque en su caso concluyó noveno, mismo puesto que en el anterior Mundial de Eugene.

Víctor Ruiz, en la primera ronda clasificatoria, concluyó sexto su serie y quedó eliminado a las primeras de cambio al no finalizar la carrera entre los cinco primeros.

Por su parte, la madrileña Marta Serrano, la toledana Irene Sánchez Escribano y la sevillana Carolina Robles, las tres españolas en la primera ronda, quedaron eliminadas tras una clasificación que lideró la keniana Jackline Chepkoech.

Disco y martillo

Yasiel Sotero llegó a este Mundial de Budapest avalado por el bronce en el Europeo sub23 en lanzamiento de disco pero su experiencia mundialista apenas duró la ronda de clasificación, en la que con una marca de 55.89 metros concluyó penúltimo de su serie.

Tampoco le fue mucho mejor a Laura Redondo en martillo, ya que una discreta marca de 66.95 metros la impidió ni tan siquiera pelear por acceder a la final.

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