Jonathan García, guía paralímpico: "Nos convertimos en sus ojos las 24 horas del día"

Este entrenador que se convirtió en lazarillo de forma accidental lamenta que las becas ADO solo premien a las grandes figuras

Jonathan García, con Alba García, en los Juegos de Tokio.
Jonathan García, con Alba García, en los Juegos de Tokio.
Colpisa

En poco más de un año, el pebetero del Estadio de Francia se encenderá para dar comienzo a los XVII Juegos paralímpicos de la historia. Allí más de un centenar de atletas españoles tratarán de igualar los 36 metales conseguidos en 2021 en Tokio. Un camino complicado donde el dinero no alcanza y también hay déficit de guías. «Lo mío fue accidental», responde Jonathan García, guía en los anteriores Juegos paralímpicos. «Es una experiencia brutal, pero también es una gran responsabilidad».

¿Cómo llega a ser guía de una atleta paralímpica?

Surgió mientras me formaba como entrenador de atletismo, uno de los profesores que tuve era el responsable de la Federación Española de Ciegos. Me comentó la necesidad de echar una mano en los ratos libres y, al final, acabé en Tokio. Quién me iba a decir que aquella conversación en el aula acabaría así.

Además de prepararse para ser entrenador, también corría, ¿no?

Sí. Soy entrenador y, actualmente, sigo compitiendo.

¿Qué es necesario para ser guía de un atleta paralímpico?

Mucho, hay que tener en cuenta que hay que adaptarse totalmente a una persona. Aquí no corres solo, si no tienes que adaptarte a la zancada de esa persona, a sus características. Es totalmente diferente a cuando uno corre de forma individual.

¿Hay déficit actualmente?

Sí. A ver, cuando es un atleta ya de primer nivel, consagrado, evidentemente va a tener una persona porque es imprescindible. El problema está en toda esa gente que viene de abajo con una proyección increíble. Hablamos de jóvenes con 14, 15 o 16 años que no tienen a una persona a su lado entrenando de forma regular y es muy importante que la tengan.

Y se adaptó a Alba García, una de las grandes promesas... ¿Cómo fue esa adaptación, esa toma de contacto?

Al principio iba echando una mano a todos, un día uno y otro con otro. Con el tiempo, Alba y yo fuimos entrenando varios días y las cosas salieron bien. A su entrenador le llamó la atención y le dimos más continuidad y de ahí hasta los Juegos de Tokio.

Entiendo que, además, se ha de generar una relación de confianza y cercanía.

Hay mucho trabajo en pista, pero también fuera. Pasamos muchas horas juntos y acabas con una relación de amistad y de complicidad. La función del guía fuera de casa es que el atleta se sienta lo más cómodo posible, nos convertimos en sus ojos las 24 horas, no solo durante las horas de entrenamiento.

Meses de entrenamientos y, finalmente, Tokio. ¿Cómo lo recuerda?

Fue súper especial. Me puse a llorar como un niño, porque es algo con lo que siempre sueñas. Todo deportista sueña con vivir la experiencia de unos juegos olímpicos y es algo muy lindo.

¿Cuánto duró la preparación?

Unos dos años.

En esa preparación siempre se habla de los problemas económicos, salvo las grandes estrellas. ¿Ustedes también los tienen? ¿Pueden compaginar su vida con ese camino?

Tanto olímpicos como paralímpicos están dentro de las Becas ADO, pero no se trata a todos por igual. O eres un medallista de primer nivel o tienes una ayuda mínima, en mi caso eran 212 euros y con eso al mes no te puedes dedicar a esto. Y la beca, esa misma, es idéntica para el atleta que para el guía.

Finalmente llega a París. ¿Qué sintió en la salida de tacos?

Se te ponen los pelos de punta, aunque el estadio estaba vació por la covid-19. A pesar de ello fue algo increíble.

¿Cuando cruzaron la meta, qué se dijeron?

El momento más especial fue en la prueba de 200 metros que fue la última y salió bastante bien, porque Alba logró su diploma paralímpico en sus primeros juegos. Nos abrazamos y le dije que disfrutara porque era algo maravilloso y que se lo había ganado a pulso todos estos años.

Y ahora París 2024…

En principio, yo no. Estoy a disposición de la Federación Española de Ciegos y nunca se sabe, porque puede haber lesiones. Alba, si no pasa nada, estará. Ha tenido un cambio importante de categoría, ahora es T11 (ciego total). Probablemente alterne carrera con salto de longitud, donde ha tenido la cuarta mejor marca mundial recientemente. Estará dando mucha guerra y seguro que muchas alegrías.

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