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Javier Grasa: "Correr después de 25 años es como un veneno"

Nacido en Zaragoza en 1960, cumple sus bodas de plata en la Baja Aragón. La prueba se celebra del 21 al 22 de julio en territorio turolense. 

Javier Grasa posa en la plaza de Santa Engracia de Zaragoza.
Javier Grasa posa en la plaza de Santa Engracia de Zaragoza.
Oliver Duch

¿Cuántas Baja Aragón van ya, Javier?

Esta, la que comienza el próximo 21 de julio, será la número 25. Cumplo las bodas de plata de forma ininterrumpida.

La pasión por la gasolina le viene de familia.

De mi padre, concretamente. Mi padre corría en la Copa ATS de Alcañiz, y de ahí me viene el veneno por los coches que llevo dentro. Todavía me emociono al recordar aquellos años.

¿Y cuándo empezó a competir?

En el año 1997 me inicié en el mundo de los raids.

¿Cómo ha cambiado la Baja desde sus inicios?

Sobre todo en su nivel. Antes, a pesar de que también competías con los mejores de la especialidad, meterte entre los 20 primeros era factible. Hoy en día resulta impensable para un amateur como yo. Se corre por tramos y los vehículos se revisan, de forma que los equipos más potentes salen con el coche nuevo y nosotros tenemos que hacer filigranas para mantenerlo. También ha subido la potencia de los motores: ahora hay algunos con 400 cv.

¿Qué tiene esta prueba para conseguir atraer a los mejores pilotos?

Reúne diversos aspectos. El principal, probablemente, es su belleza: el trazado actual por Teruel es bonito, pero antes también lo era el recorrido que se hacía por los Monegros. Otro punto importante es la dureza de la carrera, que la convierte en mítica. Los pilotos llegan a soportan temperaturas de 50 ºC dentro del coche.

¿Quiénes son los favoritos este 2023?

Carlos Sainz, Nani Roma, que aunque viene de recuperarse de un cáncer siempre está entre los mejores, y Nasser Al-Attiyah, que es mi piloto preferido. Eso, sin olvidarnos de los portugueses, que siempre son rápidos.

¿Qué momento atraviesa el motor en Aragón?

Hay pilotos de un nivel muy alto. David Asensio, Guillermo Gómez o Víctor Grasa (mi hijo) están ocupando podios en el Campeonato de España.

Usted es un ejemplo para esos jóvenes.

Bueno, yo no soy precisamente un piloto rápido, pero sí muy constante. Suelo estar en la pomada y llegué a ser campeón de España en la categoría P3 de buggies; he corrido más de 50 raids del Nacional; 20 internacionales; y, a día de hoy, soy el único aragonés que ha participado en el Dakar en coche.

¿Qué hace falta para ganar una Baja?

De entrada, un presupuesto muy alto. Van a participar coches que tienen un millón de euros de presupuesto. Eso es inasumible para la mayoría.

¿Alguna vez se vio cerca de ganar?

No. Decir lo contrario sería engañarme. He conseguido hacer buenos puestos; he conseguido terminar casi todas; y con eso me quedo. Terminar una Baja no es fácil.

¿Qué le dicen en casa en los días previos?

¡Uff! Mi mujer trata de convencerme de que pare ya. Son muchos años y, además, mi hijo también compite y la tenemos desesperada con el ambiente previo a la Baja. Todo son nervios y ella lleva toda la vida aguantando.

¿Siente miedo antes de subirse al coche?

Miedo no, lo que sientes es una especie de hormigueo. Conducir un coche de carreras por caminos es algo indescriptible. Exige mucha atención y muchos reflejos. Más aún, con los aparatos actuales, con aparatos como el Nissan ‘pick up’ V8 (380 cv) que llevaré este año.

¿Hasta cuándo se ve compitiendo?

Puede que esta sea mi última Baja Aragón, pero no lo tengo claro. Mientras el físico me lo permita, me gustaría seguir montándome en un coche de carreras. Correr después de 25 años es como un veneno, como una droga. Parece que me falta algo si no lo hago, pero ya voy pensando en el momento de la retirada.

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