El Open Villa de Benasque finalizará el viernes, ¿qué balance se puede hacer de su 42ª edición?Ha sido muy importante por los 506 jugadores, siete entre los cien primeros del mundo, que hemos reunido. Es nuestra segunda mejor marca tras los 567 de 2010, un éxito que implica que en el valle de Benasque durante quince días haya dos mil personas entre participantes y acompañantes. Materializa nuestro lema de ajedrez y montaña e implica un gran impacto económico para la zona. Tener esa cantidad de jugadores nos vuelve a poner entre los mejores torneos de España y revaloriza el esfuerzo que hace el Ayuntamiento de Benasque en aspectos como la cuantía de los premios.

¿Qué proyección tiene el torneo más allá de Aragón?A través de las retransmisiones en directo, alrededor del mundo se conectan a las partidas más de dos mil personas. Colocamos a Benasque en el planeta. Su nombre se conoce dentro del ajedrez y eso es algo que se ha logrado a lo largo de los años. Lo más importante es que los jugadores quedan contentos y que repiten. Hay algunos que llevan treinta años viniendo y eso significa que algo hacemos bien.

¿Cuál es el secreto?Sin el apoyo del Ayuntamiento sería imposible, ha estado con nosotros desde la primera edición con veinte participantes. También, nuestro trabajo es intenso. En la clausura se darán las fechas del año que viene y en octubre ya estaremos preparando. La contratación de jugadores es complicada, pero vamos progresando. Con la pandemia tuvimos altibajos, pero la reacción ha sido buena. Los jugadores quieren estar presentes y vienen aquí porque optan a normas internacionales, a títulos, a puntos de ELO, a experiencia. Puedes jugar contra alguien de cualquier categoría.

Durante la pandemia hubo una eclosión del ajedrez a través de internet.Sí, pero a la gente lo que le gusta es estar cara a cara. En Benasque tenemos un hermoso pabellón, buena temperatura, naturaleza. Siempre viene la selección de la Once, tenemos a miembros de la cubana, a doce jugadores de China, a 19 de la India. Todos son élite y jóvenes con proyección. Tenemos diversidad, no solo vienen de élite, sino de diversos niveles para que haya accesibilidad. Desde ayer, muchos de los presentes van a obtener normas y títulos. Hay mucha igualdad y en Benasque casi nunca ha ganado el número uno del ranking.

También se percibe buen ambiente fuera de la competición.
Es maravilloso. La gran mayoría de los participantes solo se encuentran al cabo del año en Benasque, donde se genera una familia. Les ofrecemos actividades paralelas para que tengan vías de evasión y conozcan la zona. Hay torneos de billar, de fútbol, de baloncesto, de cartas, hay excursiones y el río esta lleno toda la mañana.

Lleva más de quince años en la organización y antes fue jugadora, ¿cómo ha cambiado el open?Hemos ido mejorando en premios, en calidad, en la sala de juego, en las actividades paralelas. Queremos que todos se vayan felices. Hemos tenido retos como los cambios tecnológicos y también hemos ido actualizando la manera de llegar a la gente. Estamos en las redes sociales y en muchos medios de información.

¿Cómo de importante es Benasque para el ajedrez aragonés?Aragón tiene que estar feliz de tener este torneo. Permite que nuestros jugadores se midan a grandes maestros y vean de cerca a las figuras. Muchos han logrado aquí sus títulos sin necesidad de irse lejos. Jugar en Benasque es el primer reto y aquí logró sus normas Daniel Forcén, que esta siempre entre los primeros. Ahora mismo, tenemos una gran cantera de jóvenes figuras.

Entre ellas, Mateo Mendoza, campeón nacional sub-10, que es pupilo suyo en Monzón.
Lo ganó el fin de semana pasado y ahora irá en septiembre al Europeo. Está en proceso de formación y no podemos acelerar, hay que ir paso a paso. En el Nacional partía séptimo en el ranking, pero trabaja constante y conoce lo que hay que hacer. Hace ocho horas a la semana de ajedrez, el fin de semana juega, saca sobresalientes y también practica el fútbol.

¿Hacia donde va el futuro del torneo?Llegar a los 600 jugadores. La dificultad son las plazas hoteleras. Si se hace el telecabina hasta Cerler, despejaría el camino. También hay que progresar en lo tecnológico y en otros aspectos. La renovación es constante.