atletismo

El Maratón de Boston del aragonés Alfonso Sanz

El atleta zaragozano afincado en Huesca fue uno de los 30.000 que tomaron el lunes la salida en el maratón más antiguo del mundo. La experiencia la califica de “inmejorable” y destaca el ambiente y el apoyo del público.

Alfonso Sanz, aragonés en el Maratón de Bostón.
El aragonés Alfonso Sanz, con su medalla de finalista en el Maratón de Boston.
A.S.

El protagonismo fue para los kenianos, para los ganadores Evans Chebet, que revalidó el triunfo del año pasado, y Hellen Obiri, y para el plusmarquista mundial Eliud Kipchoge, que se tuvo que conformar con la quinta plaza, pero por detrás hubo 30.000 corredores más desafiando la lluvia, la temperatura fría y un trazado en el que sus 42 kilómetros se ven endurecidos por las muchas subidas y bajadas. El Maratón de Boston, el más longevo de cuantos se celebran en el mundo, alcanzó el lunes una 127 edición en la que, como es habitual, no faltó la presencia de aragoneses. Uno de ellos fue Alfonso Sanz, zaragozano de 39 años afincado en Huesca que vivió que vivió “una experiencia inmejorable” tanto en el plano personal como en el deportivo.

La marca de este atleta aficionado fue de 3h 02:12, la segunda mejor dentro de los doce maratones que ya lleva en sus piernas desde que se estrenó en la distancia de Filípides en 2010. Desde entonces había participado en los de Valencia, Madrid, Barcelona, Sevilla, San Sebastián, Zaragoza, Málaga, Vitoria e incluso en uno de montaña, el de Las Tucas de Benasque, pero aún no se había estrenado a nivel internacional. Lo que se encontró en Boston le sorprendió. “El maratón empieza mucho antes de tomar la salida, desde que llegas. Ya cuando recoges el dorsal la gente por la calle sin conocerte de nada te desea buena suerte, nunca me había pasado. Tres o cuatro horas antes tienes que acudir a buscar un autobús que te lleva a la salida y ahí estás esperando en una explanada con gente de todas las nacionalidades, es cuando te das cuenta de lo grandes que es esto”, narra, subrayando que todo fue “un sueño”.

“Es diferente a lo que estamos acostumbrados porque se realiza en lunes y se desarrolla de forma lineal, se parte de un pueblo, Hopkinton, y llegas a Boston corriendo por la carretera”, explica. “Durante todo el recorrido hay gente animando y gritando que permanece ahí las seis horas que dura sin importar que, como en este caso, el día sea lluvioso; te dan mucha energía. Pasas por zonas residenciales y como es festivo la gente está haciendo barbacoas en sus jardines y nos ofrecen avituallamiento”, cuenta. “Me recordó a la Behobia-San Sebastián, pero multiplicado por diez”, ejemplifica.

Para poder participar en el Maratón de Boston es necesario presentar una marca mínima según los diferentes rangos de edad. Sanz la logró en mayo del año pasado en Vitoria con un tiempo 3h 3’. “Siempre había pensado que si hacía un maratón fuera de España sería el de Boston porque lo veía especial, así que en septiembre eché la solicitud y comencé a buscar vuelos y alojamiento, que esta semana por el maratón se nota que se encarecen mucho”, advierte. En diciembre en Málaga pulverizó su récord con 2h 57’, pero una lesión muscular le hizo estar cinco semanas parado y contar solo con dos meses para prepararse para el reto en Estados Unidos. “He cumplido las expectativas”, se muestra contento.

Más allá de los doce maratones, el curriculum de Sanz incluye 25 medios maratones. Aunque de más joven ya había corrido, a partir de 2008, motivado por el ejemplo de su padre, asiduo a muchas carreras, comenzó a hacerlo de forma continuada. “Empiezas con una 10K, luego pasas al medio maratón, ves que te gusta y el siguiente paso es el maratón”, describe su evolución. “Hasta 2019 me preparaba buscando planes por internet, pero desde entonces me puse en manos de un entrenador, Alberto López, y gracias a él he ido dándoles mordiscos a las marcas; mis primeros maratones los hice en 4h 20’ y 4h 57’. Recomiendo acudir a un entrenador personal, es la mejor manera para mejorar y no aburrirse”, asegura. Para tomar la salida en Boston también tuvo los consejos Daniel Cremades, oscense al que le restan los maratones de Londres y Berlín para haber participado en los conocidos como los seis grandes, listado que incluye también los de Boston, Nueva York, Chicago y Tokio.

Junto al aspecto deportivo, los maratones también le ofrecen la oportunidad de "conocer ciudades". Al respecto, "Boston tiene cosas muy interesantes para ser visitadas, es una ciudad muy bien conectada y la gente resulta muy amable, había estado en otros lugares de Estados Unidos antes y éste me ha encantado".

Ahora, se plantea nuevos retos aunando esa doble vertiente atlética y turística. “De salir al extranjero sería a Berlín o Londres, a los que se accede por sorteo, aunque también quiero seguir conociendo maratones en España como los de Castellón y Logroño”, cuenta.

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