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Unas raquetas de colección

La semana del tenis en Zaragoza se completa con una exposición y un congreso de la Asociación de Coleccionistas de Tenis de España, promovida por el zaragozano Juan Antonio Burges.

Juan Antonio Burges, en la exposición que inauguró ayer en el Club de Tenis.
Juan Antonio Burges, en la exposición que inauguró ayer en el Club de Tenis.
Heraldo

Quien ha jugado a tenis, y ya tiene una determinada edad, recuerda cómo eran las raquetas entonces: de madera, mango largo, cabeza estrecha… Unas piezas especiales que ahora, en la época del titanio, el aluminio o el grafito, tienen un encanto y un esplendor aún mayor. Un pequeño grupo de aficionados a estas raquetas, entre ellos el zaragozano Juan Antonio Burges, se empeñó en que este legado no se perdiera.

Cada uno de ellos, de manera individual, eran pequeños coleccionistas de raquetas clásicas, principalmente; pero hace unos años se decidieron agruparse en la Asociación de Coleccionistas de Tenis para compartir experiencias. "El objetivo es compartir información entre nosotros del coleccionismo de tenis, de raquetas históricas de jugadores, y ayudarnos a divulgar lo que hacemos", cuenta Burges, un histórico del tenis en Stadium Casablanca.

Esos contactos acabaron fructificando en una exposición que se inauguró ayer en el Real Zaragoza Club de Tenis y en un congreso internacional, el primero de estas características en España. La exposición reúne un buen puñado de piezas y abre todos los días hasta el domingo, en horario de 18.00 a 20.00. El congreso se celebra el sábado, con un completo programa que empieza a las 10.00 y termina a las 20.00. Incluye ocho charlas de asuntos como 'la raqueta nacional', 'la simbología en las raquetas antiguas', 'historia de las raquetas ganadoras de Grand Slam' o 'historia, características y uso de la pelota'.

"Más que coleccionistas somos conservadores de nuestro patrimonio. Muchas de estas raquetas se vendían al extranjero, y nosotros queremos que se queden aquí", señala Burges. La asociación la componen una treintena de coleccionistas, aunque cada vez se van incorporando más. Hay gente de toda España, pero también franceses, argentinos y polacos, que vienen estos días a Zaragoza con motivo del congreso.

"Cada uno es coleccionista por algún motivo. La mayoría somos gente de a partir de 40 años, aunque queremos incorporar a gente más joven. Generalmente la afición surge porque ha visto algunas raquetas con las que jugaron de pequeños", cuenta Burges. En muchos casos, según señala, esa chispa la encendió un modelo concreto, la Dunlop Maxply Fort.

Uno de los atractivos de esta afición es la madera de la que están hechas, "un material noble que hacen que sean especiales", explica Burges, quien destaca que son "raquetas de fabricación bonita y costosa". Pero luego, cada coleccionista encuentra su motivación, e incluso se especializa "en una marca, una etapa de la historia, en modelos que llevaban jugadores concretos...".

Además, seguir la evolución de estas raquetas permite ver la evolución misma del tenis. En su caso, le gusta seguir y coleccionar raquetas que muestren "la transición de los años 60, 70 y 80 hacia nuevos materiales". En su caso, ha logrado reunir más de 800 raquetas, la mayoría de ellas en perfecto estado de conservación. Lo hace gracias a compraventas, trueques y a rastrear el mercado nacional e internacional. En las paredes de su casa prácticamente no cabe ni una más. Un patrimonio tremendo del que está muy orgulloso y que, mediante actividades como las de esta semana, quiere mostrar al mundo. 

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