fórmula 1

Alonso pierde su podio 100 por una sanción

El asturiano celebró el tercer puesto, solo por detrás de los Red Bull, pero fue castigado después de la carrera por no cumplir correctamente una sanción.

Saudi Arabian Grand Prix
El español Fernando Alonso abrazando a su equipo
RULA ROUHANA

El VAR de la Fórmula 1 dejó sin sueño de los 100 podios de Fernando Alonso. El asturiano celebró su segundo tercer puesto consecutivo en este 2023, pero instantes después de bañarse en champán, llegó el varapalo: había cumplido mal una sanción. Haberse colocado mal en la parrilla de salida le costó inicialmente cinco segundos de castigo, pero un mecánico, el del gato hidráulico trasero, tocó antes de tiempo el coche y, por tanto, incumplió la norma. El equipo Mercedes protestó y la FIA, al igual que hizo hace dos semanas con Esteban Ocon, le metió un castigo final de 10 segundos. De ser tercero cayó al cuarto puesto y su podio lo heredó George Russell.

El asturiano entró en meta tras Sergio Pérez, que no pudo ponerse líder del campeonato porque Max Verstappen, cuya remontada desde el decimoquinto le permitió acabar segundo, hizo la vuelta rápida en el último instante. Los Red Bull son inalcanzables de momento.

La salida de Fernando Alonso fue más que decente, pero no legal. Sergio Pérez sabía dónde y a quién le tenía que cubrir, por lo que no dudó en echarse hacia la izquierda en cuanto se apagaron los semáforos. No fue suficiente: Alonso llegó a la primera curva en la primera posición y la afición ya aullaba. Pero no había acabado todo, ni mucho menos: Alonso se había colocado mal. La FIA actuó rápido y enseguida advirtió al asturiano de una sanción de cinco segundos, algo parecido a lo que le pasó a Esteban Ocon en Baréin. En Yeda le tocó al español, que se había colocado ligeramente echado a la izquierda y, por tanto, de manera incorrecta. Sanción inapelable que obligó a Alonso a contar con ese hándicap para más adelante.

En cuanto llegó el DRS, Pérez solventó su mala salida para ponerse primero, mientras por detrás el caimán Max Verstappen aún tardaba en remontar hasta el podio, que era su gran objetivo planteado. No solo Alonso estuvo bien: en Aston Martin también festejaron a lo grande cómo Lance Stroll le arrebataba la cuarta plaza a un dócil Carlos Sainz que en los primeros giros sufrió más de lo previsto.

Activado el plan A

El objetivo de Alonso era claro: sostener el segundo puesto. Esos cinco segundos de penalización que debía asumir en la parada en boxes le obligaban a tener un colchón con los de detrás para la parada en boxes, algo que hizo con una táctica tan fácil de plantear como difícil de hacer: atarse a la trasera del Red Bull de Pérez. La réplica del mexicano fue obvia: apretar para separarse de Alonso con margen de DRS superior.

Mientras, por detrás, la lucha estratégica entre Ferrari y Aston Martin salió a favor de los primeros. Los de rojo acertaron esta vez: farolearon con Carlos Sainz para intentar el adelantamiento en boxes sobre Lance Stroll y les salió bien. No hizo falta: el canadiense abandonó por un problema en los frenos, lo que hizo salir el coche de seguridad.

Este incidente benefició a Alonso. El asturiano, que no había hecho su parada en boxes, pudo cumplir la sanción y, además, cambiar los neumáticos sin que esa pérdida de 5 segundos le afectara en la distancia con George Russell. El español se mantuvo segundo y, por tanto, la sanción inicial quedó en nada.

En este incidente, los grandes perjudicados fueron los que pararon en boxes antes del coche de seguridadcomo Ferrari. Prueba de ello fue que Sainz perdió posición con Hamilton, en la lucha por el quinto puesto, nada más reiniciarse la carrera.

Verstappen hace de liebre de Alonso

Si antes de la carrera se pagaba a 2,5 euros la victoria de Verstappen era por actuaciones como esta. El neerlandés pasó a Fernando Alonso en segunda posición cuando se cumplía el ecuador de la carrera. Era lo previsible: Red Bull está a un mundo, aunque Aston Martin tenga un coche más que decente.

La lucha de Alonso fue entonces sujetar el podio, alcanzar el 100º de su carrera deportiva. Para ello debía no solo no perder de vista a Pérez y Verstappen, sino también mirar por los retrovisores para que Russell y Hamilton no le atrapasen. El neerlandés se convirtió en una liebre perfecta para el asturiano, mientras Russell se hacía su mejor aliado: todo lo que sujetase el joven británico al heptacampeón era oxígeno que le daba a Alonso.

Pérez actuó de 10. Mientras todos esperaban que Verstappen le arrancase las pegatinas, él respondió con un ritmo infernal que su compañero solo pudo igualar y poco más. De hecho, a falta de acción en pista (gracias a Pirelli, una vez más), hubo en las radios.

Primero Verstappen se quejó de que notaba algo raro en la dirección. De repente le empezó a ir más dura de lo previsto, lo que hizo temer lo peor. Aunque no determinaron qué ocurría, las últimas 10 vueltas del bicampeón fueron conteniendo el aliento. También Pérez se empezó a quejar de que el pedal de freno estaba comportándose extraño. Ese conato de problemas en Red Bull provocó la reacción inmediata de Alonso: pasó de rodar en 1:34 a hacerlo en 1:32. También porque en Mercedes empezaron a jugar con la otra F1: avisaron a Russell de que, quizá, a Alonso le tocaba una penalización extra de 5 segundos porque la anterior no había sido correcta.

Aunque Alonso aumentó el margen más de cinco segundos, por si acaso, pero instantes después de que se hubiera bajado del podio le anunciaron el castigo. Aún así, por segunda carrera consecutiva, demostró que va a estar ahí con otra carrera que es toda una declaración de intenciones. El segundo doblete de Red Bull de este año les confirma como el rival a batir sin duda, pero también a Aston Martin como la alternativa. Si en algún momento fallan, ahí estará Alonso. La clave está en que no fallen él ni sus mecánicos.

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