El Classic Festival reúne en Motorland a miles de aficionados y a auténticas joyas del motor
Motos, coches, camiones y sidecares han rodado durante todo el fin de semana en los circuitos de karting y velocidad de la instalación de Alcañiz.
El Motorland Classic Festival ha vuelto a deslumbrar a los apasionados al mundo del motor. Cerca de 5.000 personas han visitado la instalación mundialista durante las tres jornadas que ha durado el evento (de viernes a domingo) y casi 300 participantes han puesto sus coches, motos, sidecares y camiones a subir revoluciones entre los pianos del circuito de velocidad alcañizano y el de karting.
El domingo se cerró el evento con la icónica imagen de los vehículos rodando por el circuito de velocidad y el sábado el protagonismo fue para los camiones que pudieron dar un par de vueltas por el trazado de Motorland dejando imágenes muy imponentes en las zonas más famosas del circuito como el muro o el Sacacorchos. Camiones americanos, grúas, incluso un autobús rodaron en las curvas alcañizanas para deleite de los fans que se acercaron a vivir el festival
En el Classic Festival se pudieron ver auténticos autos de ensueño como el Mustang o todo tipo de Seat históricos. Además, las motocicletas más míticas de 2 y 4 tiempos también fueron protagonistas con modelos como la Kawasaki ZXR-7, la Honda CBR o la Yamaha YZR entre otros. Sin embargo, la mayor atención se lo llevaron los monstruosos camiones. Los visitantes también tuvieron la oportunidad de participar en el bautizo del sidecar el sábado por la tarde. Tanto pequeños como mayores sintieron la emoción de ser el copiloto de uno de estos increíbles vehículos en una zona habilitada para ello en el 'paddock' de Motorland.
Durante todo el fin de semana, parte de las zonas VIP se habilitaron con actividades dirigidas a los más pequeños. Talleres, juegos, pinta caras, tatuajes o ludoteca hicieron que para el público más joven también fuese una experiencia inolvidable. Además, las personas que se acercaron a Motorland tuvieron la oportunidad de enfrentarse al trazado mundialista en los simuladores para así acercarse a la adrenalina de correr en un circuito internacional desde la piel de un piloto.
