baloncesto

El Casademont Zaragoza cae en casa ante el Gran Canaria (76-86)

El conjunto aragonés encaja su decimocuarta derrota de la temporada, lastrado por un deficiente segundo cuarto y castigado por los triples de Shurna. 

Otro revés. El Casademont Zaragoza encajó este domingo una nueva derrota, la decimocuarta de la temporada, después de protagonizar un segundo cuarto desalentador que condicionó el posterior desarrollo del duelo (76-86). El cuadro aragonés emitió señales positivas en el inicio, pero se desencajó después, de manera sorprendente, ante un rival que estableció un parcial de 14-27 en los 10 minutos previos al descanso. A partir de ahí, el Gran Canaria se mantuvo siempre por delante en el marcador, pese a la insistencia de un equipo local que, tirando de casta y orgullo, cuestionó el triunfo de su rival hasta el último suspiro de la contienda.

En el inicio, el Gran Canaria tuvo muchas dificultades para anotar. Transcurridos tres minutos de juego, toda su facturación se redujo a una canasta de Oliver Stevic, tras un rebote ofensivo. El Casademont era un bloque sólido, contundente en las labores de contención, y en ataque se aplicaba con criterio y solvencia bajo el mando de Omar Cook (6-2). Y aunque los visitantes, conforme avanzaba el encuentro, mejoraron sus prestaciones y sus porcentajes de tiro, el cuadro local no se descompuso. Al contrario, aumentó su renta hasta los ocho puntos, después de un certero triple de Jordan Bone y una canasta de Hlinason bajo los aros (18-10). Los zaragozanos gobernaban el duelo con autoridad, sin excesivos sobresaltos, hasta la entrada de John Shurna. El lituano dotó a su equipo de amenaza exterior, y enseguida redujo distancias con dos lanzamientos desde el perímetro (20-19). El primer acto se clausuró con una canasta de Santi Yusta, tras una buena asistencia de Rodrigo San Miguel (22-19).

Sin embargo, Shurna no había finalizado su particular exhibición. Y emergió también en el segundo cuarto, con fuerza y convicción, para golpear al Casademont desde todas las posiciones y liderar, de esta forma, la remontada de los grancanarios. Después de un nuevo triple del lituano, la ventaja de los visitantes aumentó hasta los siete puntos (22-29) sin apenas oposición. El parcial era de 0-10. Los aragoneses, ahora sí, evidenciaban importantes lagunas en todos los órdenes del juego. Ponsarnau detuvo entonces el encuentro, pero no fue capaz de modificar la tendencia. Waczynski, desde más allá del arco, y algunas acciones aisladas de Deon Thompson, Radoncic y Jordan Bone fueron los únicos argumentos de los locales en un tramo especialmente improductivo. Recursos insuficientes para contener a un oponente más disciplinado, más atento, más intenso y vehemente en cada una de sus intervenciones (31-43).

En este escenario, Shurna alcanzó el intermedio con 19 puntos en su haber, y con una efectividad del 83% en los lanzamientos triples (anotó 5 de sus seis intentos). Una diáfano indicador de su incuestionable talento ofensivo, aunque, al mismo tiempo, también una evidencia de las carencias defensivas del conjunto aragonés. Por entonces, a la exhibición del lituano se habían sumado Nico Brussino y Khalifa Diop, ambos con 7 tantos facturados en apenas 10 minutos de juego. Al descanso, el Gran Canaria mantenía una sólida renta en el marcador (36-46), tras el sorprendente desplome de los zaragozanos en un segundo cuarto muy negativo.

El Casademont también fue un equipo vulnerable y quebradizo en los primeros compases de la reanudación, aunque se creció con el paso de los minutos y, además, supo agarrarse al partido con tres acciones individuales: dos triples consecutivos, de Omar Cook y Jordan Bone, y un rápido contragolpe que culminó el propio Bone con un contundente mate, mezcla de rabia y liberación (48-52). Ahora fue Porfirio Fisac quien tuvo que detener el partido. Del intercambio de golpes posterior -intenso, sin tregua- salió beneficiado el Gran Canaria, que volvió a distanciarse, a la media hora de juego, con los puntos de Slaughter, Ennis y Artem Pustovyi (58-68).

El Gran Canaria, por entonces, ya se sentía ganador. Sin embargo, el Casademont no bajó los brazos y remó con tesón hacia la remontada, con Bone, Hlinason, Yusta y Mobley sumando en numerosas facetas del juego. En esos momentos, Ennis representaba el único argumento ofensivo de los visitantes. Y el Casademont, muy incisivo, se situó a sólo cuatro puntos de distancia, a cinco minutos de la conclusión (70-74), tras seis tiros libres consecutivos (Hlinason, Yusta y Jordan Bone). Poco después, la ventaja se redujo a una sola canasta (76-81), pero enseguida aparecieron Slaughter y Shurna para sentenciar, con dos triples seguidos desde la esquina. La insistencia del Casademont, su vitalidad, su notable resistencia a la derrota, no tuvieron recompensa.

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