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Diplomas con denominación de origen aragonesa en los Juegos de Pekín 2022

El Pirineo ha moldeado a los olímpicos Adur Etxezarreta, Lucas Eguibar, Javier Lliso y también a Olivia Smart y Adrián Díaz, que patinaron en Jaca.

Etxezarreta, durante uno de sus descensos en los Juegos Olímpicos de Pekín.
Etxezarreta, durante uno de sus descensos en los Juegos Olímpicos de Pekín.
RFEDI

Adrián Díaz y Olivia Smart, la pareja española que ha logrado un diploma olímpico en la modalidad de danza sobre hielo, el mejor resultado de la historia de los Juegos de invierno en esta modalidad, perfilaron este logro en Jaca. Durante su participación en el pasado Campeonato de España en la pista de hielo jaquesa mostraron el mismo programa que les ha llevado a saborear el éxito en Pekín 2022, con ‘La máscara del zorro’ como leit motiv. Una relación acaso coyuntural con la comunidad autónoma pero que se une a los vínculos entre los deportistas olímpicos que han acudido a esta cita que se cierra el domingo 20 de febrero.

A falta de deportistas aragoneses, las pistas de esquí del Pirineo han reivindicado su papel en la formación de aquéllos que sí lucen con orgullo un vínculo con esta tierra. Son los casos del navarro Adur Etxezarreta, el donostiarra Lucas Eguibar o el madrileño Javier Lliso, que acudían a la capital china con esperanzas más o menos cumplidas de realizar un buen papel. La medalla de plata de la catalana Queralt Castellet en snowboard pervivirá como el gran hito español de estos Juegos, también señalados por los diplomas olímpicos de Lliso, Eguibar y de los patinadores Olivia Smart y Adrián Díaz.

Lliso, de 24 años, es un habitual de Aramón Cerler desde los seis años. Su relación con la estación se inició con una escapada a casa de sus tíos, a la familia le gustó el lugar y las instalaciones y buscó un piso para poder ir con asiduidad. Su afición por freestyle nació por imitación de sus hermanos y con la creación del snowpark en Cerler no hizo sino que crecer.

Por su parte, Lucas Eguibar vivió en Jaca de los 11 a los 15 años. Allí pasó parte de su infancia y adolescencia dentro del programa Esquí-Estudio del colegio Escolapios, el mismo por el que han pasado otros olímpicos como Javier Fernández, Leyre Morlans y Andrea Casasnovas. Formó también parte del Mayencos y entrenó especialmente en Astún y Candanchú; después también ha tenido vinculación con el grupo Aramón. Su mano derecha es el fisioterapeuta jaqués Mateo Szul, que le trata de los problemas de espalda que han marcado este tramo de su temporada y la presencia en Pekín 2022.

El navarro Adur Etxezarreta se ha criado deportivamente en Candanchú, estación de la que es embajador y donde su familia tiene casa. Su relación con los deportes de invierno se inició a los cinco años en una visita con su familia a Luz-Ardiden (Francia). Allí, le gustó lo que vio y sus padres le buscaron un club cercano a su casa, el Club Esquí Navarra, que entrena en Candanchú, donde él se ejercitó desde los diez años hasta que en juveniles entró en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada. Entre sus colaboradores se encuentra el aragonés Antonio Góngora, skiman o encargado de material, natural de Herrera de los Navarros.

Cuando se clausuren los Juegos Olímpicos de Pekín, el ciclo olímpico continuará hasta el relevo que tomará en 2026 la doble sede italiana de Milán y Cortina d’Ampezzo, donde la esquiadora aragonesa Celia Abad será una de las aspirante a tomar el relevo de Martí Vigo en la cita que tuvo lugar en Pyongyang en 2018.

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