JJOO de invierno Pekín 2022

Cuando el dopado es un menor: del caso Raducan al caso Valíeva

Ambos casos, con similitudes pero también con significativas diferencias, ponen de manifiesto la especial protección que necesitan los menores que participan en el deporte de alto nivel.

Billboard in support of Kamila Valieva in Moscow
Pancarta en apoyo a Valieva en Moscú
YURI KOCHETKOV

Ni de países, ni de deportes ni de edades entiende el dopaje: 16 años tenía la gimnasta rumana Andreea Raducan cuando dio positivo en los Juegos de Sídney 2000 y uno menos tiene la patinadora rusa Kamila Valíeva, también positivo en los Juegos de invierno que se disputan ahora en Pekín.

Ambos casos, con similitudes pero también con significativas diferencias, ponen de manifiesto la especial protección que necesitan los menores que participan en el deporte de alto nivel y que el último Código Mundial Antidopaje, en vigor desde el 1 de enero, intenta garantizar con la introducción de la figura de la 'persona protegida'.

Este concepto incluye, entre otros, al deportista que en el momento de la infracción no ha alcanzado la edad de 16 años, como es el caso de Valíeva.

El código intenta así amparar a los deportistas que "por debajo de cierta edad o capacidad intelectual, pueden no poseer la capacidad mental necesaria para comprender y valorar las prohibiciones de conductas contenidas en el código".

De "abuso de una menor" ha hablado la asociación de deportistas Globlal Athlete tras conocer el caso de Valíeva, que dio positivo en una prueba el pasado diciembre, ganó el oro por equipos en Pekín y que este lunes ha sido autorizada para competir el martes en la prueba individual.

La diferencia más importante entre los casos de Raducan y Valíeva estriba en que la rumana dio positivo en un control que se le hizo en los propios Juegos, tras ganar la medalla de oro en la final del concurso completo.

La muestra positiva de Valíeva, en cambio, se remonta al 25 de diciembre, en un escenario ajeno a los Juegos, durante los campeonatos de Rusia de patinaje artístico. Pero nadie dijo al laboratorio de Estocolmo que ese análisis tenía carácter prioritario y el resultado no se conoció hasta el 8 de febrero, un día después de que Valíeva y sus compañeros ganasen para Rusia el oro por equipos.

Otra diferencia: Raducan, cuyo positivo se conoció cuando ya había ganado también en Sídney el oro por equipos y la plata en salto, había consumido pseudoefedrina. Durante el proceso abierto contra ella, le resultó fácil alegar que la sustancia estaba en un anticatarral, Nurofen Cold & Flu, que se compra sin receta y que le había prescrito el médico de su equipo porque tuvo algo de fiebre y de tos en la víspera de la competición.

Pero Valíeva, que solo podrá competir ahora porque se estima que así se le evitará "el daño irreparable" de prohibírselo mientras el caso sigue abierto, tendrá difícil justificar por qué consumió trimetazidina, un medicamento que se receta a adultos con angina de pecho.

A Raducan le fue retirada la medalla de oro individual, pero no las otras dos, porque en los controles posteriores a esa competiciones sus resultados fueron limpios.

Valíeva, de momento, conserva su medalla por equipos a la espera de que se examine el caso.

"El TAS ha expresado claramente que la decisión tomada hoy (de permitirle competir) no es una decisión sobre si Valíeva violó las normas antidopaje. Se limitó a la única cuestión de si podía ser suspendida provisionalmente de la competición olímpica a raíz de una muestra A positiva tomada el 25 de diciembre de 2021", subrayó el COI.

"La gestión del caso tras esta muestra A positiva aún no ha concluido. Solo después de que se haya seguido el proceso debido, podrá establecerse si Valíeva infringió el Código Mundial Antidopaje y si tendría que ser sancionada", añadió.

Aparte de la retirada de la medalla de oro, Raducan no recibió ninguna otra sanción. Pudo seguir compitiendo sin cumplir periodo alguno de suspensión porque tanto el TAS como la Federación Internacional de Gimnasia concluyeron que ella no había tenido responsabilidad alguna en su propio positivo. En cambio, el médico de equipo, Ioachim Oana, fue inhabilitado durante dos ciclos olímpicos.

Entre el caso de Raducan y el de Valíeva, el Código Mundial Antidopaje ha sufrido modificaciones para proteger a los menores de edad.

Así, los artículos 10.3.1 y 10.6.1.3 recogen que casos de incumplimiento que para la generalidad de los deportistas implicarían cuatro años de suspensión, para los protegidos serían de un máximo de dos, aunque pueden quedarse en "una amonestación sin inhabilitación, dependiendo del grado de culpabilidad de los afectados".

José Luis Terreros, director de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), considera que el de Valíeva es una caso "extremadamente complicado" pero en el que hay "algunas cosas claras".

"Una de ellas", dijo, "es que, en un caso de trimetazidina, por mucho que la deportista puede demostrar que la consumió sin culpa o sin negligencia, los resultados serán anulados. No como castigo, sino como consecuencia".

"Y otra es que, como recoge el código y también nuestra Ley Antidopaje, inmediatamente la agencia rusa debe abrir una investigación al entorno, a entrenadores, médicos, fisioterapeutas, y si se demuestra su culpabilidad, sancionarles de por vida", añadió.

"En nuestro país sería un delito penal y un juzgado abriría una instrucción contra todos los que hubieran podido administrar la sustancia a la chica", indicó.

El código señala en su artículo 10.3.3, que habla de los periodos de inhabilitación, que los casos de tráfico o de administración de sustancias prohibidas a un deportista se considerarán "particularmente graves" si está implicada una persona protegida, y si son cometidos por el personal de apoyo "tendrán como resultado la inhabilitación de por vida" de dicho personal.

Terreros señaló que el código no dice nada sobre la suspensión provisional de los menores, que es lo que ahora se ha juzgado, y aventuró que cuando se llegue a fondo del caso la sanción será "muy reducida".

"En el caos de los deportistas protegidos, además, el peso de la prueba, demostrar cómo ha entrado la sustancia prohibida en su organismo, no recae en ellos, sino en el organismo sancionador, en este caso la RUSADA, y será difícil que la patinadora sea culpable", comentó Terreros, que desde la AEPSAD fue, en el proceso de redacción del nuevo código, uno de los ponentes que más insistió en la protección de los menores.

El director de la agencia española llamó a una reflexión, "más allá del dopaje", sobre la conveniencia de someter a deportistas de 15 años a los rigores de la alta competición, "y de tener que hacer esa edad saltos cuádruples para ganar el oro".

Valíeva hizo esos saltos en la competición por equipos, por primera vez en una prueba olímpica.

Como sus compañeros de delegación, la patinadora compite en Pekín 2022 sin la bandera ni el himno de su país, bajo las siglas del Comité Olímpico Ruso, sancionados por irregularidades reiteradas en material de dopaje. 

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