balonmano

Suecia le arrebata la medalla de oro a España

Los Hispanos caen de penalti en el último segundo. Un gravísimo error arbitral en la jugada inmediatamente anterior les condenó ante un rival que no perdonó.

Joan Cañellas lamenta la falta no señalada que decidió el partido.
Joan Cañellas lamenta la falta no señalada que decidió el partido.
BERNADETT SZABO/REUTERS

Duele perder una final. Mucho más, como España la perdió ayer ante Suecia. Y no es por caer en el último segundo y de penalti en la final del Campeonato de Europa, sino por la cara de idiota que se te queda cuando ves que te han birlado la medalla de oro, ese título que habría encumbrado definitivamente a los Hispanos con el tercer cetro continental consecutivo. Se escurrió de las manos. Bueno, se escurrió... O se lo arrebataron. Porque la jugada determinante, paradójicamente, no fue el penalti transformado por los suecos con el reloj a cero, sino la acción inmediatamente anterior. A falta de 19 segundos para el final, Joan Cañellas fue empujado y derribado por la mole rival, el pivote Oscar Bergendahl. Falta clamorosa que los árbitros no señalaron. La falta le concedía a España la última bola para ganar, con la prórroga asegurada, por tanto. Pero no. Al no señalar la falta, los árbitros regalaron 19 segundos de oro a los suecos. Los escandinavos no desaprovecharon el obsequio y forzaron un penalti que Niclas Ekberg anotó tras burlar a Gonzalo Pérez de Vargas. Así se resolvió la final. Pero, que quede claro: ni bola para Suecia, ni penalti, ni gol hubieran habido de no haber mediado el error arbitral.

Solo cabe maldecir la mala suerte de España. Porque fue mala suerte, ¿no...? O qué fue... Vista una y otra vez la jugada, uno no puede dar crédito de lo señalado. Mejor dicho, de lo que se dejó de señalar... Porque no fue empujón en la línea de seis metros entre una nube de jugadores, sino un empujón diáfano en la línea discontinua visible por todo el pabellón. Menos por Schulze y Tonnies, claro. Una decisión capital en el partido del año del balonmano internacional (este año no hay Mundial ni Juegos). Además de maldecir la mala suerte, también hay que subrayar la capacidad de reconstrucción de España, un conjunto que sigue siendo competitivo después de haber perdido a su pivote (Julen Aguinagalde), a su especialista defensivo (Viran Morros) y a su cerebro (Raúl Entrerríos). Con Álex Dujshebáev lesionado en el hombro, que los Hispanos se presentaran en la final sencillamente reúne un mérito extraordinario.

Lo hicieron después de derrotar a Dinamarca en semifinales, en la gran sorpresa de la competición. Malo jugar una final después de haber jugado el mejor partido en semifinales. Y peor todavía frente a un rival al que has ganado en la fase previa. Nunca se le suele ganar al mismo rival dos veces en el mismo torneo reza el aforismo balonmanero. Y Suecia, antes del regalo de oro, fue mejor en bastantes cuestiones vitales en el balonmano. Como la portería, con un Andreas Palicka muy por encima de Rodrigo Corrales y Gonzalo Pérez de Vargas. Bergendahl también aportó lo suyo en el pivote. De no haber sido por la última falta que no le señalaron, diríase que hizo un partido perfecto. No lo hizo, pero los árbitros le ayudaron a hacerlo. Los mismos árbitros que condenaron a España.

Suecia: Palicka (1), Chrintz (1), Lagergren (1), Bergendahl (5), Carlsbogard (2), Gottfridsson (3) y Wanne (4) -equipo inicial-, Thulin (ps), Darj (1), Ekberg (5, 4p), D. Pettersson (2), F. Pettesson (-), Claar (2), Pellas(-), Persson (-) y Wallinius (-).

España: Rodrigo Corrales; Aleix Gómez (6, 4p), Juanjo Maqueda (1), Dani Sarmiento (-), Agustín Casado (1), Ángel Fernández (4) y Adriá Figueras (6) -equipo inicial-, Gonzalo Pérez de Vargas (ps), Gurbindo (-), Iñaki Peciña (-), Joan Cañellas (1), Aitor Ariño (-), Gedeón Guardiola (2), Ian Tarrafeta (5), Sánchez-Migallón (-) y Odriozola (-).

Parciales: 2-1, 5-3, 6-6, 9-7, 11-10 y 12-13 (descanso) 15-16, 18-18, 21-21, 23-22, 26-24 y 27-26 (final).

Árbitros: Schulze y Tonnies (Alemania). Excluyeron a Darj, Carlsbogard y Claar; y a Aleix Gómez, Sánchez-Migallón e Iñaki Peciña (2).

Incidencias: Final del Europeo de Hungría y Eslovaquia disputada en el MVM Dome de Budapest.

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