Desilusión entre la afición del Daroca FS: “El premio por ser responsables es el descenso de categoría”

La Federación ha ordenado el descenso de categoría al equipo por negarse a empezar la liga este mes de febrero por responsabilidad social.

El Daroca FS ha renunciado a empezar a jugar la liga este febrero por cuestiones sanitarias.
El Daroca FS ha renunciado a empezar a jugar la liga este febrero por cuestiones sanitarias.
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Desde hace tres años, el fútbol vuelve a levantar pasiones en Daroca. Los jóvenes que estudian fuera regresan cada fin de semana que hay partido, el pabellón está a reventar y vecinos de todas las edades disfrutan juntos en un ambiente deportivo que no se veía en la localidad desde hacía tiempo.

Gran parte de la culpa la tiene el Daroca Fútbol Sala, cuyo equipo sénior levanta pasiones. La temporada pasada se vio truncada por la covid y en marzo se suspendieron los partidos. El conjunto darocense iba segundo en la clasificación de la categoría Provincial, con muchas posibilidades de ascender a Autonómica el siguiente año.

Pese a que la liga no se pudo terminar, se decidió que tanto el primer clasificado como el segundo, el Daroca, subieran de categoría para cuando, supuestamente, se retomara la competición, en octubre de 2020.

Jugadores y afición habían puesto todas sus ilusiones en este momento, después de varios años luchando por ser mejores. Y eso que en el equipo nadie cobra, al revés, casi les toca poner dinero. Movidos por su pasión por el fútbol, los integrantes del club compaginan sus estudios o trabajos con los entrenamientos y partidos de lo que para ellos es, ante todo, un divertimento.

Quizás ha sido este sentimiento el que ha llevado al club a tomar una decisión que, aunque les hace tener la conciencia tranquila, ha truncado su progresión en lo deportivo. La decisión no es otra que la de negarse a comenzar la liga ahora, en febrero, cuando la pandemia sigue activa. Ante esta deliberación, la Federación Aragonesa de Fútbol ha establecido el descenso a la categoría inferior, tanto del Daroca FS como del La Llana de Ejea de los Caballeros, el otro equipo que ha renunciado a jugar.

“Lo que para nosotros es digno de aplauso y un acto de responsabilidad se premia con un castigo como el descenso”, lamenta Raúl Melendo, vecino de Daroca y fiel aficionado del equipo. Junto a sus dos hijos, Jorge, de 16 años, y Pablo, de 14, no falta a un solo encuentro. Faltan o faltaban, ya que la covid les dejó sin espectáculo en marzo del año pasado.

Raúl Melendo, aficionado al C. D. Daroca
Raúl Melendo, aficionado al C. D. Daroca
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“Fue un palo pero ahora mismo la salud es lo primero”, reconoce Raúl, a quien la decisión de su club del alma (con permiso del Real Zaragoza, del que son socios) le parece la más acertada. “En Daroca la población está muy envejecida y, afortunadamente, la pandemia se está manteniendo bastante a raya”, dice. Una situación la de su pueblo en la que no cree oportuno anteponer los intereses deportivos o económicos a los sanitarios.

Consciente de que esto es temporal y de que el fútbol volverá, tarde o temprano, ahora aprovecha los fines de semana para hacer otras actividades con sus hijos. “Nos vamos de excursión o salimos con la bici”, explica. Además de aficionados, los hermanos también juegan a fútbol, pero ahora que no pueden, se están iniciando en el pádel. “Siempre hay alternativas más seguras”, asegura Raúl.

Con la boca pequeña, incluso reconoce que el hecho de que ahora no haya liga le deja más tiempo para elegir qué hacer el fin de semana. De lo contrario, nada se antepone a su cita con el Daroca FS, equipo al que no solo apoya con vítores y aplausos. “El Ayuntamiento cedió el bar del pabellón al club y lo llevamos entre varios voluntarios”, explica. Todo lo recaudado en las consumiciones durante los encuentros se destina a cubrir gastos del equipo.

Y es que por mucha categoría Autonómica en la que vayan a jugar, se trata de un club humilde, sin apenas patrocinadores y donde tanto jugadores como afición se reparten en vehículos privados para viajar a los partidos que se juegan fuera de casa.

Una decisión “disparatada”

La plantilla del equipo sénior del Daroca FS la componen desde jóvenes de 22 ó 23 años hasta los más veteranos, que rondan los 33. El entrenador es Fernando Sánchez, exjugador de 36 años que se resistía a dejar del todo el terreno de juego y ha cambiado las botas por la pizarra. Muchos de estos jugadores estudian o trabajan en Zaragoza por lo que, aunque los entrenamientos del equipo siguieran adelante, no podrían desplazarse. “Incluso si lo permitieran con algún tipo de permiso no nos parecería una buena idea”, reconoce Sánchez, muy concienciado con la prioridad sanitaria.

Un sentimiento que trata de transmitir a sus jugadores aunque, según confiesa, sin que sea apenas necesario. “En cuanto planteé la votación sobre jugar o no la liga ahora en febrero todos dijeron que no lo veían oportuno”, dice.

Para ellos era tan obvio que estaban haciendo lo correcto que cuando supieron que de los once equipos de su categoría solo dos habían renunciado a jugar no daban crédito.

Acto seguido, el comunicado de la federación informando de que quienes no jugaran descenderían de categoría cayó como un jarro de agua fría. “Creemos que lo más justo hubiera sido que no descendiera nadie, aunque no participáramos en la competición”, añade Sánchez.

Tras la sorpresa inicial, el equipo se siente orgulloso de su decisión, de la que no se arrepienten en absoluto. Además, cuentan con el apoyo incondicional de su afición, que en cuanto supo de la noticia trasladó numerosos mensajes de apoyo al club a través de las redes sociales.

Raúl fue uno de ellos. “Lo del descenso nos parece disparatado porque se han negado a jugar con razón, por una causa justificada”, defiende. “Empezar la liga ahora sería forzar una vuelta a la normalidad precipitada. El fútbol puede esperar”, asegura.

Y eso que para Daroca, como para cualquier pueblo, el fútbol es mucho más que un deporte. “Para los padres con hijos estudiando fuera es el seguro que el fin de semana que el equipo juega en casa, los chicos volverán también”, explica. “Haber recuperado así la afición estaba siendo muy ilusionante y subir de categoría ha costado mucho sacrificio y esfuerzo”, reconoce, al mismo tiempo que lamenta ver cómo ahora “nos ponen la zancadilla” por apostar por la responsabilidad social.

 

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