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Peregrinos sobre patines

El zaragozano Alberto López y el navarro Alberto Alemán han recorrido el Camino de Santiago en patines. 780 kilómetros con un fin solidario.

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Nuestros aventureros, madrugando antes de amanecer para iniciar la travesía.
Heraldo

El bastón y la calabaza, la alforja, la capa, el sombrero con la concha de Vieira... Y fe, mucha fe, para afrontar a pie, en bici, a caballo o en moto cientos de kilómetros de ribazos y veredas hasta Santiago de Compostela. El atuendo jacobeo de nuestros aventureros era tan singular como su travesía: un casco, una malla y unos patines. Así, el zaragozano Alberto López y el navarro Alberto Alemán han sido pioneros en hacer el Camino de Santiago sobre unos patines en solo una semana.

"Era un reto. Surgió la idea en 2013. Tuve un accidente y Alberto Alemán me lo dijo para estimularme en la recuperación. Los dos comenzamos ya a trazar el plan de hacer el Camino de Santiago a patines. Hasta entonces, nadie lo había hecho", afirmó Alberto López, patinador internacional iniciado con Sheila Herrero, que ahora milita en el club Marianistas de Vitoria, en estos momentos la primera entidad del patinaje español.

Alberto Alemán se forjó en el San Antonio y en la Chantrea de Pamplona, antes de pasar también al Marianistas de Vitoria. "Era un reto ambicioso y lo hemos logrado. Además, tenía un fin solidario. Hemos hecho 790 kilómetros entre Roncesvalles y Santiago, en el llamado Camino de Santiago francés, pasando por Pamplona, Logroño, Burgos, León, Ponferrada, Sarriá y Santiago. Han sido siete días durísimos. Sale a más de 100 kilómetros al día, pero ha merecido la pena", apuntó.

"Había días que nos levantábamos a las cuatro de la mañana -continuó Alberto López-. Patinábamos entre siete horas y media hasta incluso 12 horas. Íbamos por carreteras secundarias, para evitar peligros. Hubo que subir puertos duros, como El Perdón (Navarra); O Cabreiro, de 16 kilómetros; y La Cruz de Hierro (León), con una pediente del 13 por ciento. El esfuerzo desarrollado ha sido enorme".

La peripecia sobre patines viajaba rumbo a Santiago de albergue en albergue, de hostal en hostal. "Dormíamos en albergues y hostales. Por la carretera, la gente se sorprendía y se ponía a grabarnos. En la subida a La Cruz de Hierro nos preguntaban desde las bicis cómo íbamos a descender sin frenos... En algunos albergues, cuando nos ponían el sello en la credencial del peregrino, no se creían por los lugares que habíamos pasado porque hacíamos más kilómetros que gente que iba en bici", detalló Alberto López.

Además, el reto abraza el costado solidario. "Respaldamos la ONG Patinar en Etiopía, que es un proyecto de niños huérfanos de la zona de Wukro. En la web ‘www.migranodearena.org’ creamos este reto para que las personas que lo estimen puedan colaborar. Queremos ayudar a la gente necesitada. Además de esta aventura deportiva, ese era nuestro objetivo", concluyó Alberto Alemán.

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