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Núria Castán espera en Benasque su vuelta a la elite mundial

La rider se ha colado entre las mejores de su disciplina en una temporada que habría concluido este fin de semana en Suiza.

Núria Castán, con su inseparable tabla de freeride.
Núria Castán, con su inseparable tabla de freeride.
Heraldo.es

Ha sido la primera rider española en el exclusivo Freeride World Tour (FWT) y ha cumplimentado con excelente nota su presencia en la élite de esta vibrante modalidad del deporte invernal. Núria Castán, la joven esquiadora tarraconense que reside desde hace ya varios años en Benasque, se ha colado entre las mejores de la disciplina tras una temporada que define como "muy especial" y en la que se ha codeado con descaro y sin desdoro con las mayores especialistas obteniendo unos excelentes resultados que pensaba certificar entre el 18 de marzo y este domingo 5 de abril en la suiza Verbier, donde se iba a disputar la final del circuito entre las cuatro primeras clasificadas.

"La notificación de la suspensión de la prueba final me pilló el viernes 13 -me quedé con esta fecha tan significativa- en mitad de Francia, marchando en coche con mi equipo hacia Suiza y nos tuvimos que dar la vuelta", recuerda Castán, que desde entonces se encuentra en su casa de Benasque intentando mantener la forma para comenzar de la mejor manera posible la próxima temporada y aprovechando para sacar adelante su proyecto fin de carrera académica.

La rider benasquesa confiesa que se quedó "con las ganas" de disputar una final que tan sólo unos meses antes le parecía un sueño. Y es que recibió la invitación para participar en el FWT tan sólo una semana antes del comienzo de este Tour de las mejores. "Tenía planeada la temporada para participar en la Qualifier pero cuando me llamaron para competir en la primera prueba de la FWT (que tuvo lugar en Hakuba, Japón, entre el 18 y el 25 de enero) me supuso una emoción total el poder conocer de primera mano a los mejores riders del mundo y ser considerada como uno de ellos", confiesa Núria.

La prueba japonesa marcó el comienzo de su andadura en la élite y, aunque una decisión fallida muy arriesgada en el tramo final la condenó a las últimas posiciones, su desempeño durante buena parte de la prueba dejó excelentes sensaciones. "Me hubiera gustado estar más preparada, me encontraba hipernerviosa y, a pesar de que acabó mal, Japón me demostró a mí misma que mi nivel era parecido al de las mejores", añade.

El descaro de su presentación en la élite le faltó en la segunda prueba celebrada en Canadá, donde entiende que pecó de conservadora al reservarse demasiado. Pero su eclosión definitiva llegó en la tercera de las citas programadas en la temporada, que se disputó en la estación andorrana de Ordino Arcalís del 28 de febrero al 3 de marzo y en la que se alzó con un impresionante segundo puesto final que recordará "siempre".

La última prueba programada en Austria, le sirvió a Núria para afianzar su clasificación entre las cuatro mejores, ganándose así el pasaporte para la próxima edición del FWT y accediendo a la final de Verbier suspendida por la pandemia que estamos viviendo. "Me quedo con las ganas de hacer la final, que estoy segura de que va a ser muy especial, pero la próxima temporada ya no será todo tan nuevo para mí y espero poder pelear para poder hacer efectiva mi presencia en ella", dice. De su paso por la élite del circuito, Núria Castán destaca la "excelente" organización de las competiciones y la relación "muy agradable" con las otras riders y reconoce su "tremenda satisfacción" por llegar a una élite "en la que parecía imposible poder entrar".

El final abrupto del circuito le hizo regresar a su hogar de Benasque. "En un primer momento pensé que podría entrenar al aire libre en Cerler, mi estación de referencia de siempre, pero el confinamiento nos ha obligado a todos a reinventarnos, a buscar la manera de mantenernos activos y, en mi caso, a cumplir otros proyectos que tenía algo apartados como el trabajo fin de carrera", comenta una Núria que recomienda a todos sus convecinos cuidar especialmente la dieta, "algo especialmente importante ya que con el confinamiento estamos por lo general muy poco activos y mantener un peso estable nos va a ayudar mucho a conservar la forma".

Predicando con el ejemplo, ha compartido en sus redes sociales una demostración de cómo sigue entrenando su técnica de snowboard en casa gracias a la Jib Board y el Balance Bar, una tabla diseñada para hacer de transferencia a una tabla de snow real. Gracias a ella, como se muestra en el video que ha colgado, Castán puede entrenar el timing de los trucos, el equilibrio y el estilo.

También le permite trabajar la memoria muscular para consolidar bien esos trucos con los que espera destacar en la próxima temporada y le proporciona confianza para tirar de creatividad y probar algunos nuevos para seguir haciendo historia en la élite mundial del freeride. La tabla está diseñada para que se parezca mucho a una tabla de snow con la intención de que todo lo que se aprenda e interiorice en casa se pueda aplicar después en la nieve.

El freeride es una forma de esquí y snowboard que engloba todos los estilos, pero básicamente se trata de una modalidad que se desarrolla en espacios naturales y no acondicionados, fuera de pistas. Para determinar la puntuación final de los participantes en la competición, los jueces valoran cinco criterios específicos que son los de dificultad de la línea escogida, fluidez, control, saltos (tienen mayor valor el tamaño, número de saltos en la línea, si son enlazados -dobles, triples- y cómo se planchan), los trucos y la técnica empleada.

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