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Gran despedida de la Olimpiada Marianista

La clausura, que se ha celebrado en el Príncipe Felipe, ha contado con la presencia de personalidades del mundo del deporte como Porfirio Fisac, Carlos Alocén o Sheila Herrero

Alocén y Fisac, en la entrega de medallas de la Olimpiada Marianista.

La Olimpiada Marianista, evento por el que desde el pasado viernes han pasado más de 2.500 alumnos de esta red educativa procedentes de ciudades como Almería, Madrid, Cádiz, Ciudad Real, Logroño, Jerez, Pola de Lena (Asturias), San Sebastián, Valencia, Valladolid y Vitoria, se ha clausurado este lunes en el Pabellón Príncipe Felipe.

Las finales de las modalidades de fútbol sala, fútbol 7, voleibol, balonmano y baloncesto -las de ajedrez y pádel ya se habían disputado- precedieron a la entrega de medallas, en un acto que contó con la presencia de grandes nombres del mundo del deporte como Sheila Herrero, Demetrio Lonano, Carlos Alocén, Porfirio Fisac, Marc Aguado o Jesús Álvarez.

Además, se dio a conocer que el Nuestra Señora del Pilar de Jerez será el próximo colegio que acogerá un evento que en Zaragoza se ha desarrollado dentro de lo previsto. Un 70% de los encuentros se han disputado en las instalaciones de la sede principal (Colegio Santa María del Pilar, remodelado para la ocasión) y el resto en subsedes como Stadium Casablanca, Jesuitas, Gran Vía, Sagrada Familia, Salduba o Romareda. 

José Manuel Cidad, director del centro andaluz, recogió el testigo (una bandera olímpica) de su homólogo del Santa María del Pilar de Zaragoza, momentos antes de que Manolo Díez, presidente del Comité Nacional de Deportes Marianistas, tuviera unas palabras de agradecimiento para los voluntarios, familias, entrenadores y equipos «por el gran trabajo realizado».

Más allá de la mera competición, los participantes -así como los entrenadores y más de 1.000 familiares- han podido disfrutar de actividades lúdicas, como la que anteayer por la tarde les llevó a desplazarse al Parque de Atracciones.

Objetivo cumplido

Aunque la esencia sigue siendo la misma que en 1971, cuando el centro manchego Nuestra Señora del Prado ejerció de primer anfitrión, el formato de la Olimpiada no ha dejado de evolucionar para dar cabida a las nuevas tendencias. Además, a modo de concienciación frente al deterioro medioambiental, cada vez se intenta fomentar más el cuidado de la naturaleza. De ahí que el lema de este año sea ‘Nos toca la tierra’, para que tanto los deportistas como los acompañantes respeten el entorno que les rodea. 

"Hemos cumplido con nuestro objetivo de hacer una Olimpiada centrada en el cuidado de la casa común, de la propia persona y la relación con los demás, reduciendo los plásticos, cuidando los menús, repartiendo fruta en cada uno de los partidos y cuidando la educación y relación de los participantes", explicó el responsable de comunicación de la Olimpiada, Sergio Miguel.

Importante impacto

Más de 1.000 familias han acompañado a los chavales que han participado en la Olimpiada. Además, hay que sumar el número de entrenadores (unos 400) y voluntarios (300), que se han repartido por 16 hoteles de la ciudad. Así, aunque todavía no se han podido hacer cálculos exactos sobre el impacto, se estima que el retorno de este gran evento puede rondar el millón y medio de euros. 

Los torneos de las siete modalidades deportivas en liza se desarrollaron entre el pasado viernes y ayer, con un total de 500 partidos disputados. "Lo más importante es que la participación está creciendo anualmente. Incluso tenemos que hacer sorteo porque hay más chicos inscritos de los que pueden participar. La ilusión que transmiten es increíble. Y eso, a pesar de que el peor termómetro de una Olimpiada lo maneja el colegio que organiza. Estás tan centrado en que todo salga bien que no pulsas el grado de sensibilidad de los chavales. Cuando sales fuera, lo percibes mejor", explicó, como coordinador del evento, Javier Casorrán.

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