Revolución en el arbitraje: por primera vez, tres mujeres arbitran un partido de baloncesto masculino

Entre el trío arbitral se encuentra la aragonesa Elena Espiau.

De izquierda a derecha: Elena Espiau, Yasmina Alcaraz y Paula Lema.
De izquierda a derecha: Elena Espiau, Yasmina Alcaraz y Paula Lema.
FEB

El hecho de que tres mujeres arbitren un partido de baloncesto masculino, en este caso, el que enfrenta este martes al Carramimbre a las 20:45, con el Tau Castelló, de la LEB Oro, ha supuesto una "revolución" que, según sus protagonistas, debería ser la base de un futuro en el que se vea "con total normalidad". Yasmina Alcaraz, de Cataluña, Paula Lema, de Galicia, y Elena Espiau, de Aragón, se convierten en un referente para las mujeres, por separado, y también de manera colectiva, porque la unión hace la fuerza y, de cara a luchar por la igualdad, el trabajo colectivo permitirá cambiar la mentalidad de la sociedad.

Yasmina es la más veterana de las colegiadas, con quince temporadas como árbitra a sus espaldas, pero Paula y Elena también han acumulado siete y seis años, respectivamente, lo que les ha dado la posibilidad de comprobar "que se van dando pasos hacia delante" y de "seguir enganchadas" al mundo del arbitraje. Todas ellas llegaron al baloncesto como jugadoras y, en unos casos, como el de Yasmina, la herencia familiar influyó en su trayectoria como árbitra, ya que su padre lo fue y sigue siéndolo, al igual que su hermana, mientras que Elena se animó al ver a su novio dirigiendo los partidos, y Paula aterrizó en el colectivo "por casualidad", tras aparcar su carrera deportiva por una lesión.

Aunque, en esta ocasión, las tres estarán al mando del partido entre el Carramimbre y el Tau Castelló, ya se han jugado encuentros arbitrados por mujeres cuando solo había dos personas dirigiendo los mismos, según ha recordado a Efe Elena: Esperanza Mendoza y Susana Gómez fueron las primeras que actuaron conjuntamente.

Confiesan que les ha sorprendido el "revuelo mediático" que ha causado la presencia de las mujeres, por partida triple, en un partido masculino, pero confían en que sean "las últimas que tengan que pasar por esta situación porque se convierta en una situación normal" y, en este sentido, han destacado que "cada vez hay más mujeres en el colectivo arbitral". En lo que respecta al trato con sus compañeros, "nunca ha habido ningún problema", ya que han ido progresando junto a ellos de una manera natural, pero sí han tenido que sufrir algún insulto ofensivo o cierta condescendencia, si bien aclaran: "No por el hecho de ser mujer, sino por estar al frente de un partido".

"Dentro de la pista ha habido un cambio sustancial y cada vez nos encontramos más cómodas y fuera de ella, supone un reflejo de la sociedad, con diversidad de opiniones y de actitudes, aunque el público se va amoldando", ha precisado Yasmina quien, al igual que sus compañeras, asegura que el insulto fácil existe, "pero es igual para todos, hombres y mujeres". Es decir, que "si hay un árbitro con gafas, le van a llamar gafotas o le dirán que se gradúe la vista; si hay uno calvo, se van a meter con esa característica...La cuestión es ir en contra de los árbitros, independientemente del sexo, y a eso estamos todos habituados, porque suele haber algunas personas irrespetuosas", ha matizado Paula.

Las tres también están de acuerdo a la hora de valorar el papel de la mujer en el deporte: "Es cierto que el deporte femenino puede no ser tan espectacular como el masculino, y los medios de comunicación lo que quieren vender es el espectáculo, pero cada vez hay más pabellones llenos para ver a equipos femeninos, y eso es un orgullo". "Está habiendo avances, pero seguimos por detrás, y son los pequeños detalles los que van labrando el camino", ha añadido Yasmina, quien, al igual que sus colegas, aclara que "existen diferencias a la hora de dirigir un partido entre equipos masculinos o entre equipos femeninos".

En este sentido, las tres consideran que "existe una vertiente física y biológica -la mayoría de los hombres tienen capacidades físicas diferentes a la de la mayoría de las mujeres-, la cual también influye en la estratégica, pero los partidos se preparan de la misma manera y nosotras nos vamos adaptando al discurrir de los mismos". En la tarde de este martes, las miras, en un principio, podrán estar puestas sobre ellas, por lo que supone encontrar a tres mujeres juntas sobre una cancha, con el mando del partido masculino en sus manos, pero esa primera valoración quedará en un segundo plano para pasar a disfrutar del partido, a animar a los equipos y a "discutir" las jugadas, como es habitual en todos los deportes.

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