Raúl Izquierdo: "Cuando superas un tumor cerebral, todo se ve de otra manera"

Raúl Izquierdo Cabrerizo (Zaragoza, 1979) juega en el Colo Colo de Segunda División de fútbol sala. Superó un tumor cerebral  hace 10 años.

El que tuvo, retuvo: toque de calidad de Raúl Izquierdo.
El que tuvo, retuvo: toque de calidad de Raúl Izquierdo.
Francisco Jiménez

El Colo Colo se ha metido en puesto de descenso en la Segunda División de fútbol sala. Pinta mal...

Siempre soy optimista. Siempre hay motivos para la esperanza. Si estoy menos alegre que de costumbre, es porque estoy lesionado y no puedo ayudar al equipo, no por otra cosa.

También se ha lesionado el otro ‘crack’ del equipo, el eterno Marcos Latorre.

Su baja se nota más que la mía. Marcos es muy importante.

Buenísimo, el ingeniero Marcos Latorre es buenísimo. Tiene 36 años y jugará hasta que quiera...

Y mientras la fascia plantar se lo permita. Ese es el problema, la lesión de fascia plantar.

Usted, a sus 38 tacos, también sigue siendo fundamental.

No tengo 38: tengo 39... Y además, un esguince lateral interno en la rodilla derecha con afectación al menisco. El médico dice que tengo para dos meses de baja. Yo creo que en un mes podré jugar.

Cualquier otro jugador le daría vueltas y más vueltas a la cabeza con su lesión. Usted solo desprende optimismo.

Cuando superas un tumor cerebral, todo se ve de otra manera.

No me atrevía a preguntárselo de primeras y le he dejado hablar...

Todas las cosas tienen su nombre, y un tumor es eso, un tumor.

Se expresa usted fenomenal, oiga. Se le entiende todo...

Es que un tumor no deja de ser un tumor porque no lo nombres...

Ciertamente cierto... Ya han pasado 10 años. Y, a su edad, sigue jugando como un campeón.

Siempre me ha encantado el fútbol sala, pero mucho más después de la oportunidad que me dio la vida.

Rebobine, por favor.

Estaba jugando en la élite con el entonces DKV, con los mejores jugadores del mundo. De pronto, notas que te duele la cabeza. Comienzas a tomar pastillas. Pasa una semana y otra, y te sigue doliendo la cabeza. Un día dice el médico del equipo, Pedro Manonelles, que tengo que hacerme un escáner. Luego, viene al pabellón Siglo XXI y me dice que tengo un tumor...

Continúe, continúe, por favor.

Me operé de urgencia un 8 de febrero de 2008. Mi novia, mi madre, mis amigos de siempre, mis compañeros... Horas y horas de operación, un mes hospitalizado... José Ignacio Baciero viniendo a verme todos los días al hospital para traerme el ‘Marca’, usted enviándome mensajes desde no sé dónde...

Desde Budapest, cubriendo la información del CAI Aragón. Habitación 508 del hotel Ibis. ¡Cómo no me voy a acordar!

Yo también estaba en la habitación 508, pero del hospital Miguel Servet (sonríe). Y después, a ver cómo volvería a andar, a correr, a jugar...

Y volvió a andar, a correr, a jugar...

Y ya llevo 10 años. Y sigo teniendo la misma ilusión que cuando empecé en el colegio Marcos Frechín con Rivera o Bienve.

Saltó muy pronto a la élite con David Navarro en el Sala 10.

Gran entrenador, David Navarro. De lo mejorcito en un banquillo. Siendo todavía juvenil apostó por mí. Agradeceré siempre su valentía, su cariño, sus enseñanzas. Con 16 años, quise conocer a uno de los mejores equipos del mundo, el Talavera, con jugadores como Santi, Joan o Alemao.

Con 17 años, hizo las maletas y se marchó a Salamanca.

También fui capitán de la selección española sub 18. Regresé a Zaragoza, entonces al Foticos, con Chavi Ladaga, del que también guardo un muy buen recuerdo. La trayectoria en Zaragoza fue larga e intensa.

Hasta que una tarde, el médico le dijo mire esta radiografía...

Hasta, no. No fue un punto final. Fue un punto y seguido. Seguí y sigo jugando. Y trabajando, antes en DKV y ahora en Mapfre. También coordiné las selecciones aragonesas de fútbol sala, para ayudar a que sigan saliendo y progresando los chavales, para intentar devolver todo lo que este deporte me ha dado.

Es obvio que, pese a la situación del Colo colo, es optimista...

Por supuesto. Pese a todos los problemas, no le quepa ninguna duda de que nos vamos a salvar la categoría, que lograremos sobrevivir. El miedo no conduce a ningún lugar, el miedo no conduce a nada.

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