Sombrillas y bebida para el GP más caluroso

Un calor impropio del primer día del otoño hizo que ayer se buscaran las zonas de sombra en las gradas. La ‘pelouse 6’ vibró con el buen papel del ídolo local, Álex Rins.

Los apasionados del mundial dieron color a las gradas del trazado alcañizano.
Los apasionados del mundial dieron color a las gradas del trazado alcañizano.
Francisco Jiménez

Mucho calor en la pista y en las gradas. Alcañiz recibió ayer el primer día del otoño con unas temperaturas impropias de un domingo de finales de septiembre: 33º grados al sol para los que solo los más previsores estaban preparados en el Gran Premio Movistar de Aragón. Las zonas de sombra son muy escasas en Motorland por lo que las carpas de los bares de las gradas y ‘pelouses’, y los pocos árboles, eran este domingo un bien muy preciado. Hasta las zonas de sombra de las ambulancias servían a los aficionados para aliviar el intenso calor. Los más previsores, o los aficionados de los pueblos cercanos que dormían en casa, llevaban sombrillas de playa; e incluso hubo quien, esa misma mañana, pasó antes de ir al circuito por un bazar chino para comprar unos paraguas con los que aliviar el sofocante calor. Por supuesto, el kit imprescindible incluía una nevera con bebidas frías y bocadillos para almorzar.

Uno de los escenarios por excelencia es la ‘pelouse’ seis, que año a año gana más adeptos. Ayer no cabía ni un alfiler. Sin inclinación y la posibilidad de colocar en lo alto la sombrilla sin molestar al de al lado es lo más valorado por los aficionados que la escogen frente a otras opciones. Por supuesto, también su precio más económico.

En esta zona se concentra un gran número de aficionados bajoaragoneses. Entre ellos, los incondicionales de Álex Rins que nunca fallan y que vibraron hasta el último segundo porque a punto estuvo de hacer podio. El piloto de ascendencia de Valdealgorfa, sabe que todos los años tiene ahí a los suyos y siempre para agradecerles su apoyo. Este domingo repitió el mismo gesto que en años anteriores, tirarles los guantes. "Esperábamos un buen resultado jugando en casa y nos ha hecho pasar una mañana muy bonita. Álex nos trata con mucho cariño y amor, con amor se paga", dijo el presidente de la Asociación de Amigos de Álex Rins, Jordi Colom, que anunció que estarán en Cheste "apoyando hasta el final". Junto a los hinchas estuvieron, como es tradición y sorpresa para los que visitan la ‘pelouse’ por primera vez, los dos gigantes de Valdealgorfa. Al boticario Pardo Sastrón se le ha unido este año el nuevo gigante, el del catedrático de Historia Julián Casanova.

Para Valencia tienen preparada la camiseta Guillem Aguiló y los suyos, que este fin de semana lucieron la de Alcañiz. Con el lema ‘Misión Motorland Aragón 2018’ disfrutaron de esta cita a la que acudieron desde Palma de Mallorca sin separarse de su moto. Llegaron a Barcelona y de allí recorrieron Viella, Aínsa, Jaca, Zaragoza y Alcañiz. "Hemos disfrutado por las carreteras y nos ha dado tiempo hasta de lanzarnos en la tirolina del Pirineo", dijeron. Algunos repetían en Motorland porque lo tiene todo. "Buen circuito, buen ambiente y buena comida", concluyeron.

Otros que cruzaron el charco para llegar a Alcañiz fueron la familia Torres de Ibiza. Se desplazaron en ferry hasta Denia y desde la ciudad alicantina se recorrieron 400 kilómetros en coche hasta la capital del Bajo Aragón. "Venimos todos los años porque nos encanta, ya tengo hasta las entradas compradas para 2019. Este año hacemos tres de los cuatro grandes premios de España toda la familia", comentó José Torres. De Villanueva de Gállego (Zaragoza) llegó Jesús Gallán junto a otros dos amigos con sillas plegables, paraguas y la bandera de Aragón. "Es mi primer año y me está encantando. Es espectacular", explicó el joven.

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