Esta noche medio centenar de corazones empujarán a la Juventus de Cristiano Ronaldo en la calle Fillas de Zaragoza en el partido ante el Valencia. Allí, en el número 1, acaba de nacer la primera peña en España del equipo más querido de Italia. Un centenar de metros cuadrados dan cobijo al sentimiento ‘bianconero’, un verdadero museo que plasma con absoluta fidelidad el ser y sentir de uno de los conjuntos más auténticos del fútbol mundial. La Juventus Club España Moreno Torrecelli aglutina en su mayoría a italianos o hijos de italianos residentes en Zaragoza, aunque la peña la preside el aventurero Pepe Arróspide Navarro, un zaragozano que hace décadas se dejó seducir por el encanto de la Juve.

Allí confiesan su amor por el fútbol y por su Italia Benjamino y Sergio, los dos de Taranto; Frascesco, de Calabria; Flavio, de Roma; Claudio, de Turín... "Somos de distintas ciudades, pero la Juve es el equipo de Italia entera", confiesan. El Milan y Berlusconi, el Inter y su proyección internacional que denota su mismo nombre, el Roma capitalino, el Nápoles con y sin Maradona, la Sampdoria, la Fiorentina... Grandes equipos todos, pero ninguno equiparable al embrujo de la Juve. En la peña también hay españoles. Y hasta un chileno. Se dejan ver Quico y Luis. Y también Pablo y Carmen, los hijos de Pepe. Y Cristian Garrapa, secretario de la entidad y exjugador de tronío en Aragón e hijo de italiano. A todos le mueve la misma pasión, el amor por la ‘vecchia signora’, la eterna Juventus.

La peña está repleta de motivos de la Juve. Camisetas, fotografías, evocaciones permanentes hacia un club del que se confiesan seguidores 300 millones de personas en el mundo. El extraordinario currículo de la Juve también aparece sintetizado: 34 títulos de Liga (‘scudettos’), los últimos siete capturados de forma consecutiva, además de las dos joyas más preciadas, sus dos Copas de Europa, ahora llamadas Ligas de Campeones. De Zoff a Cristiano Ronaldo, de Bettega a Del Piero, de Zidane a Nedved, todo sobre el icono del fútbol transalpino en un lugar de culto y reunión para italianos amantes de su tierra y para enamorados del fútbol.

Fútbol en vena

En esta historia tan singular, sin parangón en un país tan futbolero como España, Pepe Arróspide Navarro tiene un apartado especial. Exfutbolista y entrenador, su pasión por el balompié ya quedó reflejada en el Montecarlo, allá en el barrio de La Paz de Zaragoza, donde se crece pronto en el fútbol y en la vida. Desarrolló una labor imborrable en los años 80. Cuando tantos chavales se echaban por novia la heroína, Arróspide nos hizo enamorarnos del fútbol. La primera vez que supimos qué era  un calentamiento, un estiramiento, un ‘fartlek’. El genoma Montecarlo, ese equipo absolutamente diferente en Aragón, es genoma Arróspide. Él nos enseñó quién era Scirea, Cabrini, Tardelli, Rossi. Cerrar atrás y volar en transición a lo Trapattoni. ‘Mamma mia’, había que hablar con Dios para meterle gol al portero rubio del Montecarlo de Arróspide, cómo la tocaban Víctor y Soriano... También nos mostró el Tour. Dormir al raso en Hautacam, en el Tourmalet. Y en los Alpes franceses, al otro lado de su Turín. Visitó y rezó en Heysel. Entraba en el Stadio delle Alpi como por su casa, por supuesto con la camiseta roja del Montecarlo puesta. Dialogaba con Luciano Moggi, con Antonio Giraudo, con Roberto Bettega. El deporte como forma de vida. Y ahora, lo que quedaba, alumbrar la primera peña de la Juve en España. Las cosas no se dicen, las cosas se hacen; y cuando se hacen, quedan dichas.