Jorge Pena, tras cruzar el Atlántico a remo: "Es una locura"

Este arquitecto tardó 59 días en atravesar el océano a golpe de remo en un pequeño bote y en solitario, salvo tres días.

El coruñés Jorge Pena, de 57 años, en el bote con el que ha cruzado el Atlántico, con su compañero, que tuvo que abandonar.
El coruñés Jorge Pena, de 57 años, en el bote con el que ha cruzado el Atlántico, con su compañero, que tuvo que abandonar.
Equipo Remolón

Arquitecto, aunque hace años que dejó apartada su profesión, y patrón de barco desde hace 14 años, a Jorge Pena le cayó de rebote una aventura que, en principio, no piensa repetir: cruzar el Océano Atlántico a remo, una "locura" que completó en 59 días, 56 de ellos en solitario, como participante de la Talisker Whisky 2017.

Él no iba a participar en la prueba, sino su amigo Jesús de La Torre, pero a este se le cayó el compañero de viaje antes de partir y acabó convenciendo a Jorge para que surcara con él el Atlántico.

"La idea era suya, el sueño también. Cuando me comentó que iba a hacerlo, le dije que era una locura, pero después me fue entrando el gusanillo. Ahora puedo decir con conocimiento de causa que es una locura", afirma en una entrevista a Efe antes de impartir una charla en la Sociedad Deportiva Hípica de A Coruña.

Jorge, afincado en Pontedeume (A Coruña), habla desde el conocimiento porque al tercer día de navegación tras partir de la isla de La Gomera se quedó solo.

"Desembarcaron a Jesús, que tenía mareos muy fuertes, echaba toda la medicación y además se había dado un golpe", explica.

Pudo desistir pero optó por continuar lo que había emprendido de rebote, no sin reprochárselo a sí mismo: "Todos los días desde que se bajó decía que tenía que haberme ido, pero la mejor forma de contrarrestar ese pensamiento era salir adelante".

Se tuvo que "reorganizar" y le tocó, además, la edición con "peores condiciones meteorológicas". Relata que se retiraron cinco barcos, de los que uno no se llegó a recuperar y otro se incendió.

"En los treinta primeros días estuve a punto de volcar tres veces. La navegación es un poco estresante, el bote es pequeño y se mueve muchísimo", sostiene.

Las condiciones mejoraron después, hasta que, cuando quedaban tres días para que llegara a la meta en La Antigua (Bermudas), anunciaron otra vez vientos fuertes y grandes olas.

"Me puse a remar día y noche, remé 48 horas seguidas", cuenta antes de felicitarse por esa hazaña porque el siguiente barco volcó dos veces seguidas.

En el trayecto por el Atlántico, los botes que participan en la prueba cuentan con un seguimiento por satélite que se actualiza cada cuatro horas y, además, les acompañan dos veleros de la organización que visitan una vez cada uno a cada embarcación.

"Te garantizan que en caso de que pase algo, a los cuatro o cinco días estarían a tu lado", apunta Jorge Pena, que no repetiría: "Soy menos tajante que cuando acabé la prueba porque se te va olvidando lo malo, pero va a ser que no".

Además del tiempo y las dificultades del reto, está el dinero. "Solo la inscripción son 21.500 euros. Y a eso súmale el bote, llevarlo a La Gomera, traerlo de vuelta, comida y demás", advierte.

Los fondos que recaudaron ni siquiera bastaron para cubrir gastos. "En España no hay mucho conocimiento del remo oceánico y todo el mundo nos miraba como a dos locos", recuerda.

Por ese motivo no pudieron aportar fondos a la Fundación Cris Contra el Cáncer (todas las embarcaciones defienden una causa solidaria), pero al menos sí ha logrado darle visibilidad después de haberse convertido en el primer español que completa la Talisker Whisky Atlantic Challenge en solitario.

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