Pistolas, invasiones y violencia en el fútbol

El incidente en Salonica, con el presidente del Paok portando una pistola, cierra un negro fin de semana en varias ligas europeas.

El presidente del Paok, Ivan Savidis, en el campo luciendo en su cintura una pistola.
El presidente del Paok, Ivan Savidis, en el campo luciendo en su cintura una pistola.
Reuters

La violencia no deja de salpicar al mundo del fútbol. En las últimas dos semanas ha habido serios brotes violentos que afectan a varios países: España, Inglaterra, Francia y, el último, Grecia. Pero especialmente negro ha sido este fin de semana, con invasión de campo por parte de los seguidores del Lille, West Ham y Paok.

La situación más extrema se alcanzó este domingo cuando el presidente del club de Salónica, Ivan Savidis, saltó al césped armado con una pistola y dispuesto a intimidar al árbitro. El penoso incidente se dio en el encuentro entre el Paok y AEK de la liga de Grecia. La pizarra se encontraba empatada a cero goles hasta que en el tiempo de descuento el colegiado invalidó un gol a favor del club de Salónica por fuera de juego. La decisión arbitral provocó que los aficionados del Paok ocuparan la cancha acompañados del presidente, Ivan Savidis, quien portaba un arma de fuego enfundada en su cintura y tuvo que ser sujetado por su guardaespaldas al momento de reclamar el gol invalidado.

Este lunes se ha sabido que la policía griega ha emitido una orden de detención contra Savidis, a raíz del lamentable incidente. La orden se refiere también a otras cuatro personas, probablemente sus guardaespaldas, que invadieron el campo de juego junto al presidente. Lo que vimos es un ataque al honor del fútbol griego. Dañan al club y a los seguidores del equipo. Que alguien entre al campo con una pistola en la mano es una provocación inadmisible, independientemente de lo que haya ocurrido", ha afirmado el ministro de Interior griego, Panos Skurletis.

El pasado sábado, día 10, alrededor de 100 ultras del Lille (penúltimo de la liga francesa) tomaron el campo para golpear a los jugadores de su equipo, que fueron escoltados a los vestuarios tras el pitido final en el empate 1-1 ante el Montpellier. Los aficionados violentos lograron acceder al césped y corrieron tras los jugadores, antes de que los agentes establecieran un cordón de seguridad que permitió a los futbolistas alcanzar los vestuarios del estadio Pierre Mauroy.

También hace dos días, el duelo entre el West Ham y el Burnley (0-3), correspondiente a la jornada 30 de la Premier League disputado en el London Stadium, estuvo marcado por los graves incidentes provocados por los aficionados del conjunto local durante el segundo tiempo, que obligaron a interrumpir el duelo en varias ocasiones.

Enfadados por el marcador y por la mala situación de su equipo en la clasificación, aficionados del West Ham, que tiene una de las hinchas más pasionales de la Premier, saltaron al césped y algunos de ellos se enfrentaron a los jugadores. Pero en las gradas también se vivieron momentos de tensión porque un grupo de seguidores intentaron asaltar el palco.

El enésimo episodio de violencia se ha vivido en Grecia. Hace dos semanas, el Paok de Salónica fue protagonista. En el partido ante el Olympiakos, los ultras de la escuadra local lanzaron objetos a jugadores y al cuerpo técnico de Olympiakos. El español Óscar García, su entrenador, acabó siendo hospitalizado tras recibir el impacto de un rollo de papel. La Liga Griega le dio el triunfo a los del Pireo y le quitó tres puntos a los de Salónica, pero al final el Comité de Apelaciones de la Federación Griega de Fútbol le devolvió esos tres puntos.

Y este domingo, los ‘hooligans’ del Paok, reiterando su carácter violento junto con su presidente, ofreció una de las imágenes más lamentables que se pueden ver en un campo de fútbol.

Situaciones surrealistas como las que también se vivieron el pasado 18 de junio en Brasil, durante un encuentro entre Oriente y el Industrial del campeonato Regional Amateur que se disputaba Minas Gerais, cuando un colegiado sacó un arma después de haber sido agredido por un jugador.

Pistolas, invasiones y violencia en el fútbol

Faltaban unos 15 minutos para el final cuando el colegiado señaló un penalti contra el Industrial. Los jugadores protestaron y uno de ellos, supuestamente, agredió al árbitro. Éste fue al banquillo, abrió su mochila y sacó una pistola. El presunto agresor abandonó el campo.

Hace dos años, en Ucrania, durante el encuentro entre el FC Poltava y el FC Cherkaskyi Dnipro, dos lubes de la Segunda División, un directivo del equipo local pidió a los ultras que no encendieran bengalas y recibió varios golpes. La reacción del directivo fue dirigirse a la oficina del club y volver con una pistola. No hubo que lamentar problemas.

Increíble fue también lo que le ocurrió a la selección española cuando jugó el pasado octubre un amistoso en Israel, cuando seis espectadores locales fueron detenidos por la policía, al término del encuentro, después de que consiguieran acercarse al madridista Isco Alarcón, uno de ellos armado con un cuchillo.

El fútbol italiano también acumula episodios que provocan vergüenza. Uno de los recordados se produjo el 6 de Mayo del 2001, durante un encuentro entre el Inter de Milán y el Atalanta: un grupo de aficionados locales robaron una scooter a un aficionado visitante. Sin que los dispositivos de seguridad se dieran cuenta, colaron la moto dentro del estadio de San Siro y la lanzaron desde la tribuna. La primera idea fue incendiarla pero como no pudieron decidieron lanzarla con el objetivo de que alcanzara el césped.

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