La hora de Martí Vigo

El aragonés cumplirá mañana su sueño olímpico debutando en los 15 kilómetros de esquí.

El aragonés Martí Vigo en las instalaciones de entrenamiento de Pyeongchang.
El aragonés Martí Vigo en las instalaciones de entrenamiento de Pyeongchang.
M. Vigo

Finiquitada la etapa júnior con un historial deportivo para enmarcar, el joven aragonés Martí Vigo (Sesué, 1997) decidió partir hacia Ramsau, cuna del esquí de fondo. A 1.700 kilómetros del Valle de Benasque, esta localidad austríaca le ha ofrecido desde septiembre un marco ideal para su preparación para debutar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, donde el oscense debutará mañana, a las 7.00 hora española. Es su hora. Es su momento. El aragonés participará en la prueba de 15 kilómetros de esquí libre, para continuar el miércoles en el esprint libre por equipos junto a Imanol Rojo.

Martí Vigo es, a sus 20 años, el benjamín entre la docena de deportistas españoles que participan en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang. El de Sesué conquistó su plaza en su primera participación en la Copa del Mundo, hace escasas semanas. "Para cumplir los criterios que exigía la Real Federación Española de Deportes de Invierno (Rfedi) debía conseguir un ‘top 15’ en Copa de Europa o un ‘top 30’ en Copa del Mundo", relata. "Lograr ese resultado en Copa de Europa era bastante accesible, pero este año he tenido muy mala suerte. En la primera prueba estuve enfermo y la siguiente se anuló. En mi segunda prueba me caí y partí un bastón, así que tuve que retirarme. En mi última oportunidad no estaba en un buen momento de forma. No me encontraba bien y tuve un fin de semana desastroso", lamenta.

Entonces apareció en su horizonte la doble cita de la Copa del Mundo en Dresden (Alemania), el 13 y 14 de enero. "El sábado fue el esprint individual en un circuito urbano, llano, rápido y muy corto. No pude hacer una gran carrera. La verdad es que el esprint nunca ha sido mi fuerte, yo prefiero las carreras de 10 o 15 kilómetros", explica. El domingo tuvo otra oportunidad, en el esprint por equipos junto al también olímpico Imanol Rojo. "Competimos bastante bien, hicimos una buena carrera y terminamos en el puesto 22. Ahí sí pude cumplir el criterio para los Juegos", celebra.

Ahora, su momento ha llegado. El instante que lleva tanto tiempo soñando se encuentra a la vuelta de la esquina. Y Martí Vigo está listo, preparado. "Lo voy a dar todo. Quiero ser competitivo, estar a mi máximo nivel, tener buenas sensaciones y terminar lo más adelante posible, aunque sé que esta experiencia será, sobre todo, de aprendizaje. Tener 20 años en un deporte como el esquí de fondo implica que me queda muchísimo por aprender", reconoce.

Consciente de que "en el esquí de fondo los resultados vienen con la edad", Martí Vigo considera que "dentro de cuatro u ocho años" será mejor de lo que es actualmente. "Ahora estoy trabajando bien y lo estoy dando todo, pero sé que esto es resistencia pura y que el volumen de entrenamiento te permite ir mejorando año a año. En cualquier caso, en Pyeongchang aspiro a hacer la mejor carrera que pueda, porque no sé si volveré a unos Juegos Olímpicos", remarca el esquiador de la Agrupación Deportiva Hospital de Benasque.

El apoyo familiar, clave

Junto a él, en Pyeongchang estarán su hermana, Berta, y su madre, Irma, dos apoyos fundamentales en su crecimiento personal y deportivo. "Mi hermana me saca siete años y durante muchos años ha estado en el equipo nacional de esquí de fondo. Yo empecé por ella. Desde pequeños subíamos a esquiar a las pistas y la acompañaba a las carreras por toda España", rememora. A los dos les define su pasión por la competición. "Como ella, yo también me he esforzado al máximo y poco a poco he ido evolucionando, año a año, hasta llegar a este punto. Si mi hermana no hubiese hecho esquí de fondo, lo más seguro es que yo tampoco", subraya.

El camino que Berta y Martí iniciaron juntos ha llevado a este último hasta los Juegos Olímpicos de Invierno. Brindarán esa gesta a su padre, Evaristo, quien falleció hace algunos meses. "Este año ha sido bastante triste, bastante duro. El deporte me está ayudando a superarlo", indica emocionado. "Cuando me enteré de que iba a los Juegos Olímpicos, por un lado, está claro que me alegré muchísimo; pero, por otro, me hubiera gustado que él me hubiera visto. Sé que es lo que más le hubiera gustado", sentencia.

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