Natxo González: "He tenido que picar mucha piedra para llegar hasta aquí"

El nuevo entrenador del Real Zaragoza llega a La Romareda avalado por el trabajo y rendimiento obtenido en el Reus, que ha sido el equipo revelación de Segunda.

Un haz de luz mañanera ilumina el rostro de Natxo González en sus primeros días en Zaragoza.
Un haz de luz mañanera ilumina el rostro de Natxo González en sus primeros días en Zaragoza.
Aránzazu Navarro

Natxo González madruga también a la hora de conceder entrevistas. Listo para las cámaras a primera hora de la mañana. El apunte no es baladí: al nuevo entrenador del Real Zaragoza no le gusta dejar las cosas para el final. En la travesía que ahora nace con el equipo del león rampante, sabe que tendrá que competir a tope desde el primer día.

Estando tan bien como estaba en el Reus, ¿por qué se ha marchado? ¿Por qué está aquí?

En el Reus he estado tres temporada con unos objetivos que se han cumplido. Llega un momento en el que entiendes que necesitas otros estímulos y otros retos. Era lo mejor para mí. Me ofrecieron la renovación. El corazón me decía una cosa, y la cabeza otra.

Esencialmente, ha estado en tres clubes a lo largo de su carrera: Alavés, Reus y Sant Andreu. ¿Cuál se aproxima más al Real Zaragoza?

En cuanto a magnitud, el Alavés. En masa, en todo, es el Alavés el más cercano. En ese momento, estaba en una situación muy delicada. Logramos un ascenso importante y ahora ya vemos donde está.

Todos los equipos que ha entrenado han mirado hacia arriba en la clasificación. ¿Quizás por eso está también en Zaragoza, porque quiere mirar a su equipo hacia arriba?

Llevo muchos años. He estado mucho tiempo en tres clubes. No es sencillo tener tanta estabilidad en tres clubes. Estoy orgulloso de ello. No he llegado aquí por arte de magia, sino porque he alcanzado los objetivos en los equipos en que he estado. Objetivos ambiciosos normalmente. Reus era un objetivo ambicioso cuando llegué. El Sant Andreu, también. Y el Alavés. Para estar aquí, he tenido que conseguir cosas en esos clubes: varios ‘play off’, ascensos... La única manera de seguir en este camino de entrenar es así.

Para muchos ‘nombres de fútbol’, acceder a un banquillo profesional es muy sencillo, pero usted no responde a ese perfil: ¿se ha construido a sí mismo como técnico?

He tenido que picar mucha piedra para llegar hasta aquí. Desde mis inicios en infantiles, en cadetes, en juveniles, en Regional Preferente, en el Alavés de División de Honor Juvenil, Tercera División, Segunda B... Hay un recorrido del que estoy muy orgulloso. He tenido que trabajar muchísimo, nadie me ha regalado nada. Sí, me he creado a mí mismo con la pasión de alguien que hace lo que le gusta, con la pasión por entrenar, por trabajar día a día queriendo ser mejor. Además, siempre he estado rodeado de buena gente que me han aportado muchísimo. Es un trabajo colectivo, no es un trabajo exclusivamente mío.

Se ha acostumbrado a la estabilidad en los banquillos, pero llega a una plaza que es todo lo contrario: los banquillos son eléctricos en Zaragoza, con ocho entrenadores en los últimos cuatro años. ¿Cómo afrontó esta situación cuando le llamó el Zaragoza? ¿Sintió vértigo?

Para mí fue una satisfacción. No puedo pensar que voy a venir aquí y voy a durar dos telediarios. A mí no me convence eso del partido a partido. Soy de objetivos a más plazo. Voy a tratar de disfrutar todos los días como lo hago. Vengo a Zaragoza convencido de que voy a estar mucho tiempo. No sé cuanto es mucho tiempo, pero hasta el momento siempre he tenido estabilidad.

Desde fuera, la interpretación que se ha hecho es que representa una apuesta muy clara de Lalo Arantegui. ¿Cómo le convenció para que viniera?

La percepción que tengo es que me ha visto mucho. Yo creo que la decisión que toma la tiene muy clara. Cuando hablé con él, vi que me conocía, aunque no nos habíamos visto nunca. Nuestras ideas de fútbol coinciden. Pero ese conocimiento que demostró de mí, me dio seguridad.

Su metodología es diferente, y va más de lo estrictamente futbolístico.

La convivencia va a ser muy intensa. Llegaremos a desayunar juntos, entrenar, comer... El cuerpo técnico también tendrá un horario de muchas horas. Esto es un trabajo, como todo en la vida. En el trabajo físico, sabes que no puedes estar cinco horas; pero hay una convivencia, una labor de grupo que hay que realizar. Se grabarán los entrenamientos. Hay mucha faena, y debe sumar para ser mejor que el rival. Desde luego, no será una hora y media, y cada uno para su casa. Tenemos que poner todos los medios para ser mejor que el rival. Luego, el juego es el juego.

¿Cuáles han sido sus referentes como entrenadores?

No me sirve solo un tipo de fútbol. Con Guardiola me une una relación muy buena. En cuanto a juego posicional, es un maestro. Pero también está el juego de contragolpe. Quiero dominar registros diferentes. Siempre hay gente de la que aprendes. La experiencia también te lleva a ser cada día mejor. Las cosas que van saliendo bien, las mantienes; las que no, las apartas.

En Segunda División se premia más a los equipos que no reciben goles. Quizá, el Reus es el único equipo menos goleado en los últimos años que no se ha situado arriba. La base futbolística para el ascenso a Primera parece que la tiene controlada...

Encajar pocos goles no quiere decir que nuestra mayor preocupación sea defender. El mayor tiempo de los entrenamientos lo dedicaba a atacar. Es más fácil defender que atacar. Ante todo, pido fiabilidad. Un equipo fiable defensivamente suele ser un equipo bueno. Jugando bien sueles ganar. Si eres fiable, incluso haciéndolo menos bien. Luego está la manera de defender. Puedes defender colgado del larguero como los murciélagos o con el balón. Si tenemos el balón, no lo tiene el contrario. Pero cuando lo perdamos, hay que reaccionar.

¿Qué es jugar bien para usted?

Para mí, es fundamental tener el control del partido. Yo quiero tener el balón, pero no tener el balón por tenerlo. Hay que buscar superioridades. A eso dedico mucho tiempo.

¿A qué modelos quiere acercarse de Segunda? ¿Al Levante con la pelota, al Cádiz sin ella...?

Quiero ser un buen equipo con el balón y sin el balón. Sobre todo, tener identidad definida.

El Zaragoza ya tiene más o menos concretada la defensa y el centro del campo. Queda por hacer el ataque.

Tenemos que tener gol, creación. Pero también ser fuertes defensivamente. Hay que buscar.

¿Cómo analiza los cinco fichajes cerrados?

Los laterales tienen mucho recorrido, mucha llegada al área rival. Me gustan también los centrales con salida de balón y los pivotes con capacidad de creación y de destrucción. Arriba hay que marcar la diferencia. Los futbolistas que se van firmando se ajustan a este guión.

¿Qué va a hacer para acercar el Real Zaragoza a la afición?

La única forma es con el juego, que vayas al campo y te guste el equipo. Ya dije que mi sueño es ver llena La Romareda y que la gente salga feliz del campo. Lo dije también en Reus: mi objetivo es ver el campo lleno. Me gusta hacer feliz a la gente,

¿Ha encontrado un club ansioso o tranquilo?

Percibo ilusión.

Quizás las urgencias sean como las del Alavés...

Yo tengo que hacer todo lo posible para hacer funcionar al equipo, para que llegue con opciones. El camino es muy duro, muy largo. Lo importante es el trabajo del día a día, esa es lo principal.

Entre las posibles bajas está Lanza, un jugador especial para usted. Sus mejores años fueron a sus órdenes en el Sant Andreu. Explotó con usted.

Hay un rendimiento previo aquí que tiene que valorar el club. Yo no puedo entrar en eso porque acabo de llegar.

Dos de las incorporaciones, Alberto Benito y Ángel Martínez, han crecido a su lado en el Reus.

El mismo hambre que tengo yo, si lo conseguimos en cada componente de la plantilla, fantástico. Tiene que haber identificación con el Zaragoza. En Reus se entendió esta idea. Era la primera oportunidad en su vida de estar en el fútbol profesional. Para los que vengan, sería fundamental.

¿Acertar con el delantero se antoja esencial? Como Ángel en esta temporada.

No hay jugadores que aseguren goles todos los años. Y el que lo asegura, no se queda en Segunda División. No es fácil encontrar el jugador que te asegure una cantidad de goles. Es bueno tratar de tener un jugador así, pero no podemos depender de él.

Narciso Juliá dijo que el Zaragoza no podía ascender como el Alavés. ¿Usted cree que el Zaragoza podría ascender así?

¿Cómo ascendió el Alavés?

Ante todo, con una extraordinaria defensa.

Si hiciéramos una encuesta en La Romareda, ¿usted cree que el aficionado firmaría ascender jugando así?

Desde luego.

Cuando un equipo asciende, es porque hace las cosas muy bien, porque juega muy bien al fútbol, aunque no juegue como el Barça. Para ascender, hay que ser muy buen equipo, y el Alavés era muy buen equipo. Hay muchos estilos, pero el Alavés lo hizo muy bien, igual que el Leganés. El objetivo es ganar. Sé que La Romareda ha visto a jugadores exquisitos por juego y calidad técnica. A mí también me gusta ese juego. Pero hay que buscar las metas, los objetivos colectivos.

El equipo va a sufrir una transformación importante. ¿Cómo la asume?

Cuando llegué al Reus, solo había un par de jugadores. Hubo que hacerlo todo y ascendimos. Las veces que me ha ocurrido incluso hemos empezado bien la temporada.

¿Es un entrenador de 15 jugadores o de un grupo mayor?

De un grupo mayor.

¿Que el jugador 22 sea tan importante como el jugador 12?

El jugador que hoy creas que no entra, dentro de un mes puede ser determinante. Unos tienen más minutos, otros menos. Todos son importantes. La liga es larga e intensa y se necesita de todos. Luego, cada uno marcará su trascendencia. Me ha pasado no contar con jugadores y luego ser importante.

¿Cómo son tus pretemporadas?

Hay que tratar de hacer un buen comienzo. Por todo: por empezar sumando, por autoconfianza, por ver que el camino es el correcto. Igual de cara a los jugadores que de cara a la gente. Hay que colocarse en una buena posición de salida. Después, todo se ve de otra manera. Con una buena salida, todo es más sencillo.

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