Una tarde en urgencias

Caminando sobre brasas. Así saltará al campo esta tarde el Zaragoza en La Romareda, donde solo una victoria contra el Oviedo serenará su actual estado de gravedad y urgencia. La llamarada de la zona de descenso ya quema los pies de un equipo peligrosamente desorientado en las últimas jornadas. En caso de derrota, el Zaragoza podría ser engullido por una las cuatro posiciones de la clasificación, una situación de indudable delicadeza, inédita en el club en el actual ciclo de cuatro temporadas en Segunda a estas alturas de la temporada. Son solo dos puntos de alivio y al Zaragoza no se le presenta otra salida a su actual callejón que un triunfo contra el Oviedo. Necesita los puntos de una victoria, pero, ante todo, un ansiolítico. Un calmante que le permita acercarse al parón de Navidad y al mes de enero, al periodo de fichajes y al regreso de algunos lesionados, en una posición de cierto sosiego, despojado de un ambiente enrarecido, turbulento y nervioso.

Ha sido habitual en los últimos años que el Zaragoza se adentrara en las Navidades con la casa patas arriba. Sucedió hace un año después de la destitución de Popovic y las negociaciones para su relevo. Pero esta incertidumbre se ha instalado con suma frecuencia en los últimos diciembres: sucedió también tras el despido de Marcelino, con la contratación de Manolo Jiménez en una Nochevieja…

Para ganarle al Oviedo, el Zaragoza deberá purgar sus pecados defensivos. Destaca ahora mismo como el equipo más goleado de la categoría (25). Agné recupera para tal servicio a Marcelo Silva. También deberá devolverle al equipo la presencia competitiva que estimuló su desembarco, hasta que en Getafe el Zaragoza comenzó a marcar su actual línea de declive de un punto de los últimos nueve posibles. Tras la penosa derrota de Cádiz, habrá cambios. Además del rezado regreso de Silva, Isaac relevará al lesionado Fran en el lateral derecho y Javi Ros arrinconará de nuevo en el banquillo a Erik Morán, un futbolista en clara deriva. Todo apunta a que Agné apostará por la doble punta, con Ángel y Juan Muñoz, por lo que Barrera, otro jugador de escasa contribución cuando le ha tocado, caería también a la suplencia.

El Oviedo, por su parte, llega a Zaragoza con el cuerpo metido en la promoción, pese a que sus dos últimas salidas fue zarandeado por Huesca (4-0) y Alcorcón (5-1). No obstante, es un equipo que en las otras 15 jornadas solo encajó siete goles. Fernando Hierro, bien apoyado en su ayudante Julián Calero, dirige una plantilla profunda y un equipo con galones arriba, con hombres como Michu, Toché, Jonathan Pereira o el aragonés Linares, ahora extremo izquierdo. La única baja es el lesionado Edu Bedia.