Epi: "Jamás he olvidado la tierra donde nací"

Juan Antonio San Epifanio (Zaragoza, 1959) será homenajeado mañana en la Gala del Baloncesto Aragonés. Un justo reconocimiento a un jugador que coleccionó récords.

Juan Antonio San Epifanio, ovacionado en un reciente homenaje en el Palau Blaugrana.
Epi: "Jamás he olvidado la tierra donde nací"
FC Barcelona

Pese a que ha recibido centenares de premios, ¿le ilusiona la distinción de mañana como jugador aragonés de leyenda?

Yo me fui de Zaragoza con 15 años, por lo que hace 42 que vivo en Barcelona, pero eso nunca ha hecho que me haya olvidado de la tierra donde nací, y donde tengo mucha parte de mi familia y amigos. Es por ello que recibiré el premio con muchísima ilusión y muy agradecido. Estoy esperando el momento para saludar a mucha gente querida.


¿Vuelves con asiduidad?

No todo lo que quisiera, pero sí todo lo que puedo. Evidentemente mi vida está afincada en Barcelona, donde están mis hijos, pero volver a mi ciudad es siempre motivo de alegría.


¿Cuál es su primer recuerdo asociado con el baloncesto?

Cuando empecé a jugar. Los sábados y los domingos me escapaba y saltaba la tapia del colegio Agustinos para jugar en la pista todo lo que pudiera. Posteriormente recuerdo mi paso por el Colegio Sindical del Pilar y cuando más tarde comencé a jugar en federados.


¿Fue la canasta su única afición infantil?

Me encantaba jugar con los amigos en la calle a mil y una cosas diferentes. Pero el baloncesto me entró muy adentro gracias a mis dos hermanos mayores: Herminio, que me pasa cuatro años, y Fernando, seis. Al verlos jugar me entraron las ganas de hacerlo y me puse a ello con la máxima ilusión.


Zaragoza era y es una ciudad muy baloncestística. ¿Se empapó de ese espíritu?

En mi época pasaron dos cosas. La buena es que había mucha afición por el baloncesto y lo practicaba muchísima gente. La mala es que no había buenos equipos que estuvieran al primer nivel compitiendo, ni grandes jugadores ni grandes entrenadores. Eso hizo que tuviera que emigrar. Si hubiera habido las circunstancias necesarias, no hubiera marchado. Comenzaba a haber con el Helios y con el CAI una posibilidad que luego se cimentó con grandes éxitos, pero a mí me pilló en un momento de vacío.


¿Cómo vivió el shock que supone dejar su ciudad y marchar a Barcelona con 15 años?

Mi hermano Herminio jugaba en Primera División con el Kas de Bilbao. El equipo desapareció y lo fichó el Barcelona. Yo estaba comprometido para ir a las categorías inferiores del Kas. Mi hermano comentó mi situación al Barça y me abrió las puertas. Ese cambio que afectaba a dos hermanos hizo que mis padres también se trasladaran a la Ciudad Condal para protegernos lo máximo posible, cosa que les agradeceremos siempre. Así fue todo más cómodo para asimilar los cambios.


¿Cuál fue el cambio más complicado de asumir?

Sin duda, dejar a los amigos y a la familia. Como contrapartida, me movía una ilusión tremenda por crecer en el baloncesto. Esa fue mi agarradera. Veía cómo mejoraba en cada entrenamiento, que eran muy diferentes a los que hacía en Zaragoza. Eso me gratificaba lo suficiente para estar a gusto. A los cuatro meses comencé a sentir Barcelona y a hacer mi pandilla de amigos. Así añoraba menos Aragón.


¿Alguna vez soñó en alcanzar el palmarés que amasó?

Cuando empezaba tenía muchas ilusiones. Hay gente que piensa en muy grande y otros en el día a día. Yo soy de los segundos. Cuando jugaba en juveniles con el Barça mi objetivo era ser convocado por la selección juvenil, no ser campeón de Liga. Así fui dando paso a paso. Ese caminar hace que consigas muchas cosas en el transcurso de los años. Hay personas que piensan tan a lo grande que se olvidan de los pasos intermedios y no llegan y se frustran.


¿Qué piensa cuando repasa todos su éxitos?

Estoy satisfecho por un motivo: sé que di mi cien por cien. Es algo que hago en todas las facetas de mi vida. En el básquet conseguí lo máximo que estaba a mi alcance. Yo no podía ser Michael Jordan. Eso me da una completa satisfacción. Si a eso le añades que obtuve muchos premios a nivel de equipo con el Barça y con la selección, la satisfacción es mayor. Pero no soy una persona que viva de recuerdos. Aquello estuvo muy bien pero no me gusta vivir del pasado. Ahora tengo otra vida y a ella me entrego.


Usted fue en los 80 una de las primeras estrellas mediáticas, era marca en sí mismo. Tenía sus propias zapatillas, su juego de ordenador...

Salí en anuncios de Nocilla, de Williams Sport, de Adidas… Era un momento álgido que suponía un reconocimiento a través de los anuncios y que aumentó mi popularidad. Y era bueno económicamente porque los sueldos en el baloncesto no eran muy altos.


¿A qué se dedica ahora?

Trabajo en una empresa especializada en las máquinas de led luminosas que se ven en los partidos.


Su hijo Edgar descolla en el Hospitalet.

Juega en el Hospitalet de Primera B y lo está haciendo muy bien. Ejerce de escolta, pero puede actuar de base, de 2 y de 3. Me gusta mucho cómo juega.


¿Sigue al Tecnyconta Zaragoza?

Hemos tenido un mal inicio de temporada, pero la última victoria nos va a dar confianza para situarnos al menos en el medio de la tabla. La posibilidad de ir a la Copa está muy complicada, pero me ilusiona que el equipo vuelva a estar cuanto antes lo más arriba posible.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión