Presente y futuro en La Peñaza

La profesional Raquel Carriedo y la amateur Beatriz Espelosín dan el golpe aragonés en el Santander Tour y la final del Letas, el circuito trampolín al European Tour femenino.

Beatriz Espelosín y Raquel Carriedo, ayer en el zaragozano campo de golf de La Peñaza.
Presente y futuro en La Peñaza
A. C. G.

La Peñaza se tiñe de un intenso verde y las casi 100 hectáreas de terreno dibujan un campo de 18 hoyos, donde Raquel Carriedo y Beatriz Espelosín han crecido ejecutando su mejor swing. El recorrido se proyecta a Europa gracias a una doble cita de caché, que coloca su nombre en los titulares desde mañana y hasta el sábado: el Santander Tour y la gran final del LET Access Series (más conocido como Letas), que proporcionará las tarjetas para competir en el Ladies European Tour en 2017. Las zaragozanas, presente y futuro del golf aragonés, se han preparado estos días para dar un golpe magistral en su casa.


"Va a ser un torneo muy especial, en mi club y en el campo donde empecé a forjarme como jugadora y aprendí todo", habla Raquel Carriedo. Número 1 de Europa en 2001, la profesional se convirtió durante una década (1994-2004) en un referente del circuito internacional, con una carrera deportiva alimentada con sonados triunfos. "Voy a sentir más presión, no sé si será positivo o negativo, pero es mi campo, donde trabajo y mi familia estará siguiéndome. Estoy encantada de que albergue una prueba tan importante. Se ha hecho un gran trabajo y está fantástico", destaca Carriedo, quien tuvo el honor de ser la primera española en acceder al equipo europeo de la Solheim Cup (el equivalente femenino a la Ryder Cup), trofeo que levantaría como campeona en 2000 y 2002. Los Open de Taiwán, Suecia e Irlanda le ratificaron en la cima del Ladies European Tour en 2001, y a su brillante currículum se sumó la tarjeta para jugar el circuito americano, una mala experiencia que la devolvió a Europa en 2004 para tomar la decisión "más dura": la retirada.


A su lado, Beatriz Espelosín también sueña con escribir una historia de éxitos ligada a una bolsa de palos. Con 16 años, la reciente campeona de Aragón femenina –cuarta en el Nacional sub 16–, presume de trofeos y títulos autonómicos en distintas categorías. Un palmarés que empezó a tomar cuerpo hace una década, cuando la "tradición familiar" le llevó a acercarse a la cancha de prácticas de La Peñaza. "Estoy muy ilusionada por compartir esta competición con las mejores pros. Creo que va a ser una gran experiencia y va a ser muy bueno para mí porque aprenderé mucho de ellas", destaca Beatriz, tan aplicada con los palos como en los estudios en el colegio Marianistas.


La joven es la alumna aventajada de Raquel Carriedo en la Escuela Infantil, donde la profesional ejerce su maestría. "Todavía tengo mucho que trabajar. El golf es esfuerzo y el aprendizaje es continuo", resalta la jugadora, poseedora de un buen drive y a la que gusta manejarse con los hierros. "Aunque tengo que mejorar en el approach, un golpe crítico", reconoce Beatriz Espelosín, que tendrá como caddie en esta cita a José Antonio Sagardoy. Y el jueves, cuando se ponga en el tee del hoyo 1, no olvidará los consejos de su profesora. "Los nervios son buenos, pero hay que aprender a gestionarlos y te ayudarán a ser una jugadora con garra".


El Santander Tour va a ser "emotivo" para las dos jugadoras, pero especialmente para Raquel, ya que podría suponer su adiós definitivo de la competición. Diego de Miguel será su caddie en esta ocasión, testigo que le cede su marido José Luis Royo, quien le animó a regresar en 2010 en el recién creado Banesto Tour, y su hijo Arturo le portará la bolsa en el último hoyo. "Esta vez me ha costado más volver a coger los palos y empiezo a plantearme la retirada. Si es mi último año o no… La decisión dependerá de cómo juegue esta semana. Cuesta mucho dar el paso", concluye Carriedo.

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