Las historias más extraordinarias de los Juegos Paralímpicos

Los corredores más rápidos, y un arquero y un nadador sin brazos, entre las imágenes más impactantes.

Zheng Tao es capaz de nadar sin ninguno de sus brazos.
Zheng Tao es capaz de nadar sin ninguno de sus brazos.
Efe

Sin tener la dimensión mediática de los Juegos Olímpicos, los Paralímpicos han dejado gran cantidad de historias de superación que demuestran que en el deporte casi nada es imposible. La primera protagonista fue la exatleta brasileña Márcia Malsar, una de las encargadas de llevar la antorcha olímpica en la ceremonia de inauguración. A medio camino, cayó al suelo y rápidamente se levantó y siguió, recibiendo una atronadora ovación del estadio de Maracaná. "Lo que nos define es cómo nos levantamos después de cada caída”, dijo Malsar.





Otro gran momento fue la final de los 1.500 metros, donde el ganador corrió más rápido que el campeón olímpico. Fue el argelino Abdellatif Baka, que marcó un tiempo de 3:48.29, casi dos segundos menos que Mathew Centrowitz (3:50.00).




Ese tiempo del corredor sin discapacidad norteamericano también lo mejoraron otros tres paralímpicos más de la serie que ganó Baka. El etíope Tamiru Demisse (3:48.49); el keniano Henry Kirwa (3:49.59); y el argelino Fouad Baka (3:49.84).


No menos emocionante fue ver a Ibrahim Hamadtou practicar el tenis de mesa sin brazos. Los perdió en un accidente de tráfico y sostiene la pala con la boca, devolviendo las bolas con suma rapidez.




Del mismo modo, Zheng Tao es capaz de nadar sin ninguno de sus brazos. Se quedó sin ellos a causa de una descarga eléctrica cuando era niño y en Río de Janeiro logró el oro en los 100 metros espalda categoría S6.





Matt Stutzman, por su parte, tira con arco con los pies. Su forma de disparar las flechas llamó la atención de todos en los Juegos Paralímpicos de Londres en 2012, y en Brasil no ha sido menos. El norteamericano padece una malformación en sus extremidades superiores que a día de hoy todavía no tiene explicación médica.





Curioso es también el caso de Morteza Mehrzadselakjani, gigante iraní -undécimo hombre más alto del mundo- que ha revolucionado el voleibol sentado. Es la gran estrella de este deporte y su presencia ha convertido la selección asiática en una máquina vencer.





El futbolista iraní ciego Zadaliasghar marcó un tanto maradoniano tras superar a cuatro rivales y cruzar el balón, haciendo inútil la buena estirada del portero. Lo hizo en el partido de fútbol 5 que enfrentaba a Irán y Marruecos, en el que los cuatro jugadores de campo de cada equipo son ciegos y los porteros tienen ceguera parcial.





Impactante fue, ya en la recta final de la competición, la forma de saltar de Zhiqiang Zhong.




El chino dejó boquiabierto a todo el estadio olímpico de Río, que presenció como lograba una marca de 1,77 metros con una sola pierna. La otra se la amputaron tras sufrir un accidente.


Ibrahim Al Hussein, refugiado sirio que perdió la mitad de la pierna derecha durante un bombardeo en su país, participó en dos pruebas de natación. Su historia emocionó al público de Río de Janeiro.





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