Susana Ochoa: "El atletismo me ha ayudado a superarme en mi día a día"

Médico y atleta, es la primera mujer en España en estar al frente de una federación territorial de atletismo, la de Aragón.

Susana Ochoa.
Susana Ochoa: "El atletismo me ha ayudado a superarme en mi día a día"
Raquel Labodía

Cuando la veían atravesar Tenor Fleta hacia María Moliner, camino del parque ‘grande’, donde solía entrenar, la gente pensaba que era una loca de un deporte que hoy es mucho más que una fiebre social, que solo en Aragón tiene federados a 1.100 personas y a 2.600 escolares de una disciplina que es individual, que supone un reto personal y que no necesita de nada más que tu propia compañía. Porque el ‘running’ se ha incorporado de tal manera a nuestra forma de vida que es una parte más de ella.Y Susana Ochoa (Zaragoza, 1971), una de sus pioneras, explica que llegó a él algo tarde pero que le atrapó, tanto que hoy es la primera mujer en España al frente de una federación territorial. Médico ("mis padres y mi hermana lo son") y fondista, apenas compite, aunque dice que tiene muchos sueños por cumplir, como llevar una antorcha olímpica, algo emocionante para cualquier deportista, "y que mi hermana y yo quisimos hacer para Barcelona 92. No pudimos porque la zona que nos dieron para portarla estaba muy lejos, con una mala comunicación". Explica que siempre ha sido muy deportista, quizá porque en el colegio y en casa se lo fomentaron bien; y se recuerda con los libros de Medicina robando tiempo al tiempo entre competiciones de fin de semana. Concede poca importancia al hecho de estar al frente de la Federación Aragonesa de Atletismo, "es un reto personal –dice–, pero no por ser mujer, sino por las ganas de innovar y de hacer cosas", por ello, insiste en explicar que en su equipo se ha rodeado de quienes ella cree que son los mejores, "sea hombre o mujer, aunque es cierto que en hay tres mujeres, porque para mí son las personas más válidas". Porque, para ella, lo importante es hacer equipo, "esto no deja de ser una empresa y es imposible que todos se lleven bien por eso hay que buscar siempre el máximo consenso posible, y diálogo. Y más en un deporte individual, en el que mucha gente tira hacia su propio interés. Por ello, lo asumo como un nuevo reto en la vida". Dice, también, que no le van los maratones, ni siquiera por vivir el mítico de Nueva York.


Qué carrera le gustaría hacer.


Me encantaría correr en las pistas antiguas de Grecia, esas de ceniza donde se hacían los Juegos Olímpicos. Hace años estuve en Mérida, porque se hizo allí el campeonato de España de Cross, y corrimos en el antiguo circo romano. Fue precioso.


Ahora hay una explosión en este tipo de deportes, en hacer ‘running’.


Es fantástico, porque hace 20 años no corría nadie, ibas por la calle y te decían que estabas loca. Está bien que la gente corra, pero sabiendo lo que hace; que por ganar salud no te quedes sin salud por no medir muy bien el esfuerzo, no tener un asesor adecuado. A veces confunden eso de "hasta aquí llego" y "aquí ya me he pasado", es una línea muy sutil.


Usted comenzó con 18 años.


Empecé algo mayor porque hacía otros deportes, voleibol, balonmano, porque teníamos unos buenos profesores de Educación Física. Iba al Colegio Miraflores. Además, mi padre siempre ha sido muy deportista, fue monitor de montaña y yo estuve también federada. Hacía muchas actividades, jota, patinaje, frontón con mis padres y es cierto que la motivación del atletismo empezó porque hicieron en el colegio unas jornadas. Organizaron un mil metros y mi hermana, que ya lo hacía, corrió y lo ganó, así que me dije que yo también lo haría y les gané a todos, incluso a los chicos. Un profesor nos recomendó meternos en algún grupo, que mi hermana hizo pero yo aun tardé, porque no tenía tiempo. Pero acabó picándome el gusanillo y empecé en el Scorpio, después en el Oviedo (18 años) y ahora en el Intec Zoiti, en Huesca. Sigo compitiendo, aunque lógicamente no se rinde igual, con los años y el trabajo es un poco difícil.


Qué siente un deportista de una disciplina tan personal, que tiende a la introspección.


El atletismo como todo deporte es una terapia, una manera de desconectar, de relajar tu mente y que sirve para afrontar los problemas mejor. El ejercicio físico libera endorfinas, es como si te metieras un chute de droga, que te alivian el dolor, la pena, el estrés, generan bienestar. Y cuando lo dejas también tienes algo de mono. Hacer un deporte individual te ayuda a superarte a ti mismo, ver que eres capaz de superar tus marca, de ir corriendo un poco más. Cada día es un problema que vas superando. Ves que es posible y te sientes bien porque lo has conseguido. Y cuando tienes un problema en la vida lo vives o encaras como una competición, "esto lo voy a superar", "de esto yo soy capaz".


Una de sus ideas es la de innovar.


Siempre se puede sacar más provecho de todo, y no solo por organizar más competiciones sino también por captar gente en las escuelas, colegios, incentivarlos, motivarlos para el atletismo para que no lo dejen, porque en cuanto llegan a los 14-15 años se olvidan del deporte. Además, se puede descentralizar, porque se hace mucho atletismo por todo Aragón y hay numerosos equipos en Tarazona, Monzón, Ejea... de los que no se oye nada.


Ha habido muchas muertes súbitas en distintas pruebas ¿hay que controlar más?


Aparentemente es gente sana, pero cuando se compite y se fuerza el cuerpo es recomendable hacerse un reconocimiento médico en el que se incluya una prueba de esfuerzo, porque se pueden descartar muchas cosas. A pesar de ello, nada impide que en una carrera fuerces demasiado y tu cuerpo no lo tolere, quizá porque tampoco se ha hecho una planificación con un entrenador que te diga cuáles son tus límites. Lo ideal es que todo el mundo se federe y consulte al especialista. En la mayor parte de Europa son obligatorios los reconocimientos médicos. Mire, alguno de los últimos fallecidos eran habituales y tenían una gran preparación, pero nunca se sabe cómo puede reaccionar un cuerpo cuando lo fuerzas.


Es médico de familia, una especialidad esencial, la primera mirada de un enfermo.


Es la más desconocida, para empezar porque tampoco se informa mucho de ella durante la carrera, al menos cuando yo estudié, y creías que solo estaba para recetar y derivar al especialista. Pero no es así. Es el que más conocimientos tiene, tiene que saber lo suficiente de todo para ver si puede afrontarlo o derivarlo. La detección precoz es fundamental y somos nosotros quienes muchas veces lo hacemos. Estoy el Hospital San Jorge, en Huesca, en Urgencias. Llevo cinco años, pero he pululado mucho, he estado en el Servet, en Logroño, en Jaca, Calatayud.

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