Cinco jornadas que valen una temporada

El Huesca ha logrado en las últimas jornadas ese puñetazo certero sobre la mesa que se le había resistido en otros tramos de la temporada, pero que ha servido para dejar al equipo a las puertas de la permanencia. Un golpe de autoridad, tanto moral como en el plano deportivo, el que representa haber logrado 12 de los últimos 15 puntos en juego. Números de líder, ya que solo el Alavés, que actualmente comanda la tabla, y el Nástic de Tarragona, firme candidato al ascenso directo, han logrado seguir la estela del Huesca, con 11 puntos en estas últimas jornadas.

En el caso de los oscenses, proceden de cuatro victorias y un único tropiezo, el que tuvieron los hombres de Anquela en el campo del Mirandés hace dos jornadas, con un doloroso 1-0 que en ese momento pareció empinar peligrosamente el camino hacia la salvación, pero que el conjunto ha sabido enmendar.

Más allá de la cifra puramente matemática que suponen los puntos logrados, bastante testimonial ya de por sí, es la entidad de los rivales con los que se lograron en unos casos, y el hecho de que fueran ante rivales directos en otros, lo que le da el verdadero valor a lo logrado por el Huesca en este tramo final, y que le ha permitido, por fin, respirar tranquilo tras meses de angustia, sintiendo la soga del descenso pegada la piel.

Los tres puntos cosechados por los hombres de Anquela en el césped del Carlos Tartiere, y este sábado en el municipal de Butarque confirman al Huesca como ‘mata gigantes’ de la categoría, y es que en pocas quinielas se contemplaba la posibilidad de que un condenado al sufrimiento como el conjunto azulgrana fuera capaz de sacar los colores en su estadio a dos firmes candidatos a subir a Primera División. De hecho, los inesperados resultados que cosechó el equipo en estos campos tan complicados tienen una parte de la responsabilidad de que a tres jornadas de la conclusión de la liga, todavía sea un verdadero interrogante qué equipos lograran el ascenso directo, e incluso cuales pelearan por él en el ‘play off’.

Tan vitales como los puntos logrados en estos campos tan complicados, han sido las dos últimas victorias del Huesca en su estadio, ya que permitieron poner distancias con la zona más complicada de la clasificación. La primera ante el Llagostera, con un contundente 3-1, y la siguiente y más crucial frente a un Almería. El duelo ante los andaluces se convirtió en un auténtico pulso por la salvación que empezó a alfombrar la conclusión del gran objetivo marcado por el Huesca en el año de su vuelta a la categoría de plata.

Ahora, con los deberes casi hechos, el Huesca puede afrontar más relajadamente los siguientes enfrentamientos que le depara el complicado calendario con el que cerrará el curso. Primero el Real Zaragoza y después el Osasuna, ambos inmersos en la encarnizada lucha garantizar su participación en el ‘play off’, serán los que pongan a prueba la condición mostrada por los de Anquela de ser todo un David entre Goliats.