Oportunidad ante el colista

?El CAI es el segundo peor visitante de la Liga Endesa, con dos triunfos en sus desplazamientos. Mañana visita al Gipuzkoa, el equipo más vulnerable como local.

El ucraniano Slava Kravtsov, pívot del CAI Zaragoza, durante un entrenamiento.
El ucraniano Slava Kravtsov, pívot del CAI Zaragoza, durante un entrenamiento.
Francisco Jiménez

El CAI sigue marcado por los rigores de la clasificación. A falta de seis jornadas para que finalice la competición regular, el conjunto aragonés se halla incrustado en la decimoquinta posición de la tabla, con nueve triunfos conquistados, y con sólo dos victorias de margen con los puestos de descenso a la Liga LEB. La situación es inquietante para un bloque configurado inicialmente para optar a los ‘play off’. Andreu Casadevall ha subsanado el aspecto del grupo, muy enfermizo meses atrás, y ahora ya existe un trazo, un plan reconocible en los dos lados de la pista. El técnico se topó con una plantilla abatida, desencantada, con una desconfianza manifiesta en sus propias posibilidades, pero que ahora, por fin, ha dado un paso al frente en su juego. Al menos en sus actuaciones como local, donde el cuadro zaragozano, al abrigo de su afición, ya es capaz de cuestionarle el triunfo a cualquier adversario.


Sin embargo, el CAI reduce sus prestaciones, y de manera drástica, en la mayoría de sus desplazamientos. De hecho, solo ha obtenido dos triunfos en sus 14 actuaciones fuera de casa: frente al Estudiantes (100-106), en la novena jornada de la competición, en un partido que necesitó de dos prórrogas para resolverse; y contra el Baloncesto Sevilla (73-84), en la decimocuarta etapa del calendario. Ahora, en San Sebastián, los aragoneses disponen de una oportunidad muy propicia para rectificar su negativa trayectoria: visitan al Gipuzkoa Basket, actual colista de la competición, que sólo ha obtenido cinco victorias –tres como local– en el presente ejercicio. Se trata del rival más accesible, el más vulnerable, el que mayores desequilibrios presenta en sus filas. Los vascos han elevado su productividad ofensiva con la contratación de Marcus Landry, su jugador más afilado en sus acciones de ataque; pero siguen anotando con suma dificultad (72,25 puntos por encuentro). Además, encajan hasta 85,11 tantos por partido, lo que retrata su quebradizo sistema de contención.


El cuadro aragonés encara el duelo con la obligación de conquistar la victoria, lo que allanaría considerablemente su escarpado camino hacia la salvación. Y más tras haber encajado dos derrotas consecutivas –Laboral Kutxa y Herbalife–. "Nos sentimos mal, porque no hemos rendido como nos hubiera gustado en los dos últimos partidos", confiesa Slava Kravtsov, pívot del CAI Zaragoza, quien anuncia "un cambio de mentalidad inmediato" en la plantilla aragonesa. En su desplazamiento más reciente, en la pista del Laboral Kutxa, el cuadro zaragozano no alcanzó la altura requerida para competir. Se desencajó ante las primeras adversidades y enseguida enarboló la bandera blanca. La derrota fue contundente (100-71).


En este sentido, Kravtsov recuerda la necesidad de fortalecerse atrás, de elevar las prestaciones defensivas, después de haber encajado 98 puntos de media en los dos últimos partidos. "Sin duda, lo más importante del trabajo defensivo es el esfuerzo; pero también tenemos que saber cómo rotar, cómo cambiar en los desajustes", anuncia el pívot ucraniano. En este sentido, su incorporación al CAI Zaragoza, el pasado mes de diciembre, ha dotado a la plantilla de mayor vitalidad en el juego interior. Kravtsov rebotea, tapona, intimida, modifica los tiros del rival y aporta consistencia y envergadura bajo los aros. "Siempre trato de dar el máximo, de ayudar al equipo en todo lo posible, independientemente de que me lleguen balones o no. Si en ataque no recibo juego, entonces intento sumar en otros aspectos, sobre todo en defensa, con el único propósito de lograr la victoria", recuerda.

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