La defensa se rompe

?Leandro Cabrera y Joan Campins sufren sendas roturas de fibras. Ambos
son baja para el partido del sábado, que enfrentará al Real Zaragoza con el Elche.

Campins, Pedro, Rubén y Cabrera trotan en una sesión de entrenamiento.
Campins, Pedro, Rubén y Cabrera trotan en una sesión de entrenamiento.
Asier Alcorta

Ayer fue un mal día para el Real Zaragoza. De los exámenes médicos que se practicaron a Leandro Cabrera y Joan Campins llovieron dos noticias negras. Ambos padecen roturas fibrilares. El central uruguayo sufre la lesión en el cuádriceps del muslo derecho. Mientras tanto, Campins tiene localizada la lesión en los músculos isquiotibiales de la pierna izquierda.


Acerca de la posible baja del joven lateral derecho ya había indicios más que razonables desde la tarde el pasado domingo, cuando se retiró del césped de La Romareda echándose la mano a la parte posterior del muslo, en claro síntoma de que había sufrido un pinchazo en el transcurso del partido disputado frente al Girona. De alguna forma, las pruebas médicas han venido a confirmar los síntomas.


Sin embargo, de la lesión de Cabrera no había noción. Es verdad que el intenso central del Real Zaragoza entró con mucha fuerza a Eloi Amagat en el lance que le supuso la expulsión del referido partido; pero nadie pensó que allí se pudiera lesionar. Del campo se retiró sin aparentes contratiempos físicos. Al suave entrenamiento llevado a cabo en los terrenos de la Ciudad Deportiva el pasado lunes también acudió con plena normalidad.


Cuándo o dónde se lesionó Cabrera son interrogantes que el club no despejó ayer por medio de su página web oficial, donde publicó el escueto parte médico de la rotura de fibras. Sobre cuánto tiempo puede quedar Cabrera en el dique seco tampoco existe certeza en este momento. Se trata de una baja indefinida en este sentido, aunque en el seno de la entidad se confía en que no sea una baja de larga duración, sino de dos semanas o tres.


En todo caso, Lluís Carreras y su cuerpo tienen ante sí uno de los peores enemigos para el tramo definitivo de la competición: la quiebra del equipo teóricamente titular, con el que mejores resultados se hilaron y con el que tomó cuerpo la revolución de invierno. Hace ya varias semanas que el técnico no puede recurrir a su equipo ideal, del que Cabrera y Campins forman parte. Ninguno de los dos podrá alinearse frente al Elche, de modo que en la línea de retaguardia habrá novedades obligadas.


Por lo que respecta a la sustitución de Campins, parece clara la alternativa. Si no cambian mucho las cosas a lo largo de la semana, Isaac será su sustituto. Es el recambio más natural. Isaac está plenamente recuperado de su lesión y la pasada semana ya entró en la convocatoria. Su vuelta al equipo entra en la lógica más común. Marc Bertrán, que es otra pieza para utilizar en esa posición, todavía no ha entrado en el ritmo habitual de los entrenamientos. Le falta un poco.


Ofrece, en cambio, más dudas el modo de solucionar la baja de Cabrera. Las experiencias más recientes hablan de la traslación al eje de la defensa de Diego Rico, habida cuenta de que el canterano ha dado muestras de solvencia en esa posición y Jesús Vallejo todavía no ha alcanzado el tono físico adecuado para una vuelta a los terrenos. Cuando Lluís Carreras opta por esta variante, el lateral izquierdo pasa a ser propiedad de Abraham Minero, si bien su último partido ha establecido incertidumbres.


A las bajas de Cabrera y Campins en el sistema de contención también debe sumarse la ausencia del centrocampista de mayor corte defensivo: Erik Morán, otro punto que obliga al cuerpo técnico a la reflexión. Frente al Girona, Albert Dorca asumió ese papel. Alabado por Carreras ante los medios de comunicación, no dejó de recibir por eso los silbidos de la grada del estadio de La Romareda.

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