La primera liga de 'datchball' ya es una realidad. Catorce equipos de Zaragoza y varias localidades cercanas a la capital aragonesa jugarán una vez al mes durante todo el año, lo que supone la consolidación de una modalidad deportiva nacida en Aragón -parecida al balón prisionero o al 'dodgeball' americano- que ya se está extendiendo por muchos municipios de la Comunidad. Hasta ahora ya había 22 clubes y más de 500 alumnos que practicaban el 'datchball' y se celebraban torneos de forma regular -en alguno ha llegado a participar un millar de personas-, por lo que la creación de la liga ha sido casi una demanda por parte de los cada vez más niños -y padres- que se han enganchado.

De momento comienzan con 14 equipos, seis de categoría Benjamín (Octachboleros, Las Cobras, Catalina de Aragón, Cadrete, Cándido Domingo y Almozara) y ocho de Alevín (Cortes de Aragón, Cándido Domingo, Sobradiel, Cadrete 1, Hermanos Argensola, Cadrete 2, Nuestra Señora del Carmen y San José y el Equipo Mixto), pero desde la Asociación Internacional de Datchball, entidad zaragozana que promueve este deporte, esperan que en el futuro la competición pueda seguir creciendo. De momento, los clubes participantes disputarán una liga y un 'play off' para decidir el ganador de cada categoría, aunque se seguirán organizando torneos para que aquellos clubes que no juegan la liga puedan seguir divirtiéndose con el 'datchball'. La primera jornada ya se disputó el pasado fin de semana en los pabellones de Cadrete y Sobradiel.

¿Qué es el 'datchball'?

El datchball es parecido al 'balón prisionero', un juego en el que hay que eliminar a los rivales con una pelota, aunque en este caso se practica con tres balones que al principio se sitúan en la línea que separa los dos campos. Ambos equipos tienen que correr hacia ellos para intentar cogerlos, como en el waterpolo, e intentar eliminar a los rivales golpeándolos con la pelota hasta que no quede ninguno. También es similar al 'dodgeball' -'datchball' es la transcripción fonética de esta palabra-, aunque con normas menos estrictas. Por ejemplo, los jugadores no quedan eliminados si pisan las líneas o los lanzamientos son válidos aunque primero reboten en el suelo, ya que eso también permite que puedan competir los niños menos hábiles o con menos fuerza.

Esta modalidad la crearon Roberto Navarro, un profesor de Educación Física, y sus alumnos de Quinto de Primaria del colegio de Brea de Aragón. Entre todos comenzaron a poner normas al 'datchball', aunque no se imaginaron que aquello que comenzó como un juego trascendería las paredes del pequeño gimnasio de esta localidad zaragozana. Una década después, el 'datchball' se ha extendido por la capital aragonesa y varias localidades de la Comunidad y ya ha despertado interés entre profesores de muchos puntos de España e incluso algún país de América del Sur. De hecho, Navarro ha recibido correos de profesores de varios países que se interesaban por este juego creado para educar, integrar y promover la igualdad.

La popularidad que ha adquirido el 'datchball' también ha permitido al Club de Datchball Utebo -el primer club que se creó- contratar a nueve maestros de Educación Física para dar las clases extraescolares en los colegios y hacer los cursos de iniciación, han creado sus propios balones, están creando la Federación de Datchball y cada vez hay más torneos, incluido uno de 'datchball playa', que se celebra cada mes de septiembre en las playas de la Expo.