"Hablar en público me ayuda a acomodar las ideas y las emociones. Además, mi experiencia puede ayudar a los asistentes a plantearse muchas cosas", advertía el mexicano Jorge Font. Una bomba atómica cayó en su vida cuando, a los tiernos 19 años, padeció un accidente que le hizo perder la movilidad de pecho para abajo. Lejos de derrumbarse, reaccionó con aplomo y audacia hasta proclamarse ocho veces campeón del mundo de esquí acuático.

"Subí en una montaña rusa con pocas subidas y muchas bajadas. Los peores momentos fueron cuando se iban los amigos, apagaba la luz y me quedaba solo en la noche. Entonces aparecían los monstruos. Pero saberme acompañado y parte de un grupo me salvó de caer al abismo", relató con extrema sensibilidad.

Cuando la cruel realidad a la que se enfrentaba le invitaba perversamente a dejarse ir y soltar las amarras vitales, es cuando emergió el hombre positivo y sabio que es hoy. "Busqué respuestas dentro de mi corazón y las encontré. Dejé de ser tan introvertido y me abrí a los demás. Ahora creo en la empatía y en la inteligencia como medio de comunicación. No podemos permitir que las circunstancias, por más negativas y duras que sean, aniquilen nuestra existencia. Debemos aprender a potenciar nuestras habilidades y a rebelarnos contra los miedos", prosiguió.

Un aprendizaje que ahora disfruta propagándolo en conferencias que le llevan por todo el planeta. "Mi pretensión sólo alcanza a contar mi historia", concluyó con humildad.

La aventura, en su más amplia expresión, es el combustible que alimenta la trayectoria de Albert Bosch, una alma intrépida e incontrolable que ha cruzado la Antártida desde la costa hasta el Polo Sur sin asistencia, que ha escalado las montañas más altas de cada continente, que ha participado en ocho rallys Dakar y que es corredor de ultra maratones.

"Aventura no es el ejercicio físico, subir montañas o cruzar a nado un mar. Lo importante es el concepto, perseguir proyectos vitales en los que se asumen riesgos. Aventura es explorar nuevas pautas y aparcar las antiguas. Y perseverar en la búsqueda de nuevas capacidades que tenemos latentes", teorizó.

Una conclusión que alcanzó cuando comprendió sus limitaciones. "Cambié de chip cuando fui al Dakar. Era mi sueño desde jovencito y allí me di cuenta de que no tenía el talento suficiente para estar en la élite y para vivir de aquello que me apasionaba. Y aprendí que lo esencial es superarte a ti mismo, entregarte a proyectos y no conformarte jamás", aseveró.

Fue la apetitosa guinda de la iniciativa ‘Algo+’, con la que Randstad quiere trasladar a los directivos y empresarios de nuestro país testimonios únicos de liderazgo y motivación.