Muere un piloto de Barbastro en una rodada en Cheste

Un motorista altoaragonés de 35 años perdió la vida el sábado en un accidente ocurrido en el circuito valenciano Ricardo Tormo de Cheste. El fallecimiento de Raúl Cebollero Novales, que residía en Barbastro, ha dejado conmocionada a la pequeña población de El Tormillo, en el Somontano, de donde procedía y donde viven sus padres.

Raúl Cebollero había acudido con su motocicleta al circuito valenciano acompañado de un amigo de Barbastro, también motorista, y participaba en una rodada organizada por una empresa privada. 

El siniestro se produjo poco antes de las 14.00 en la recta de meta, el punto de mayor velocidad del circuito. Según el diario ‘Las Provincias’ de Valencia, un piloto sufrió una avería y se retiró a un lado, pero el motorista que circulaba tras él, el joven altoaragonés, no se percató de su presencia y lo embistió a 200 kilómetros por hora. Los médicos atendieron in situ a ambos pilotos, logrando estabilizar a Raúl Cebollero, el más grave, que fue trasladado con vida al hospital, donde después falleció. El otro piloto, herido grave, también fue trasladado al hospital. La prueba se canceló.

Desde que la familia recibió la noticia del fallecimiento, los vecinos de El Tormillo se encuentran profundamente consternados. "Estamos muy tristes. Todo el mundo está afectado porque ha sido una sorpresa y porque era un chaval muy joven y muy conocido en el pueblo", señaló ayer la alcaldesa de Peralta de Alcofea, municipio al que pertenece este núcleo. El Ayuntamiento ha decretado tres días de luto, desde ayer y hasta mañana, cuando tendrá lugar el funeral en la iglesia parroquial de la localidad, después del velatorio previsto por la mañana. Se espera que el cuerpo del joven sea trasladado desde Valencia a última hora de hoy, cuando se le practique la autopsia.

El fallecido era un piloto experimentado y habitual de las competiciones y de rodadas en los circuitos nacionales. "La motocicleta era su gran pasión", aseguró la alcaldesa. Raúl Cebollero, soltero, residía en Barbastro y trabajaba en una empresa de reparación de ascensores. 

Otra tragedia se cobró la vida en 2003 de un piloto barbastrense, Miguel Ángel Ferré, en unos entrenamientos en el circuito de Calafat en Tarragona.