10 años de superación

Una subida a la montaña del Moncayo conmemorará mañana el décimo aniversario de la primera expedición nacional de seis jóvenes discapacitados intelectuales al Kilimanjaro, el techo de África con 5.895 metros

La cordada Feaps Aragón-Aspanias, en la falda del Kilimanjaro en 2004.
10 años de superación
Adislaf

El 1 de octubre de 2004, hace casi 10 años, seis montañeros con discapacidad intelectual se convirtieron en verdaderos héroes para la comunidad aragonesa. En la tarde de aquel viernes, 2.000 personas recibieron en la plaza del Pilar a los integrantes de un grupo que contaba con cuatro jóvenes de la tierra y que regresaba de acometer el intento de ascenso al Kilimanjaro, la montaña más alta de África, de 5.895 metros. Era la primera vez que un grupo de personas con discapacidad intelectual (apoyadas por un equipo de guías y asistentes) aspiraba a hollar la cumbre africana. "Llegamos al Pilar sin saber lo que habían preparado para recibirnos. Subimos a un pequeño escenario que habían instalado y vimos a la multitud. No nos lo podíamos creer", recuerda Paco López, impulsor y jefe de aquella expedición en 2004. 


Una década después, López y la fundación para discapacitados intelectuales que gestiona, Adislaf, preparan para mañana bajo el lema ‘Somos capaces. 10 años de superación’ un ascenso simbólico a la cima del Moncayo. La jornada comenzará a las 8.30 y contará con la presencia de aproximadamente 50 personas, entre deportistas, profesionales y autoridades, entre las que estará el Consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia, Ricardo Oliván. El objetivo es conmemorar los diez años de una gesta que sirvió de ejemplo para mucha gente. En la expedición estarán los cuatro aragoneses que escalaron la montaña africana en 2004 y contará también con un experimentado padrino: el himalayista aragonés Carlos Pauner, que ha coronado los 14 ochomiles, y que estará presente en el ascenso a la cima zaragozana representando a la fundación que lleva su nombre.


"El deporte de la montaña tiene características intrínsecas para ser una de las actividades que más valores ofrecen a las personas. La competición es sólo contigo mismo", reflexiona Pauner. Él también es consciente de lo que supuso el intento de coronar la cumbre por parte de los seis discapacitados hace diez años. Las condiciones climatológicas no permitieron que el grupo pisara la cima, pero los integrantes alcanzaron el refugio de Kibo a prácticamente 5.000 metros de altura. Uno de ellos, Fernando Berges, intentó incluso seguir ascendiendo junto a otros tres monitores y llegó a los 5.200 metros, pero las condiciones no mejoraron. Aun así, el hecho de haber llegado hasta semejante altura fue suficiente para que Fernando, Sergio, María Pilar, Daniel,  Pablo y Héctor fueran recibidos a la vuelta con todos los honores de una gran gesta.


El reto de 2004 fue el gran acicate para que la fundación emprendiera proyectos similares, con la superación como lema principal. Así pues, llegaron otros retos como el ascenso al Toubkal (Marruecos) en 2008, o la vuelta al Montblanc, en 2010. "La superación está presente en cada meta. El motor del alpinismo es buscar siempre un reto, que podrá ser más o menos fácil, pero que te obliga a prepararte y a tener tesón", sentencia Pauner. Mañana estará en el Moncayo, junto con los cuatro héroes aragoneses de 2004, para recordar una lección de montañismo y de vida.