El zaragocismo exige soluciones a los dueños y flexibilidad a Hacienda


Grupos, peñas y colectivos de aficionados del Real Zaragoza manifiestan su dolor y preocupación por la situación crítica del club, amenazado por la liquidación 

José Guerra, Luis Gamón y Javier Lasheras, el pasado viernes, antes de reunirse con Hacienda.
El zaragocismo exige soluciones a los dueños y flexibilidad a Hacienda
Aránzazu Navarro

 El Real Zaragoza agoniza y la masa social que lo ha sustentado durante más de 80 años de historia vive, amargada, desesperada y preocupada, por el luto que envuelve el futuro del equipo aragonés. Necesitado de una inyección urgente de dinero de 8,1 millones, de un plan de gestión y deportivo, y de una renegociación de los plazos de la deuda con Hacienda, el Real Zaragoza vive colgado de un hilo sobre el vacío. Sus aficionados, colectivos y grupos sufren esta realidad y exigen actuaciones urgentes. Sus reclamaciones pivotan sobre cuatro aspectos: las soluciones que no llegan de parte de los actuales gestores del club (el grupo liderado por Javier Lasheras), la dureza de Hacienda en su negociación con ellos, la inacción de los diversos actores sociales e institucionales de Zaragoza y Aragón, y la necesidad de crear un frente común en el zaragocismo. 


Comienza su denuncia José Vicente Casanova, presidente de la Federación de Peñas: «Estamos preocupados. Al grupo que compró las acciones de Agapito se les ha ido la situación de las manos. Pensamos que algo tan grande como el Zaragoza no puede caer, pero no llegan las soluciones. Tenemos claro que estos señores no entraron por amor a los colores». Semejante línea comparte el Movimiento Avispa, colectivo de oposición a Agapito Iglesias. «La situación es crítica. Los nuevos accionistas han perdido un mes y no hallan soluciones. Ellos se han metido en esto, firmando un contrato que nos parece una farsa. No han cumplido nada de las cláusulas, demostrándose que es una auténtica improvisación y actuando con inconsciencia sobre la realidad del Zaragoza. No han demostrado solvencia, sino que necesitan de otros inversores. A nosotros, esta compra nos parece fraudulenta y señal de que la sombra de Agapito es alargada», explica su portavoz Daniel Marcén. Al desatino de los nuevos dueños apuntan también en Pasión Zaragocista, uno de los sitios web de referencia entre el zaragocismo. Su administrador Rubén Quílez lo argumenta: «Si querían hacer una venta rápida, han fallado. No entendemos cómo se pueden hacer las cosas tan mal. Esperemos que salgan del club lo antes posible porque no les vemos capacidad para solucionar la gravedad de la situación. Según ellos, tenían ocho millones de euros y el grupo inversor solo era para dar músculo financiero. Más de un mes después, ni ocho millones ni músculo financiero». 


Rubén Quílez gira el discurso hacia la falta de acuerdo con Hacienda. «Es sospechoso que la Agencia Tributaria no ceda cuando a otros clubes se les dan facilidades. Quieren usar al Zaragoza para dar ejemplo. Cualquiera diría que Florentino Pérez está detrás para salvar al Castilla». «Hacienda quiere dejar al Zaragoza como los malos de la película. Osasuna debe más y tiene su acuerdo. Hay que tener en cuenta que si desaparecemos, Hacienda no cobra nada», añade José Formento, presidente de la peña Juan Señor de Alcorisa. «Parecemos los tontos de España. Clubes con peores deudas con Hacienda y con tantos o más impagos que el Zaragoza han tenido soluciones, como el Atlético de Madrid, el Valencia, la Real Sociedad, el Deportivo... Es un trato injusto», subraya Aldredo Clavero, presidente de la peña Presentes por el Escudo. «En cierto modo es normal que Hacienda exija las garantías que considere después de tantos incumplimientos. Quieren negociar, pero a partir de una aportación directa. No se puede ir con una mano delante y otra detrás. Era algo que los compradores ya sabían. Ya conocían que con García Pitarch se habían vaciado las cuentas y se había provocado un embargo. No se trata solo de algo estructural, sino de algo también coyuntural porque se han realizado incumplimientos», detalla Daniel Marcén. El papel de las instituciones

Más allá de Aragón, también hay preocupación con el Real Zaragoza. Luis Miguel Sánchez, de la peña Maños Sur de Jerez de la Frontera, lo expone: «Aparte de Hacienda, echo en falta la acción de las instituciones políticas. El Zaragoza es una entidad que representa a muchos aragoneses, muchos de ellos ahora fuera de la Comunidad. Otros clubes han tenido ese apoyo en momentos delicados». «Lo que están haciendo las instituciones es vergonzoso. Metieron y mantuvieron a Agapito Iglesias y ahora que ha salido, no se mueve nadie», apunta Alfredo Clavero. «Es cierto que no son momentos para pedir nada, porque hay otras prioridades más allá del fútbol, pero Zaragoza es conocida en gran medida por su equipo. Los políticos deben hacer más fuerza», demanda Ana Marín, de la peña Parque Goya. «Los políticos se están lavando las manos. Parece que estén buscando la liquidación y un nuevo proyecto. Ibercaja quizá pudiera hacer algo más, pero bastante ha aguantado con los impagos del club», asegura Daniel Marcén. «Es necesario que, aunque no sea de forma visible, las instituciones comiencen a mover hilos para solucionar esto. Es lógico que ante la crisis no sea lo más importante, pero, entre no hacer nada y arreglarlo todo, hay un punto medio», dice José Vicente Casanova. «Que nadie nos engañe con refundaciones, no queremos que al Zaragoza le pase lo mismo que al CAI de baloncesto. Las instituciones deben moverse y solucionar un problema que crearon ellos. No pueden seguir mirando a otro lado. Llevan años escudándose en que estaba Agapito para no hacer nada y ahora que de verdad lo podemos quitar del medio, no hacen nada», se resigna Rubén Quílez. 


Todos los portavoces coinciden en la necesidad de reunir fuerzas entre todos los zaragocistas y ejecutar un plan común. «Hay que dejar los personalismos de un lado. Todos sentimos lo mismo. Es el momento de estar todos los aficionados unidos. Es fundamental. Hay en juego un sentimiento», señala Ana Marín. «Kadir y quienes iban con él nos han tomado a muchos por tontos. Ha sido un cachondeo. Pero zaragocistas somos todos», indica José Formento. «Se han vivido situaciones esperpénticas por parte de todos», agrega Luis Miguel Sánchez, quien propone: «Se echa en falta una acción común, de aficionados, grupos de animación, grupos políticos, medios de comunicación...Sin la afición unida no hay nada».