Principio de acuerdo con el grupo mexicano

Los empresarios aragoneses firman un contratode compromiso de compraventa de sus acciones.La rúbrica queda a expensas de lograr un acuerdo con Hacienda para aplazar la deuda a largo plazo

Luis Gamón, junto a Paco Checa y Luis Lasheras (detrás), en la sede del Real Zaragoza.
Luis Gamón, junto a Paco Checa y Luis Lasheras (detrás), en la sede del Real Zaragoza

La inyección de dinero que el Real Zaragoza necesita para sobrevivir va a llegar desde México. Tras una semana de densas negociaciones con distintos fondos de inversión extranjeros, así lo anunciaron anoche los nuevos propietarios del paquete accionarial mayoritario de la SAD, ese grupo de empresarios aragoneses que hace una semana rubricaron la compraventa de esos títulos de propiedad con Agapito Iglesias.


Todavía no puede asegurarse que el aterrizaje de este capital mexicano esté consumado, aunque lo razonable es que el paso dado ayer acabe siendo definitivo una vez manifestada la voluntad de las partes sobre un documento oficial.


Lo pactado es, en concreto, un preacuerdo condicionado. Según fuentes de la negociación, el trato que ayer se alcanzó cabe denominarlo como un "contrato de compromiso de compraventa de las acciones del Real Zaragoza". Hecho que es vinculante de manera inmediata y que se activará en el momento que se dé una circunstancia: lograr en los próximos días que la Agencia Tributaria acceda a establecer un calendario de pagos aplazado sobre la cantidad que debe pagar cada año a principios de julio a Hacienda, según el convenio alcanzado en su día por Eduardo Bandrés para saldar en ocho plazos de 5 millones los alrededor de 40 de deuda histórica con el fisco que arrastraba el Real Zaragoza desde los años de mandato de la familia Soláns.


En el momento en que la Agencia Tributaria confirme su visto bueno a esa solicitud de la SAD zaragocista, hecho que se prevé pueda ocurrir a partir del miércoles que viene, lo que ayer era un precontrato se convertirá en un contrato en firme y el fondo procedente de México adquirirá la mayoría de las acciones del Real Zaragoza, ahora en manos de los industriales aragoneses que se presentaron en sociedad el pasado día 6, hace ocho días. No ha trascendido el porcentaje exacto que pasará a poder de los inversionistas mexicanos pero, tal y como el portavoz de la actual propiedad, Luis Gamón, explicó en su puesta de largo, oscilará entre el 85 y el 90 por ciento, quedando el resto en poder de los aragoneses, que seguirán en la gestión del club.


En el comunicado emitido anoche en la página web de la SAD se especifica, en relación al epígrafe condicional que deja en suspenso la llegada definitiva del capital-riesgo desde México, que "el grupo de accionistas mayoritarios del Real Zaragoza está completamente convencido de poder alcanzar un acuerdo satisfactorio con la Agencia Tributaria, a través del cual poder poner al día los pagos pendientes y vencidos con ella".


Tanto el propio Gamón como Javier Lasheras (el empresario con más predicamento del colectivo de propietarios aragoneses recién llegados a la SAD), emisarios en sendas reuniones con responsables de Hacienda celebradas en las últimas fechas, están seguros de la buena voluntad de los responsables políticos y del funcionariado para con el Real Zaragoza. De hecho, el año pasado en circunstancias similares, un recién llegado Jesús García Pitarch negoció por el mismo fin y obtuvo una rebaja del pago aplazado desde los 5 hasta el 1,5 que ahora hay que abonar a Hacienda, justificada en el acomodamiento obligado de la economía del Zaragoza a la Segunda División, de acuerdo al control financiero que el propio Consejo Superior de Deportes auspicia y exige a los clubes.


Este fondo de inversores mexicanos ya fue alternativa de compra cuando Agapito Iglesias aún no había decidido vender su paquete accionarial a los empresarios aragoneses. Se trata de empresarios ya relacionados con el mundo del fútbol en México que desean expandir su negocio a Europa basados en la seriedad y una gestión razonable desde los cimientos del club.