El partido del todo o nada

En la lucha por el título, el Barcelona cuenta con la ventaja de ser local y al Atlético. le valdría el empate. Ninguno fue capaz de ganar el pasado fin de semana

Arda Turán y Leo Messi, pelean por un balón en un partido anterior disputado en Calderón.
Arda Turán y Leo Messi, pelean por un balón en un partido anterior disputado en Calderón
M. López/efe

"Nos jugamos una Liga en noventa minutos y sería brutal conseguirla", dijo ayer el centrocampista del FC Barcelona Iniesta en relación a la última jornada de esta temporada en la que el equipo azulgrana recibe el sábado (18.00) en el Camp Nou al Atlético de Madrid, un encuentro que dirimirá el campeón de la máxima categoría del fútbol español después de una temporada desigual para los equipos.


El Atlético de Madrid del argentino Diego Simeone llega al Camp Nou como un finalista infalible a único partido, con el empate o el triunfo como resultados válidos y con la credibilidad que ofrecen sus números este curso, con sólo seis derrotas en 59 duelos, ninguna ante el Barcelona. Ni en los dos choques de cuartos de la Liga de Campeones, con un 1-1 en el campo azulgrana y un 1-0 en el Vicente Calderón, ni en la Supercopa de España, con empate tanto en la ida como en la vuelta, ni en la Liga, con un 0-0 en el Manzanares en la última jornada de la primera vuelta, los rojiblancos han perdido ante los azulgranas.


Todos esos marcadores le valen este sábado, en el encuentro que pero en el vestuario rojiblanco valoran más su fiabilidad en las tres finales que han jugado desde la llegada de Simeone, con tres títulos: la Liga Europa, la Supercopa continental y la Copa del Rey. "El hecho de que no hayamos perdido contra el Barcelona en todo el año son estadísticas. A nosotros se nos dan muy bien las finales y el jugarse la final de la Liga y de la Liga de Campeones ante Barcelona y Real Madrid es lo más bonito", decía el domingo, después del empate con el Málaga, el delantero Adrián López.


Pocas han sido las ocasiones en estos últimos años en los que los del Cholo han jugado una final como grandes favoritos. Pero también han sido pocas –ninguna– las finales a único partido en las que ha fallado. En ninguna de las tres, asumía el papel de favorito. No lo quería el Atlético, más cómodo agazapado, fuera de los focos que le situaban por detrás en los pronósticos. Pero las tres terminaron con el trofeo en las manos de su capitán, Gabi Fernández, y del equipo, al que le valen, además, 53 de sus 59 resultados de esta temporada.


Ahora, sin embargo, y aunque la igualdad parece máxima, sí se presentan como favoritos.


En el Atlético se agarran, pues, a su espíritu y su confianza, pero en el Barça apelan a la experiencia y al factor ambiental como claves del éxito. Ambiental en el escenario –donde la afición llenará el Estadi y se olvidará de algunos reproches que su equipo se merece–, porque en el vestuario el ambiente no permite encender la chispa del tiki-taka. "Hemos tirado la Liga a la basura", afirmó Xavi tras el 2-2 ante el Getafe. Se equivocaba. Este era un partido temido por todos hace unas semanas, ya existía la posibilidad de que una victoria culé sirviera la Liga en bandeja al Real Madrid, pero el abandono del equipo de Carlo Ancelotti permite al conjunto del Tata Martino jugar con libertad. Presionado, sí; sin chispa, también. Pero es el Barça y a un partido todavía intimida.La historia avala al Atlético

Solo los aficionados, analistas y estudiosos más veteranos se acordarán, pero existen dos precedentes de torneos de la regularidad decididos en España a partido único en dos finales similares a la que afrontarán este sábado de pasión el Barcelona y el Atlético de Madrid en el Camp Nou.


Curiosamente, en ambas ocasiones la suerte favoreció a los visitantes. Y también es casualidad que un beneficiado fuera el Atlético y un perjudicado el Barça, implicados entonces. Historias de las que fue partícipe también el Sevilla.


El primer caso se produjo en el curso 45-46, cuando el Barça recibía a un Sevilla líder al que, igual que al Atlético ahora, le bastaba empatar para sellar su primer y hasta la fecha único título liguero. Ganaron los sevillistas. Un lustro después, el Sevilla disfrutaba de una ocasión pintiparada para alzarse con su segundo galardón y, además, en casa. Pero el Atlético de Helenio Herrera se interpuso en su camino con un empate que le bastó para salir campeón.


Casualidades de la Liga, este sábado el Barcelona jugará en casa de nuevo, pero ese Sevilla de 1946 será un Atlético del siglo XXI, al que, como en las dos ocasiones precedentes, un empate le solucionaría la temporada.