El ciclista Mark Cavendish (Omega Pharma Quick Step) se ha llevado el triunfo en la duodécima etapa del Giro de Italia, disputada entre Longarone y Treviso sobre 134 kilómetros, al imponerse al sprint en un pelotón que atrapó a 300 metros de meta a los cinco escapados de la jornada en un día en que Bradley Wiggins (Sky) se ha podido dejar el Giro al 'cortarse' en un descenso debido a la lluvia constante y ceder más de tres minutos y medio.

En Treviso, bajo el agua, el pelotón de cabeza en el que iba seguro la actual 'maglia' rosa Vincenzo Nibali (Astana), sin problemas en esta movida jornada, atrapó a los cinco protagonistas de la escapada del día, creada prácticamente al inicio de la etapa, y se disputaron la victoria en un sprint en que el de la isla de Man no dio opción y se impuso, en su tercer triunfo parcial en esta ronda italiana, a Nacer Bouhami (FDJ) y Luka Mezgec (Argos-Shimano).

Pero la noticia llegó otra vez de forma negativa para Bradley Wiggins. El británico, vigente campeón del Tour de Francia y en principio favorito para este Giro, se quedó descolgado en el corte que se produjo en el descenso del repecho de Montello Santa Maria de la Vittoria (4ª categoría), y obligó a todo el equipo, a excepción del nuevo jefe de filas Rigoberto Urán, a acompañarle y tirar del 'grupeto' que se formó para no perder más tiempo, aunque ha dicho prácticamente adiós a la disputa por la general con los 3:34 minutos cedidos.

Otro aspirante al triunfo de etapa, Sacha Modolo (Bardiani), se quedó cerrado entre Cavendish y Bouhami y perdió fuelle y a punto estuvo de irse al suelo, por el resbaladizo piso, con lo que se quedó fuera de la lucha por una etapa que suerte tuvieron los ciclistas de que fuera la segunda más corta del recorrido, pues les llovió en todo momento y las condiciones no fueron para nada óptimas.

Pese a que ni hubo caídas en el grupo, sí la hubo en la fuga que protagonizaron Felline (Androni), Belkov (Katusha), De Backer (Argos), Marcato y Lammertink (Vacansoleil). Juntos desde inicio de etapa, aunque Marcato llegó kilómetros más tarde, se fueron al suelo a 101 kilómetros de meta, y solo se salvó De Backer aunque no tuvo mayores consecuencias.

Se reagruparon y llegaron junto a meta, siendo engullidos por el pelotón a escasos 300 metros de la línea que podía premiar su esfuerzo, en vano. Y es que por detrás venía un grupo en que BMC y Astaná tiraban por la general y Cannondale y Omega Pharma por el triunfo de etapa, haciendo inviable la escapada.

Por detrás, un Wiggins falto de fuerzas por una afección pulmonar que confirmó al inicio no podía ni seguir al segundo grupo, el que se cortó bajando Montello Santa Maria de la Vittoria, segundo y último repecho de la etapa, y tuvo que ser ayudado por el Sky en bloque, menos Urán, para llevarle hasta el grupo perseguidor e intentar salvar el Giro, algo que ahora mismo parece que tiene perdido.

Como si de una contrarreloj por equipos se tratara, de hecho rememorando lo que tan bien les salió en la segunda etapa, el Sky tiraba y tiraba con los chalecos para la lluvia inflados por el viento pero fue efímero su esfuerzo, ya que los dos minutos que cedían inicialmente al pie del repecho se convirtieron finalmente en 3:34, demasiado como para seguir pensando en las opciones de Sir Wiggins de cara a vestir la 'maglia rosa'.

Para este viernes, en la decimotercera etapa, espera otra jornada para los sprinters o escapada en un día en que deberán recorrer los 254 kilómetros que separan Busseto de Cherasco, con un único repecho de tercera categoría (Tre Cuni) a poco más de 30 kilómetros de meta.