Hacía varias semanas que las diferentes federaciones aragonesas venían demandando información al Gobierno de Aragón sobre las subvenciones del curso 2016. Entrados ya en 2017, ninguna territorial tenía constancia de cuál era el estado sobre sus órdenes. Ayer, los principales responsables de cada federación se reunieron con el director general de Deporte de la DGA, Mariano Soriano, para tratar de averiguar qué va a ocurrir con los 560.000 € que les corresponden a las diferentes entidades.

Sin embargo, lejos de obtener algún rayo de esperanza, todos aquellos que acudieron ayer a la cita salieron con las mismas sensaciones con las que cruzaron a media tarde la puerta del salón de actos del Instituto Aragonés de la Juventud: dudas, incertidumbre y miedo.

Temor porque el director general del Deporte no les pudo garantizar ni cómo ni cuándo iban a poder cobrar ese dinero.

"Nos notificaron que el proceso de concesión de subvenciones del año 2016 no ha podido terminarse por un problema administrativo. Por lo tanto, de esa partida presupuestaria, por ahora, no vamos a cobrar nada", lamenta el presidente de la territorial de Natación, Willy Kleingries.

Un retraso que, según fuentes de la institución, "se ha debido a que ha sido necesario subsanar algunos errores de las bases reguladoras, con el objetivo de que éstas fueran más transparentes y equitativas. Ello unido al proceso que conlleva la elaboración de las bases reguladoras ha hecho que la tramitación de las ayudas se dilatara en el tiempo".

Ahora, avisados ya de que podrían incluso no percibir esa cantidad, dos posibilidades sobrevuelan las maltrechas cuentas de las diferentes federaciones. Por un lado, que la DGA saque dos órdenes diferentes este año. La primera vía consiste en dividir en dos pagos el presupuesto prorrogado de la actividad de 2016. De esta forma, las territoriales cobrarían una primera cantidad en un corto espacio de tiempo, y percibirían la parte restante posteriormente. La segunda opción consiste en plasmar una única partida conjunta con las subvenciones de los ejercicios 2016 y 2017.

"Nos sentimos molestos por la cantidad de dinero que recibimos, por la tardanza en cobrar, por lo farragoso que es todo el proceso... Este año, además, es que no tenemos ni la certeza de si lo vamos a cobrar. Podemos hacerlo en 2017, en 2018, o ni siquiera hacerlo. No hay una propuesta en firme, por lo que ahora está todo en el aire", advierte Kleingries.

Una inseguridad que afecta no solo a los plazos, sino también a las cuantías de dinero, que podrían verse reducidas. "No sabemos ni cómo va a quedar el procedimiento ni cuáles van a ser las cantidades", relata el dirigente, cuya modalidad pertenece a la que más subvención recibe (40.212), junto a Baloncesto (35.594), Fútbol (34.958) y Montaña (34.323).

Un ejercicio de supervivencia

La subvención concedida por la DGA constituye un verdadero salvavidas para muchas federaciones aragonesas que no disponen de un amplio abanico de recursos. Por ello, varias territoriales podrían incluso verse obligadas a echar la persiana si finalmente no perciben este montante. Una cantidad que, por pequeña que pueda resultar, garantiza la supervivencia y la viabilidad de muchas de ellas.

"Existe gran preocupación entre las federaciones por esta situación. Las más grandes, afortunadamente, vamos a tener menos problemas, pero las más pequeñas van a tener serios problemas para sobrevivir", avisa el presidente de la Federación Aragonesa de Baloncesto, Chemi Sierra.

El paso de los años ha ido agudizando una situación que anteriormente ya había supuesto estas situaciones entre ambas partes. "Lo que subyace es cuál es la voluntad del Gobierno de Aragón en el deporte federado. Por ejemplo, Melilla, con 85.000 habitantes, recibe más de 700.000 euros, siendo además muchas menos territoriales. Y así varias: Navarra, Extremadura...", lamentaSierra.

El siguiente capítulo de esta historia tendrá como protagonista a la consejera de Educación, Cultura y Deporte de la DGA. Las federaciones solicitaron una reunión la próxima semana con Mayte Pérez para tratar de encontrar solución a un problema que asfixia cada vez con más fuerza al deporte aragonés.