Hasta Oporto en 'paddle surf'

¿De Soria a Oporto en una tabla de 'paddle surf'? ¿Estás pirado?". Quico Taronjí ha perdido la cuenta de las veces que ha tenido que responder a esta pregunta en los últimos días después de que diera a conocer su intención de surcar el río Duero a lo largo de los cerca de 900 kilómetros que separan ambas ciudades en una embarcación tan básica como una tabla de ‘paddle’, similar a la de surf pero hinchable y de mayores dimensiones y grosor. Sin embargo, la motivación de este santanderino de 46 años, periodista de formación y aventurero de espíritu, es más fuerte que su cordura y con poco más que un saco de dormir, en solitario y sin asistencia, inició este martes su aventura desde la localidad soriana de Duruelo de la Sierra con el objetivo de convertirse en la primera persona en completar el discurrir del río haciendo 'paddle surf'.

"¿Que por qué el Duero? Pues porque es precioso, pasa por lugares espectaculares y tengo un vínculo emocional muy fuerte con Castilla; me encanta ", explicó a HERALDO Taronjí, minutos antes de lanzar su tabla a las gélidas aguas del río más caudaloso de la península Ibérica, aspecto que supondrá una dificultad añadida a su travesía. "Quería algo ‘durillo’ y creo que navegar por el Duero en esta época del año se adecúa a mi exigencia, sé que es una temporada muy cruda", explicó el cántabro.

A estos obstáculos se añade un factor diferencial en esta empresa que resulta, cuanto menos, sorprendente, por no decir imprudente: el nivel de ‘paddle’ de Taronjí es "más bien justito". Su única experiencia sobre la tabla fue en el río Cabriel, afluente del Júcar, en compañía de Antonio Robledo ‘Zapa’, pionero de este deporte en cauces fluviales y creador de su propia tabla, la ‘Zapper’, en la que navegará. "Me pegaré mil leñazos, me llenaré de cortes y heridas, pero cuando llegue a Oporto podré decir que ya controlo", bromeó el aventurero.

Para entonces, en caso de que lo consiga, Taronjí ya habrá completado unas cinco semanas de navegación y recorrido "30 kilómetros al día", de pie, sobre la tabla, con la fatiga física que eso conlleva y contra la que se ha preparado en las últimas semanas. "Tendré que calentar bien y hacer ejercicios antes de ir al agua. El ‘paddle’ es un deporte físicamente duro, especialmente para los hombros y los brazos, que son los que entran en juego a la hora de impulsar el remo", indica el periodista.

Comida en polvo y grabación

La soledad marcará la aventura de Quico Taronjí. Su única compañía será un equipo de casi 15 kilos de peso que con lo necesario para comer, dormir y grabar su trayecto. Empezando por la comida, el de Santander no tendrá problemas para elegir su dieta, ya que será fundamentalmente en polvo. "Tendré que hervir o potabilizar el agua del río para hacer la sopa", explica. "Lo único sólido que llevo son frutos secos", agrega.

Al caer la noche, llegará el momento de buscar algún puente, algún templo, en definitiva, algún espacio resguardado en el que preparar su campamento, compuesto por un saco de dormir, preparado para soportar temperaturas extremas, y una lona con la que cubrirlo.

Asimismo, Taronjí deberá hacer frente a una aventura paralela: documentar en vídeo su propia travesía, un trabajo laborioso que en determinados momentos de la singladura le obligará a bajarse de la tabla, montar el trípode, colocar la cámara, regresar río arriba, ‘actuar’ y volver a parar para recoger los ‘trastos’. "Grabarse va a ser una aventura paralela en sí misma", comentó con humor, a sabiendas de que es el coste que ha de pagar para mantener al tanto a sus seguidores, que examinarán día a día su progreso a través de su blog (quicotaronji.com) y del portal náutico Nauta360 (nauta360.com). Además, el marino cántabro tendrá que emplear su día libre -tiene pensado descansar una jornada por cada seis de navegación- en preeditar el contenido filmado, cargar baterías (la suya y la de sus múltiples dispositivos) y "lavar la ropa".

"Soria, la escapada perfecta"

Aunque la aventura de Taronjí, propiamente dicha, dio comienzo el martes sobre las 11.30 horas, el periodista llegó a la provincia dos días antes acompañado de un equipo compuesto por Adolfo Eraso y Mª Carmen Domínguez ‘Karmenka’, de la asociación medioambiental Glackma, que respalda este viaje, y de Carlos Caraglia, que colabora desde tierra con la edición semanal de los vídeos. Juntos ascendieron el pasado domingo a los Picos de Urbión en busca del nacimiento del Duero, pero la nieve se lo impidió. Aún así, Taronjí se dio por satisfecho, "necesitaba tocar ese polvo blanco y helado que por arte de magia geológica, unos kilómetros más abajo, se convierte en el río más poético de España", relató en su blog. "Si no tocas el ombligo del río, no acabarás por comprenderlo, ¿no?".

Este romanticismo a buen seguro estará presente a lo largo de los casi mil kilómetros que pretende recorrer Taronjí, que no oculta su pasión por los encantos de la provincia soriana. "Soria, para los que vivimos en Madrid, es la escapada perfecta. Está muy cerca, a menos de dos horas, y tiene sitios fascinantes. Me encanta su historia, sus paisajes, su relación con la poesía...", enumera. Y es que el cántabro, como buen aventurero, confiere gran importancia al vínculo emocional que retos como este establecen con la naturaleza. "El punto de aventura es bestial, salvaje, no he planeado demasiado las cosas porque no es un viaje de turismo. Quiero ponerme a prueba. Un lema que suelo aplicar en estos casos es ‘disrupt yourself’, que significa que es necesario motivarte, incomodarte, para conocerte un poco mejor. Pretendo tomarle el pulso al río, conocer cada recodo y que esta aventura sea de las que se recuerdan toda la vida".